viernes, 18 de noviembre de 2011

SE DERRUMBA EL NEOLIBERALISMO

En el mundo se están dando importantes cambios políticos contrarios al neoliberalismo, doctrina y práctica que se impuso a raja tabla en interés de las gigantes corporaciones económicas y los gobiernos a su servicio.

Como se recordará ese modelo económico consiste en imponerle a los países, sobre todo los más pobres: a) la privatización de los recursos naturales y de las empresas más dinámicas, como el petróleo, la electricidad, los bancos, los ferrocarriles, las líneas aéreas, así como las de los servicios de seguridad social; b) la apertura de sus mercados, a pretexto del libre comercio, para dominarlos e impedir que los países sometidos sean competitivos. El libre comercio lo fue sólo para las potencias y las corporaciones internacionales, c) desde el punto de vista político, el modelo neoliberal se expresó en “la elección” de empresarios o de sus incondicionales, conformando una democracia exclusivamente electoral, sin ninguna participación popular.

El neoliberalismo ha tenido efectos desastrosos en la vida económica, social y política de los países donde se aplicó.

1) Se despojó a pueblos enteros de su riqueza. Es decir, la riqueza social se convirtió en riqueza privada. Se recuerdan muchos escándalos de corrupción para lograr esta transferencia.

2) Se acentuó un proceso peligroso de empobrecimiento de las masas populares; se acentuó el desempleo, el analfabetismo, se profundizaron las desigualdades sociales, se aceleró la emigración de familias enteras hacia los países más desarrollados, y se inició la derogación de los derechos laborales fundamentales de las masas trabajadoras. El neoliberalismo, lo he dicho muchas veces, es el padre y la madre del crecimiento inusitado de la delincuencia.

3) Se establecieron gobiernos dictatoriales con fachada democrática, producto de procesos electorales fincados en la mercadotecnia. En México los neoliberales aplicaron una política similar a la de los dictadores militares del Cono Sur de América Latina.

Este proceso y estas consecuencias tuvieron distinta intensidad según las características de los países, pero con la misma orientación general. Latinoamérica y México, en particular, se convirtieron en víctimas de este modelo nefasto. El de Calderón fue el quinto –y debe ser el último sexenio- del neoliberalismo en nuestro país.

En más de un cuarto de siglo el neoliberalismo ha tenido tal grado de desgaste que los pueblos del mundo están luchando, con todos los medios a su alcance, para restablecer el ejercicio pleno de su soberanía y orientar su desarrollo hacía un modelo de desarrollo con justicia social. El movimiento más reciente, que ha tenido amplia difusión, es el de los indignados en distintas latitudes del globo terrestre, incluyendo el corazón financiero del imperialismo yanqui.

Lo más notable y cercano a los mexicanos es la corriente nacionalista que vive actualmente América Latina que se refleja en la lucha antineoliberal: en Brasil, en Uruguay, en Argentina, en Paraguay , en Venezuela, en Bolivia, en Perú, en Ecuador, en Nicaragua, en El Salvador y hasta en Costa Rica. Si además agregamos a Cuba el panorama es muy claro: aproximadamente 80% de los latinoamericanos viven hoy bajo gobiernos antineoliberales.

Finalmente, también será el sentido que tendrá el debate de la campaña electoral presidencial en México que se avecina, y que culminará con la elección del próximo julio. Se pueden identificar, fácilmente, a las fuerzas políticas partidarias de continuar el neoliberalismo, como es el caso de quien resulte candidato del PAN y quien se ha proclamado abiertamente antineoliberal como Andrés Manuel López Obrador. Hay que esperar quien resulte candidato del PRI, pero si nos atenemos a la Declaración de Principios, al Programa de Acción de ese partido y las exigencias de los sectores populares que lo integran, se esperaría una posición contraria al modelo neoliberal.

Desafortunadamente las declaraciones sobre la participación del capital privado en la industria petrolera del más aventajado de sus posibles candidatos, Enrique Peña Nieto, son muy preocupantes.

jueves, 17 de noviembre de 2011

CALDERÓN "CACHORRITO" DEL IMPERIO

Artículo escrito a raíz de la publicación del Manifiesto del Grupo Sur, en los dos primeros meses del “gobierno” panista de Felipe Calderón. El contenido del artículo sigue siendo plenamente válido cinco años después.

