lunes, 24 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: LOS FRENTES POLÍTICOS

Uno de los temas más interesantes y, a la vez, más difíciles en la lucha política es el de las alianzas y particularmente el de los frentes, entendidos como movimientos que se hacen y se deshacen con mucha rapidez, una vez que han conseguido sus objetivos o, en ocasiones, se desintegran sin haber alcanzado sus propósitos.

Los frentes políticos se integran cuando varias fuerzas coinciden en un determinado objetivo y luchan por alcanzarlo. Estaríamos hablando de grandes alianzas, entre fuerzas coincidentes, independientemente de las diferencias o discrepancias que tuvieran en otros temas.

Los frentes se manifiestan en el campo económico, social y político, en el cultural y electoral, y tienen como característica fundamental que las fuerzas que participan en él mantienen su independencia entre sí y sus relaciones con otras fuerzas; ninguna de ellas impone a la otra sus puntos de vista ni su programa, ni exige a cambio concesiones políticas.

Los grandes acontecimientos revolucionarios de México, como la Revolución de Independencia, la Reforma, la Revolución de 1910, la Expropiación y Nacionalización del Petróleo, la Nacionalización Bancaria, fueron posibles porque se integraron poderosos frentes políticos que impulsaron objetivos concretos en cada una de esas etapas. En cada caso se dieron las más amplias alianzas entre fuerzas que no necesariamente eran iguales.

Por ejemplo, en la Revolución de Independencia el frente anticolonial y antiespañol estuvo integrado por las masas esclavas y semiesclavas, los artesanos y los criollos que tenían en sus seno a los intelectuales más lúcidos de esa época. Su coincidencia: la independencia respecto de España.

En la Reforma los liberales encabezaron una alianza de la que formaban parte sectores medios de la población, los artesanos, los trabajadores que eran mantenidos bajo una estructura colonial, coincidentes, todos, en afianzar la estructura política de la República Federal y acabar con los vestigios de la economía colonial que impedía el desarrollo de las fuerzas productivas.

En La Revolución Mexicana, sin que hayan firmado un documento, coincidieron en su posición antifeudal, antimperialista y antiesclavista, los trabajadores de las minas, del petróleo, de la electricidad, del comercio casi en su totalidad en manos de extranjeros, los peones acasillados de la hacienda, la burguesía rural y otros sectores sociales que, en conjunto, hicieron posible la derrota de la dictadura porfiriana y emprendieron el camino de la liberación nacional.

Los cambios operados en México por la Revolución de 1910, propiciaron que en 1938, con la clase obrera al frente y un presidente patriota en Palacio Nacional, se rescatara para la nación el petróleo iniciándose, con este extraordinario hecho, el camino de la independencia económica que, por cierto, ha sido truncada por la política neoliberal. Algo similar sucedió con la nacionalización de la banca, en la que coincidieron los sectores sociales más disímbolos, pero que estaban de acuerdo en poner bajo el dominio de la nación una actividad de lo más estratégica, como es la banca y el crédito.

El caso típico de un frente de carácter electoral, se vivió en 1988 con la experiencia del Frente Democrático Nacional, en que se utilizó la legislación existente y tres partidos pudieron postular como su candidato a la presidencia de la República al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, con un programa común de esos tres partidos, y con candidatos a diputados y senadores comunes. El FDN no era un partido, ni se propuso constituir un partido, fue un frente electoral que al concluir la campaña federal se empezó a desintegrar. La Corriente Democrática que se había desprendido del PRI decidió integrar un partido: el PRD.

Este recuento histórico, si se quiere, tiene el propósito de recordar las experiencias del pueblo mexicano en la constitución de frentes políticos con distintos propósitos. Y recordar, al mismo tiempo, que un frente no se presenta cuando un partido político se pone a la disposición, casi en actitud de claudicación, de otro partido, a menos que por ingenuidad o conveniencia a eso se le llame frente.

Hacia el 2012 es urgente poner en práctica la política de los frentes. Tomar la experiencia valiosa del pueblo mexicano en sus luchas históricas para expulsar a la derecha panista y a los neoliberales del poder, e impedir que neoliberales de otros partidos, bajo el pretexto de la alternancia, continúen con ese modelo depredador y criminal.

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