miércoles, 12 de octubre de 2011

BENITO JUÁREZ SIGUE EN LA LUCHA

Benito Juárez encarna al tipo de mexicano revolucionario que enfrenta, casi en el desamparo, al ejército francés, el más poderoso del mundo cuando invadió a México, en 1862; encarna, por lo mismo, al hombre firme en defensa intransigente de la nación mexicana; representa al hombre del pueblo, surgido de su más remota entraña, que conoce directa y personalmente las carencias de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Es el intelectual y dirigente político que, pertrechándose de las ideas más avanzadas de su tiempo, conoce las transformaciones que requiere el país, para culminar la grandiosa obra que inició en Dolores el cura Hidalgo.

Podría decirse que Benito Juárez, al frente de la generación de intelectuales-gobernantes más brillante que ha tenido México en su vida independiente, consuma la independencia nacional, después de más de medio siglo de luchas permanentes y cruentas, entre las fuerzas avanzadas y las del retroceso, que pretendían mantenernos atados al dominio español, o que ya conseguida formalmente la independencia política, buscaron truncarla estableciendo, temporalmente, un gobierno monárquico que el pueblo combatió, rechazó y derrotó en toda la línea.

Juárez, hombre creyente, entendió con claridad el nefasto papel desempeñado por el poder de la Iglesia católica y las trabas que representaba el poder económico de la misma Iglesia, la intolerancia para el libre pensamiento y los excesos de un poder que se quiso mantener por encima o al lado del poder civil.

Como representantes de las ideas liberales, Juárez y su generación, desde el gobierno, tomaron las medidas políticas económicas y sociales para impulsar el desarrollo del pueblo mexicano, rompiendo, en primer lugar, el cordón umbilical que nos mantenía unidos a la estructura colonial heredada de los 300 años de dominio español.

Ejemplo de patriotismo, fortaleza y profundo amor a su pueblo, Juárez es, ha sido y será un ejemplo a seguir, cuya estatura moral y política no puede ni siquiera compararse, por su grandeza, con otros que ahora son ensalzados por los reaccionarios del siglo XX.

Juárez sigue en pie de lucha, encabezando las batallas del pueblo mexicano por asegurar su independencia política, amenazada todos los días por los enemigos de fuera y por los reaccionarios de dentro. Juárez sigue dando la batalla contra las fuerzas reaccionarias, a las que derrotó en su tiempo de manera contundente, en el campo de las ideas y en el de las armas, y que no le perdonan, más de un siglo y medio después, esa derrota.

Quienes atacan a Benito Juárez, como insolentemente lo han hecho siempre los reaccionarios panistas, atacan precisamente su vida y su obra, atacan la herencia de fortaleza y firmeza que le dejó al pueblo mexicano. Atacan los postulados avanzados de la Constitución de 1857 y los de la Constitución vigente.

Los reaccionarios de ahora, los que se encuentran dentro del gobierno y fuera de él, o que se dicen cogobernantes, quisieran desaparecer, si fuera posible con un solo acto, la figura austera, republicana y patriótica de Juárez. Por eso ingenuamente, como reaccionarios que son, piensan que suprimiendo de las calles el nombre de Benito Juárez, van a lograr que desaparezca de la conciencia de millones de mexicanos.

La venganza histórica que toman los reaccionarios del PAN contra Benito Juárez, es porque sus antepasados ideológicos, los conservadores de todo tipo, nunca lo pudieron hacer en la batalla de las ideas o de las armas. Eso explica la respuesta rabiosa de los panistas, buscando desquite del inmenso héroe nacional que sigue cobijando al pueblo mexicano.

Los del PAN, en su actitud de revancha frente a Juárez, han levantado una ola de indignación en el pueblo de México y se quedaron aislados, sólo acompañados por el clero católico, acérrimo enemigo de la obra jurista, que tampoco ha logrado asimilar su derrota frente a los liberales del siglo pasado.

Para desgracia de los panistas y sus congéneres, Benito Juárez y su generación de liberales, siguen recorriendo los caminos de la patria mexicana, y lo seguirán haciendo por siempre.

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