Escribo
estas líneas, el martes 5 de marzo por la noche al enterarme del fallecimiento
del presidente Hugo Chávez, como un sentido homenaje al presidente venezolano,
al líder latinoamericano, al patriota, al revolucionario, al socialista
visionario.
El fallecimiento del
comandante Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha
conmocionado a los pueblos latinoamericanos y a la inmensa mayoría de los
gobiernos de la región, que luchan por consolidar la independencia y la soberanía de sus pueblos.
Hugo Chávez refunda
Venezuela y la rescata de las garras de la oligarquía y el imperialismo; realiza cambios
sociales y económicos muy profundos. La soberanía energética ha sido la base de
esos cambios alcanzadas en beneficio del pueblo venezolano, poniendo el
petróleo al servicio de su nación. Bajo su conducción y legado la revolución
bolivariana -anticapitalista, antimperialista y antineoliberal- será indestructible.
Hugo Chávez expresa las legítimas aspiraciones
populares de democracia, justicia social, independencia y soberanía de toda
América Latina como vía para construir el socialismo, bajo la dirección del
pueblo y para beneficio del pueblo.
Su liderazgo latinoamericano
es indiscutible. Bajo ese liderazgo América Latina ha caminado aceleradamente
hacia su integración, sacudiéndose la hegemonía del imperialismo yanqui. Hugo
Chávez hizo aportaciones relevantes en la lucha por la segunda y definitiva
independencia de Latinoamérica.
Los pueblos latinoamericanos están rescatando
su dignidad impulsados por el ejemplo y la contribución del presidente Chávez.
El legado de Hugo Chávez
constituye un faro para las fuerzas populares que luchan, con espíritu revolucionario, para
construir el socialismo, en distintas latitudes del mundo, como único sistema
que hará posible la paz verdadera, el desarrollo de todas las potencialidades
del ser humano. Un sistema pleno de justicia.
El presidente Hugo Chávez
pasa a formar parte de los héroes latinoamericanos, forjados en los últimos
años, junto a Salvador Allende, al lado de Fidel Castro y el Che Guevara.
Las expresiones de intensa
solidaridad latinoamericana por el fallecimiento del presidente bolivariano -de
las que el gobierno mexicano, aislado, es ajeno- a través de los dirigentes
políticos de sus pueblos, son una muestra de la profunda huella liberadora que ha legado.
El imperialismo acecha, pero
el pueblo venezolano y todos los pueblos latinoamericanos cerrarán filas,
fortalecerán su unidad y su integración para derrotar las intentonas
intervencionistas de los yanquis.
¡HASTA LA VICTORIA
SIEMPRE!