A raíz de que un grupo de intelectuales dio a conocer un manifiesto donde critica de manera fuerte y consistente al gobierno de Felipe Calderón en sus primeros días, éste se vio obligado a improvisar rápidamente una conferencia de prensa para señalar que, en México, todo va bien y que se superó el ambiente de crispación existente en el momento en que asumió la titularidad del gobierno federal, a pesar de que la inmensa mayoría de los mexicanos piensan que ahora la situación económica social y política es más difícil que hace dos meses, y para muestra basta un botón: el gobierno panista ha sido incapaz de detener la especulación que realiza la mayor empresa que maneja la masa para la elaboración de las tortillas, y que, como se ha dicho se queda con el 70-80% de las ganancias de los 9 mil millones de dólares que se obtienen como tal por el monopolio de la masa, así como la incontrolada escalada de precios en otros productos básicos.

El denominado Grupo Sur constituido por destacados intelectuales, entre los que se encuentran Guillermo Almeyra, Armando Bartra, Arturo Huerta, Víctor Flores Olea, John Saxe-Fernández, sintetizan en el documento que dieron a conocer a la opinión pública, lo que ellos denominan impulso autoritario del gobierno de Felipe Calderón, y señalan los siguientes rasgos:

La criminalización de la protesta social y el uso faccioso de leyes e instituciones para amedrentar a dirigentes sociales y a la población en general; la colocación de fuerzas del ejército, vestidas de verde o camufladas de azul en las calles de muy diversas zonas del país; el control faccioso y mendaz de los medios de comunicación; la incorporación a su gabinete de violadores de los derechos humanos, ex funcionarios de funestos organismos internacionales, bandoleros corporativos y corruptos de amplia fama pública; continuación de la campaña de odio y estigmatización contra AMLO; la represión contra quienes piensan diferente, que despunta en las oficinas gubernamentales; la colusión del poder judicial con los poderes fácticos; el ataque, vía formulación presupuestal, a la educación, la ciencia y la tecnología, el campo, el desarrollo social y la cultura.

El grupo de intelectuales que presenta este preocupante panorama señala que la derecha en el poder vive un alto grado de desesperación porque el modelo económico neoliberal se encuentra deslegitimado frente a las masas populares, particularmente en el continente Latinoamericano en donde México se ha quedado peligrosamente aislado. Asimismo, señalan, que hay un crecimiento visible de la izquierda social que está jugando un papel de gran relevancia en las circunstancias actuales.

Concluye con un llamamiento para que todas las fuerzas progresistas, sin exclusión constituyan un gran frente para trasformar al país y alcanzar un México renovado, democrático, justo e incluyente.

Este documento se encuentra a tono con los múltiples pronunciamientos que se están haciendo en diversos países de América Latina, no sólo por las agrupaciones políticas progresistas o de izquierda, sino desde los mismos gobiernos que, por hoy, ya están presidiendo la mayor parte de los países de América Latina.

Destacan por su importancia la actitud del reelecto Hugo Chávez que declaró al asumir una vez más la presidencia de Venezuela que este país se encamina al socialismo; las declaraciones del mandatario de Nicaragua, y de manera especial las afirmaciones del economista Rafael Correa que se convirtió en presidente de Ecuador.

Rafael Correa se pronuncia por una América digna, altiva, justa y socialista del siglo XXI, y coincide con millones de latinoamericanos al sostener que se ha derrumbado el modelo neoliberal en gran parte de América latina y han caído las que él denominó “democracias de plastilina”.

Es correcta la afirmación del presidente ecuatoriano al sostener que “nuestro continente seguirá transformándose, porque lo que vivimos no es una época de cambios sino un cambio de época”.

Frente a estos pronunciamientos, expresión de profundos cambios políticos en Latinoamérica, los panistas se han convertido en una retranca para el avance vigoroso y la profundización de esos cambios. Felipe Calderón, menospreciado en Nicaragua en el acto oficial de renovación de poderes de esa nación, no sólo se encuentra al margen de los cambios progresistas latinoamericanos, sino que es un enemigo declarado de la integración latinoamericana en las nuevas condiciones que vive esta parte del mundo, y asume gratuitamente como ya se dice en gran parte de América Latina el vergonzoso papel de “cachorrito” del imperio.

