¡YA BASTA!

(A propósito de la llamada reforma energética de los reaccionarios)

El encabezado de esta colaboración nada tiene que ver con la actitud plañidera de Calderón frente a la enorme inseguridad pública que ha generado su gobierno, por negligencia e incapacidad –y a la mejor hasta complicidad como lo sugieren las mantas aparecidas en varias partes del país- que ha demostrado para combatir con eficacia al crimen organizado.

El ¡ya basta! que aquí se expresa, es la exigencia de millones de mexicanos al gobierno de Calderón y a los reaccionarios panistas para que no pretendan vernos como retrasados mentales, al insistir de manera irresponsable en la aprobación de sus 6 iniciativas en materia petrolera.

Hace apenas una semana que Calderón volvió a repetir la mentira que ha venido sosteniendo como una de las razones de sus intentos de contrarreforma petrolera: que sólo existen reservas petroleras para menos de 9 años y medio, y se le pareció el diablo en la persona del Premio Nobel en Química, el mexicano Mario Molina, y le dijo, palabras más palabras menos, que primero se acaba la atmósfera y luego se acaban las reservas de petróleo en México. Esto está dicho para que lo entienda hasta Calderón, por si no entiende lo que otros han dicho sobre las reservas en aguas someras y en tierra firme.

Ya antes un ingeniero que trabajó en PEMEX, maestro en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en una entrevista le dijo al que se la realizaba, cito de memoria: te vas a morir tú, tus hijos, tus nietos y tus bisnietos y habrá petróleo en México. Y digo, a condición de que no entreguen el petróleo a la inversión extranjera y a la mafia gubernamental que ya está metida en el negocio del petróleo hasta los pies.

¡Ya basta! que el gobierno de Calderón afirme que PEMEX no tiene recursos para construir las refinerías que necesitamos y, entre otras cosas, dejemos de importar el volumen de gasolinas que se compran al exterior. Todo el sexenio de Fox y lo que va de este, el petróleo mexicano ha tenido un sobreprecio en el mercado internacional. El precio actual es de más de 50 dólares al pronosticado en la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para este año. Conocedores y no tan expertos en el tema del petróleo le han hecho sumas y restas elementales a Calderón, y le han demostrado fehacientemente que dinero hay y de sobra para hacer frente a las nuevas inversiones que requiere urgentemente PEMEX. Quizá haya que recurrir a la utilización de manzanas para que lo entienda.

¡Ya basta! de ocultarle al pueblo mexicano el manejo de los recursos provenientes de la industria petrolera. Ahora resulta –en un verdadero acto de magia antipopular y corrupta, al más puro estilo de las maniobras del Fondo Monetario Internacional- que en el año y medio de Calderón ¡no hay excedentes! por el sobreprecio del petróleo, y no habrá recursos ni para los Estados. O ya dispusieron de ellos, o los tienen guardados para llevar al estancamiento y a la quiebra a PEMEX.

¡Ya basta! de seguir difundiendo mentira tras mentira sobre el petróleo en los medios de difusión, pretendiendo confundir a los mexicanos sobre los verdaderos propósitos desnacionalizadores de sus iniciativas.

No es cierto que en el Senado se esté dando un referéndum nacional sobre PEMEX y el petróleo mexicano. Ahí se han ido a fijar posiciones y a contestar una que otra pregunta. Se escogieron ponentes en contra de la propuesta de Calderón y otros, muy conocidos y desprestigiados, que se pronuncian en pro, pero no quiere decir que la mitad de mexicanos esté en contra y la otra mitad a favor. Eso es falso. Además la defensa de los partidarios de Calderón han tenido una actitud apagada, y han sido verdaderamente avasallados por los que han rechazado las iniciativas de Calderón.

Porfirio Muñoz Ledo decía que en Senado le habían metido una goliza a Calderón, pero por lo que se ve y se aprecia en las ponencias de quienes se oponen a la actitud entreguista del gobierno panista, no se trata de una goliza, sino de una golpiza. Pero a Calderón y sus cuates no les interesa quedar en ridículo como han quedado, sino conseguir sus propósitos y cumplirle a sus patrones.