sábado, 15 de octubre de 2011

EL SECUESTRO DE LA REPÚBLICA

(Artículo escrito sobre las iniciativas privatizadoras y anticonstitucionales de Calderón en materia de petróleo)

Se quiera o no, el debate –ahora sobre las iniciativas privatizadoras de Calderón, y no sobre el diagnóstico tramposo que fue despedazado de pies a cabeza- continúa y ha servido para exhibir, en poco tiempo, las nuevas mentiras de los panistas y del gobierno federal. Que el jefe del Ejecutivo federal le mienta a su pueblo es muy grave y que pretenda hundir a las Cámaras de Diputados y Senadores obligándolos a que legislen expresamente contra la Constitución, no sólo es un despropósito sino que adquiere una enorme responsabilidad que los mexicanos ya juzgan, en este momento, con severidad y la historia condenará.

Calderón ofende la inteligencia de los mexicanos cuando dice que PEMEX no se privatiza y miente cuando sostiene que la empresa estatal se fortalecerá si se aprueban sus iniciativas. No hay que buscar mucho, basta con ver las propuestas de reforma a los artículos 3º. y 4º. de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 en el ramo del Petróleo para comprobar que el interés gubernamental es abrir legalmente la puerta para que el capital privado se meta a hacer negocios con el petróleo de los mexicanos, cercenando a PEMEX de las facultades exclusivas que en esa materia le otorga la Constitución nacional en los artículos 25, 27 y 28.

Cierto que el debate se ha querido derivar hacia un hecho que en este momento resulta algo secundario, frente a la gravedad que representan las intenciones del gobierno de Calderón para despojar a la Nación mexicana de su riqueza petrolera. Se acusa al PRD de secuestrar a las Cámaras del Congreso de la Unión, tratando de olvidar o de eludir la propia responsabilidad. Sólo hay que recordar que cuando Calderón se presentó ante el Congreso de la Unión para que le fuera “tomada la protesta”, dicho cuerpo colegiado estaba realmente secuestrado por los panistas. En ese acto se violentó el orden constitucional y legal del País porque fue un acto totalmente irregular. Jurídicamente, por lo que presenciamos millones de mexicanos en la televisión, y como se dijo, en vivo y en directo, la fuerza utilizada para realizarlo lo inválida. Formalmente el acto se realizó, realmente fue nulo de pleno derecho. Los que ahora acusan al PRD callan ese hecho.

Otro hecho: hace menos de una semana circuló una información según la cual el gobierno de Calderón dio contratos a una empresa o conjunto de empresas de nacionalidad noruega -prácticamente en quiebra- para que exploren en aguas del Golfo de México donde, a decir del gobierno está el “tesoro” de los mexicanos. O sea que sin que se tengan facultades para ello se concertaron esos contratos en el 2007, cuando no se conocía la pretendida reforma privatizadora. En otros términos: Calderón no respeta las disposiciones constitucionales en materia del petróleo, y menos le interesa que las Cámaras hayan legislado o no. Ah, pero eso sí, exigen a otros que respeten al Congreso cuando ellos, a ojos vistos, han violentado el tan llevado y traído Estado de derecho.

El pueblo mexicano tiene memoria y sabe que los enemigos de la Nación mexicana no son los que han ocupado, temporalmente, las tribunas del Senado y de la Cámara de diputados. Ellos no han despojado a la Nación, ni tratan de despojarla de su patrimonio. El pueblo identifica como sus verdaderos enemigos a quienes, mediante auténticas maniobras, tratan de quitarle a los mexicanos una riqueza que la naturaleza les dio y que Lázaro Cárdenas, en jornada memorable, que se mantiene viva en la conciencia de nuestro pueblo, rescató de manos extranjeras.

Y en este ambiente de tensión, surgen las voces interesadas de algunos intelectuales como la del derechista Enrique Krauze que juega estupendamente su papel de alcahuete de las fuerzas que buscan apoderarse el petróleo mexicano y quien, en lenguaje subliminal, primero y de manera descarada después llama, sin ningún pudor, al gobierno de Calderón a reprimir a las fuerzas contrarias a la privatización del petróleo.

Y no se diga de los empresarios –los canacintras, los concamines, los concanacos y demás- que se declaran insatisfechos con la iniciativa de Calderón porque, a su juicio, nos se fue hasta la cocina, pues no abre a la iniciativa privada –según ellos- todo el sector energético. La voracidad empresarial quiere todo el pastel y no sólo una parte de él..

Otro personaje que se está desfigurando, es el Senador Beltrones, que más bien parece portero de Calderón que Senador de la República. Sólo lo más reciente de Manlio: planteó el posible secuestro, por el PRD, al exigir cuatro meses de debate, del informe presidencial, lo que no sólo asusta al gobierno y a los panistas, sino que pretende, con esta declaración temeraria, limitar a 50 días –y sólo 50- el ya maltratado debate.

Y qué decir de los desfiguros del Mouriño. Este señor no tiene la menor idea de lo que es el pueblo mexicano, y por estar involucrado en evidentes hechos que lo identifican como un negociante sucio que utilizó el poder público para amasar fortuna, no tiene ninguna autoridad para llamar a nadie a la cordura.

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