CALDERÓN, "CACHORRITO" DEL IMPERIO


Artículo escrito a raíz de la publicación del Manifiesto del Grupo Sur, en los dos primeros meses del “gobierno” panista de Felipe Calderón. El contenido del artículo sigue siendo plenamente válido cinco años después.

A raíz de que un grupo de intelectuales dio a conocer un manifiesto donde critica de manera fuerte y consistente al gobierno de Felipe Calderón en sus primeros días, éste se vio obligado a improvisar rápidamente una conferencia de prensa para señalar que, en México, todo va bien y que se superó el ambiente de crispación existente en el momento en que asumió la titularidad del gobierno federal, a pesar de que la inmensa mayoría de los mexicanos piensan que ahora la situación económica social y política es más difícil que hace dos meses, y para muestra basta un botón: el gobierno panista ha sido incapaz de detener la especulación que realiza la mayor empresa que maneja la masa para la elaboración de las tortillas, y que, como se ha dicho se queda con el 70-80% de las ganancias de los 9 mil millones de dólares que se obtienen como tal por el monopolio de la masa, así como la incontrolada escalada de precios en otros productos básicos.

El denominado Grupo Sur constituido por destacados intelectuales, entre los que se encuentran Guillermo Almeyra, Armando Bartra, Arturo Huerta, Víctor Flores Olea, John Saxe-Fernández, sintetizan en el documento que dieron a conocer a la opinión pública, lo que ellos denominan impulso autoritario del gobierno de Felipe Calderón, y señalan los siguientes rasgos:

La criminalización de la protesta social y el uso faccioso de leyes e instituciones para amedrentar a dirigentes sociales y a la población en general; la colocación de fuerzas del ejército, vestidas de verde o camufladas de azul en las calles de muy diversas zonas del país; el control faccioso y mendaz de los medios de comunicación; la incorporación a su gabinete de violadores de los derechos humanos, ex funcionarios de funestos organismos internacionales, bandoleros corporativos y corruptos de amplia fama pública; continuación de la campaña de odio y estigmatización contra AMLO; la represión contra quienes piensan diferente, que despunta en las oficinas gubernamentales; la colusión del poder judicial con los poderes fácticos; el ataque, vía formulación presupuestal, a la educación, la ciencia y la tecnología, el campo, el desarrollo social y la cultura.

El grupo de intelectuales que presenta este preocupante panorama señala que la derecha en el poder vive un alto grado de desesperación porque el modelo económico neoliberal se encuentra deslegitimado frente a las masas populares, particularmente en el continente Latinoamericano en donde México se ha quedado peligrosamente aislado. Asimismo, señalan, que hay un crecimiento visible de la izquierda social que está jugando un papel de gran relevancia en las circunstancias actuales.

Concluye con un llamamiento para que todas las fuerzas progresistas, sin exclusión constituyan un gran frente para trasformar al país y alcanzar un México renovado, democrático, justo e incluyente.

Este documento se encuentra a tono con los múltiples pronunciamientos que se están haciendo en diversos países de América Latina, no sólo por las agrupaciones políticas progresistas o de izquierda, sino desde los mismos gobiernos que, por hoy, ya están presidiendo la mayor parte de los países de América Latina.

Destacan por su importancia la actitud del reelecto Hugo Chávez que declaró al asumir una vez más la presidencia de Venezuela que este país se encamina al socialismo; las declaraciones del mandatario de Nicaragua, y de manera especial las afirmaciones del economista Rafael Correa que se convirtió en presidente de Ecuador.

Rafael Correa se pronuncia por una América digna, altiva, justa y socialista del siglo XXI, y coincide con millones de latinoamericanos al sostener que se ha derrumbado el modelo neoliberal en gran parte de América latina y han caído las que él denominó “democracias de plastilina”.

Es correcta la afirmación del presidente ecuatoriano al sostener que “nuestro continente seguirá transformándose, porque lo que vivimos no es una época de cambios sino un cambio de época”.

Frente a estos pronunciamientos, expresión de profundos cambios políticos en Latinoamérica, los panistas se han convertido en una retranca para el avance vigoroso y la profundización de esos cambios. Felipe Calderón, menospreciado en Nicaragua en el acto oficial de renovación de poderes de esa nación, no sólo se encuentra al margen de los cambios progresistas latinoamericanos, sino que es un enemigo declarado de la integración latinoamericana en las nuevas condiciones que vive esta parte del mundo, y asume gratuitamente como ya se dice en gran parte de América Latina el vergonzoso papel de “cachorrito” del imperio.

CALDERÓN "CACHORRITO DEL IMPERIO"


Artículo escrito a raíz de la publicación del Manifiesto del Grupo Sur, en los dos primeros meses del “gobierno” panista de Felipe Calderón. El contenido del artículo sigue siendo plenamente válido cinco años después.

A raíz de que un grupo de intelectuales dio a conocer un manifiesto donde critica de manera fuerte y consistente al gobierno de Felipe Calderón en sus primeros días, éste se vio obligado a improvisar rápidamente una conferencia de prensa para señalar que, en México, todo va bien y que se superó el ambiente de crispación existente en el momento en que asumió la titularidad del gobierno federal, a pesar de que la inmensa mayoría de los mexicanos piensan que ahora la situación económica social y política es más difícil que hace dos meses, y para muestra basta un botón: el gobierno panista ha sido incapaz de detener la especulación que realiza la mayor empresa que maneja la masa para la elaboración de las tortillas, y que, como se ha dicho se queda con el 70-80% de las ganancias de los 9 mil millones de dólares que se obtienen como tal por el monopolio de la masa, así como la incontrolada escalada de precios en otros productos básicos.

El denominado Grupo Sur constituido por destacados intelectuales, entre los que se encuentran Guillermo Almeyra, Armando Bartra, Arturo Huerta, Víctor Flores Olea, John Saxe-Fernández, sintetizan en el documento que dieron a conocer a la opinión pública, lo que ellos denominan impulso autoritario del gobierno de Felipe Calderón, y señalan los siguientes rasgos:

La criminalización de la protesta social y el uso faccioso de leyes e instituciones para amedrentar a dirigentes sociales y a la población en general; la colocación de fuerzas del ejército, vestidas de verde o camufladas de azul en las calles de muy diversas zonas del país; el control faccioso y mendaz de los medios de comunicación; la incorporación a su gabinete de violadores de los derechos humanos, ex funcionarios de funestos organismos internacionales, bandoleros corporativos y corruptos de amplia fama pública; continuación de la campaña de odio y estigmatización contra AMLO; la represión contra quienes piensan diferente, que despunta en las oficinas gubernamentales; la colusión del poder judicial con los poderes fácticos; el ataque, vía formulación presupuestal, a la educación, la ciencia y la tecnología, el campo, el desarrollo social y la cultura.

El grupo de intelectuales que presenta este preocupante panorama señala que la derecha en el poder vive un alto grado de desesperación porque el modelo económico neoliberal se encuentra deslegitimado frente a las masas populares, particularmente en el continente Latinoamericano en donde México se ha quedado peligrosamente aislado. Asimismo, señalan, que hay un crecimiento visible de la izquierda social que está jugando un papel de gran relevancia en las circunstancias actuales.

Concluye con un llamamiento para que todas las fuerzas progresistas, sin exclusión constituyan un gran frente para trasformar al país y alcanzar un México renovado, democrático, justo e incluyente.

Este documento se encuentra a tono con los múltiples pronunciamientos que se están haciendo en diversos países de América Latina, no sólo por las agrupaciones políticas progresistas o de izquierda, sino desde los mismos gobiernos que, por hoy, ya están presidiendo la mayor parte de los países de América Latina.

Destacan por su importancia la actitud del reelecto Hugo Chávez que declaró al asumir una vez más la presidencia de Venezuela que este país se encamina al socialismo; las declaraciones del mandatario de Nicaragua, y de manera especial las afirmaciones del economista Rafael Correa que se convirtió en presidente de Ecuador.

Rafael Correa se pronuncia por una América digna, altiva, justa y socialista del siglo XXI, y coincide con millones de latinoamericanos al sostener que se ha derrumbado el modelo neoliberal en gran parte de América latina y han caído las que él denominó “democracias de plastilina”.

Es correcta la afirmación del presidente ecuatoriano al sostener que “nuestro continente seguirá transformándose, porque lo que vivimos no es una época de cambios sino un cambio de época”.

Frente a estos pronunciamientos, expresión de profundos cambios políticos en Latinoamérica, los panistas se han convertido en una retranca para el avance vigoroso y la profundización de esos cambios. Felipe Calderón, menospreciado en Nicaragua en el acto oficial de renovación de poderes de esa nación, no sólo se encuentra al margen de los cambios progresistas latinoamericanos, sino que es un enemigo declarado de la integración latinoamericana en las nuevas condiciones que vive esta parte del mundo, y asume gratuitamente como ya se dice en gran parte de América Latina el vergonzoso papel de “cachorrito” del imperio.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

AGRESIONES DEL IMPERIALISMO YANQUI EN MEDIO ORIENTE

Trabajo Parlamentario

LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AGRESIONES DEL IMPERIALISMO YANQUI EN MEDIO ORIENTE

El Presidente: - Para hablar del mismo tema, tiene la palabra el diputado Alfredo Reyes Contreras, del grupo parlamentario del Partido Popular Socialista.

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Señor Presidente, señoras y señores legisladores:

Es profunda la preocupación que el conjunto de la humanidad ha tenido en estos últimos días sobre la situación del Medio Oriente, y es dramática la perspectiva que se le presenta a la propia humanidad por la actitud beligerante del que quiere seguir siendo el gendarme internacional, sin que nadie hasta hoy le haya dado a Bush esa designación o un encargo específico. En estas horas dramáticas, cuando tal parece que la humanidad es un condenado a muerte, que simplemente está esperando la hora de la ejecución, es bueno recordar lo que ha pasado en el curso de este Siglo XX: 200 conflictos bélicos han tenido lugar en lo que va de este siglo; dos guerras mundiales de consecuencias desastrosas. Hay que recordar que en la Primera Guerra Mundial murieron 17 millones de personas, 7 millones quedaron mutilados; 2 millones de enfermos incurables y quinientos mil desaparecidos.

Tanto en la primera como en la Segunda Guerra Mundial, la ambición de dominio, la pretensión territorial, la ambición de nuevos mercados, condujeron a esta catástrofe.
Recordarán todos los presentes que la vieja Sociedad de las Naciones resultó incapaz de detener el brazo armado del nazi fascismo y que desapareció por incapaz. Hoy preocupa profundamente el papel irresponsable del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, porque tal parece que se convierte en el nuevo ministerio de las colonias de los Estados Unidos y en el brazo armado del imperialismo norteamericano para agredir al mundo.

Preocupa profundamente el papel de la Organización de las Naciones Unidas porque si reemplazó a la Sociedad de las Naciones, fue para cumplir objetivos que ésta no pudo cumplir. Hay que ver los documentos esenciales de la Organización de las Naciones Unidas. Dice la Carta de las Naciones Unidas: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infringido a la humanidad sufrimientos indecibles". Y establece la finalidad de unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

En su capitulado insiste en mantener la paz y la seguridad internacionales; en fomentar entre las naciones relaciones de amistad; realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico y servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar esos propósitos comunes. Pero cuando se privilegia el uso de la fuerza para resolver conflictos, evidentemente se está dejando el camino a la ley de la selva, para que impere el más fuerte y en este caso el que tiene mayor capacidad militar que sin duda son los Estados Unidos de América.

Nosotros, creo que todos los que estamos aquí presentes, la inmensa y la totalidad diría yo del pueblo mexicano, y la totalidad de la humanidad, queremos la paz; luchamos por ella. Creo que fue oportuno y útil el pronunciamiento que aquí se hizo en días pasados, convocando a los parlamentos del mundo para que se pronunciaran por la paz.

Independientemente de cómo evolucione este problema, y nosotros esperamos que sea por la vía pacífica, creo que deben darse modificaciones inclusive a la Carta de la Organización de las Naciones Unidas. Ya no se puede permitir en estas condiciones, el uso de la fuerza, porque las armas que se utilizan ahora, son armas muy poderosas, de una gran capacidad de destrucción. Y se ha dicho con razón que en caso de desatarse una guerra mundial, desaparecería la humanidad.

Los Estados Unidos a pesar del proceso de distensión internacional, no han desmantelado todo el complejo militar-industrial que tiene. Y se ha dicho que tienen capacidad para destruir la tierra por varias veces, a pesar de que sólo se requiere armamento para destruirla una sola vez.

Señoras y señores legisladores:

Creo que la humanidad sigue estando sobre un barril de pólvora, y sujeto a los caprichos del nuevo Hitler, del Hitler de hoy, que es George Bush.
A cinco meses de haberse iniciado la acción de Irak para recuperar Kuwait, que históricamente le pertenece, el gobierno de los Estados Unidos no ha convencido a su propio pueblo, ni a otros pueblos del mundo, de que su maniobra para involucrar al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas para aprobar un bloqueo económico y después la intervención militar contra Irak, sea en defensa de la independencia y la democracia de Kuwait.

Más bien, muchos de los gobiernos y pueblos árabes y de otras partes del mundo, están convencidos ya de que el verdadero propósito del imperialismo yanqui, al enviar sus tropas y toda clase de armamentos al Golfo Arábigo, es para apoderarse de los recursos naturales, particularmente del petróleo de todo el Medio Oriente y controlar así el mercado petrolero mundial.

El tiempo transcurrido desde el inicio de este conflicto en el Medio Oriente, ha hecho reflexionar a los políticos, a los economistas, a los periodistas y escritores, a los ecologistas, a los científicos y a todos los hombres y mujeres honestos, democráticos, pacifistas y humanistas, que la acción prepotente y militarista del gobierno de los Estados Unidos, nada tiene que ver con la defensa de la democracia, de la independencia, de la soberanía y del mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos y naciones, sino que la política imperial va encaminada a la dominación de otros países del propio sistema capitalista y de los países en vías de desarrollo, como en los casos de Granada y Panamá.

El Partido Popular Socialista considera que todavía es tiempo, aun concluido el plazo dado por el Consejo de Seguridad, para detener esta locura militar del imperialismo. Y por eso llama a todos los gobiernos, a todos los pueblos y a todos los parlamentos del mundo, a exigir a los involucrados para encontrar la solución pacífica a este conflicto en todo el Medio Oriente, que involucra a su vez el viejo problema de la ocupación de los territorios palestinos por Israel y el problema del Líbano. Que todos insistamos en una reunión de emergencia de la Organización de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad para analizar el problema hasta encontrar la solución pacífica de los conflictos del Medio Oriente que tanto preocupan a todo el mundo.

Le parece al Partido Popular Socialista, señoras y señores, que aún estamos en tiempo de intensificar todas las acciones posibles para detener la agresión imperialista y lograr que prevalezca la paz sobre la tierra, como desde el pasado prehispánico nos pronunciamos los mexicanos, y sostenemos hoy ese camino para mantener la supervivencia de la humanidad. Muchas gracias. (Versión estenográfica)

SOBRE EL SENADO Y EL DISTRITO FEDERAL

Trabajo Parlamentario
Diario de los Debates
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS
"LII" LEGISLATURA
AÑO III México, D. F., jueves 28 de febrero de 1985 TOMO III. NUM. 10

SOBRE EL SENADO Y EL DISTRITO FEDERAL

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Reyes Contreras.

El C. diputado Alfredo Reyes Contreras: - Señor Presidente; señoras y señores legisladores:
Es verdaderamente lamentable que se utilice esta elevada tribuna para proferir calumnias, para emitir calificativos que de ninguna manera enaltecen el papel que como miembros de esta honorable Comisión tenemos sus integrantes.

El señor Patrocinio, ya con anterioridad a esta ocasión, ha utilizado la tribuna también para emitir calificativos. A mí personalmente me endilgó el calificativo de irresponsable, cuando opiné que algunos funcionarios públicos que han salido al extranjero y que ahora tienen elevados grados académicos están desempeñando una función que ya nada tiene que ver con los propósitos de la Revolución Mexicana. Este juicio lo emití con toda responsabilidad y en última instancia estaría sujeto a discusión y a examinar si efectivamente mi afirmación corresponde estrictamente a la verdad o es relativa, pero de ninguna manera puede calificarse como irresponsable; yo le diría al senador que mayor irresponsabilidad es coincidir con la derecha como él coincidió en esa ocasión, es una irresponsabilidad de carácter histórico.

Me parece que confundir la actividad de un partido, aquí está su representante y él mismo se ha defendido, con una función biológica de la mujer, es profundamente irrespetuoso y yo lo rechazo categóricamente, porque nuestro país está integrado con un 50% de mujeres que merecen nuestro respeto y hacia él dirijo mi más enérgica protesta por los términos utilizados por el senador Patrocinio.

Al hacer uso de la tribuna el diputado panista, si ustedes se dieron cuenta dejó deslizar algo que ya han empezado a pintar por las bardas: él habla de una nueva mayoría de la Cámara de Diputados y yo creo que hay un amplia coincidencia entre todos los mexicanos en la siguiente afirmación: los reaccionarios en México no son la mayoría y estoy seguro que las fuerzas democráticas en este proceso, en el que ya estamos inmersos y que culminará con la elección del 7 de julio, les va a dar una lección que jamás van a olvidar. Los partidos democráticos avanzaremos y los partidos reaccionarios, los retardatorios y contrarrevolucionarios van a ser rechazados por nuestro pueblo.

A raíz de una afirmación del senador Patrocinio, el diputado panista dice que el Senado no cambió de composición cuando el ingeniero Jorge Cruickhank García estuvo representando al Partido Popular Socialista en su seno. Pues claro, los reaccionarios no están obligados a conocer los debates de las fuerzas democráticas de nuestro país, ni a reconocer nada; no necesitamos el reconocimiento de esa corriente rechazada por la historia y condenada por la historia a desaparecer, pero lo que no puede quedarse en el aire es esa repetición insistente, machacona, calumniando, desde luego en el sentido de los cambios y las transacciones que aquí mencionó el diputado del PAN. Yo emplazo a usted, señor diputado, a que pruebe su afirmación, o de lo contrario quedará como un simple calumniador.

Realmente lo que está en el fondo de este debate, que se ha abierto, yo creo que no es ni siquiera la consulta o la convocatoria a la consulta respecto a la integración del Senado. Yo creo que lo que está en el fondo realmente es la existencia propia del Senado, porque ¿cuál es el papel que actualmente desempeña?. El Senado es unipartidista en este momento y tal parece que queremos que prevalezca la confusión hacia afuera. Los senadores no son representantes populares, los senadores son representantes de las entidades de nuestro país, es decir, de los Estados. Son representantes, si se quiere usar el término, políticos.

En consecuencia, nosotros tenemos que ver si el sistema bicameral que existe actualmente es el más adecuado, o es más conveniente un sistema unicameral.

Nosotros nos hemos encontrado por ejemplo en la Cámara de Diputados con algunos problemas de los cuales el Senado es el responsable. Cuando examinamos una minuta que llega del Senado ya se convierte en intocable, porque viene del Senado y ¿cuál es la contribución del Senado al avance de las fuerzas que impulsan el progreso en nuestro país?, históricamente como fue concebido el Senado, como un contrapeso, porque se decía que los diputados eran muy jóvenes y que podían cometer algunos excesos, por lo tanto el Senado, la función esencial del Senado, es detener ese impulso de la Cámara de Diputados.

En consecuencia, es conveniente que este sistema bicameral siga prevaleciendo en nuestro país o es conveniente que se establezca un sistema exclusivamente unicameral, ¿qué es lo más conveniente para el momento histórico que nuestro país está viviendo?, ¿qué es lo mejor para nuestro pueblo que está empeñado en un objetivo, que sigue empeñado en un objetivo: mejorar y ampliar la vida democrática?. Y yo creo que la discusión en torno a la existencia o no del Senado nos puede llevar a abrir los cauces, a ampliar la vida democrática del país.

Y creo que ese mismo sentido tiene la discusión en torno al Distrito Federal; a su gobierno. Qué es lo más conveniente que prevalezca, el sistema antidemocrático, yo sí me atrevo con toda responsabilidad a calificar que es un sistema antidemocrático el que prevalece en el Distrito Federal, sí, aquí contradigo totalmente lo que dijo el senador Patrocinio.

No tenemos un gobierno democrático en el Distrito Federal. Es un gobierno esencialmente antidemocrático, pero el pueblo mexicano lucha por intervenir, el pueblo mexicano lucha por ampliar su vida democrática. Esta ha sido una constante historia desde el movimiento de independencia, pasando por el de Reforma; se reafirmó en la Revolución Mexicana de 1910, y vamos a ir caminando hacia allá, a pesar de todos los obstáculos en ese sentido.

En consecuencia, teniendo como base la Constitución, invocando la Constitución misma, si partimos de que todo poder dimana del pueblo y se establece para beneficio de éste, yo creo que debemos impugnar las condiciones que actualmente tiene el gobierno en el Distrito Federal. Es necesario que se establezca un gobierno electo popularmente, que se restablezcan o no se establezcan los ayuntamientos, vamos a discutirlo, pero con el propósito de avanzar, con propósito de caminar, con el propósito de ampliar la vida democrática.

Tenemos que hacerlo, tenemos esa responsabilidad. Vamos a dejarle a las fuerzas más oscuras, a las fuerzas antidemocráticas que combatan el propósito de ampliar la vida democrática, pero no que hay que asumir gratuitamente la defensa de una situación antidemocrática. Gracias. (versión estenográfica)

UNA VEZ MAS, EN DEFENSA DEL SECTOR ESTATAL DE LA ECONOMÍA

Trabajo Parlamentario


DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
"LII" LEGISLATURA

AÑO III México, D. F., jueves 8 de noviembre de 1984 TOMO III. NÚM. 24

UNA VEZ, MÁS EN DEFENSA DEL SECTOR ESTATAL DE LA ECONOMÍA

El C. Presidente: -Tiene la palabra el C. diputado Alfredo Reyes Contreras, del Partido Popular Socialista.

El C. Alfredo Reyes Contreras: -Señor secretario:

Ha escuchado usted, a través de las intervenciones de los diputados de la derecha, del PAN y del PDM los ataques que se hacen a la intervención del Estado en el desarrollo económico del país. Sin ninguna originalidad y repitiendo lugares comunes, los diputados de la derecha han insistido en las criticas que las fuerzas económicas privadas, tanto en el interior como fuera del país, hacen al sector paraestatal.

Sin embargo, el Gobierno y el pueblo mexicano saben perfectamente que atrás del rechazo a la intervención del Estado en la economía está el capital trasnacional. En México sabemos, señor secretario, que la intervención del Estado en el desarrollo económico y de manera particular la aparición y el fortalecimiento del sector paraestatal, no fue producto del capricho de una persona o de un grupo, fue sobre todo resultado de las propias necesidades del país para mantener su independencia y soberanía.

El Partido Popular Socialista afirma que ha sido precisamente la intervención del Estado en el desarrollo económico lo que ha salvado a México, porque fue el Estado el que rescató las riquezas naturales que estaban en manos de extranjeros, fue el Estado y no los particulares el que desplazó de los renglones básicos del desarrollo económico al capital extranjero; lo desplazo del petróleo, de la electricidad, de los ferrocarriles; lo desplazó de la industria siderúrgica , de la producción de fertilizantes, etcétera.

La iniciativa privada, que hace alarde de lo que no es, que utiliza el chantaje frente al Estado para obtener prebendas, y que con frecuencia las consigue, jamás ha sido factor decisivo en el desarrollo económico de México.

El Partido Popular Socialista afirma que ese sector minoritario, verdadero parásito social, nunca ha contribuido con los esfuerzos permanentes del pueblo mexicano para superar sus dificultades. El sector privado de la economía, sostenemos, se ha desarrollado, no sólo al margen de los propósitos de la Revolución Mexicana sino en contra de los objetivos de justicia social, por los que murieron en el campo de batalla más de un millón de mexicanos.

Actualmente hemos llegado a una situación en la que, por la magnitud del sector paraestatal, el desarrollo del sector privado depende del fortalecimiento del Estado como empresario y productor, pero también nos encontramos ante un hecho que el pueblo mexicano debe conocer. Hoy por hoy es imposible el desarrollo económico del país sin la presencia, el crecimiento y el fortalecimiento del sector estatal de la economía, representando en parte por
sus empresas industriales que han sido las más dinámicas dentro de la estructura productiva.

Del monto de la inversión estatal en la industria, del crecimiento permanente de esa inversión, depende el crecimiento de toda la economía nacional.

El Estado, señor secretario, señoras y señores diputados, está presente en casi todas las ramas de la economía, en mayor o menor medida. Por eso se ha dicho con toda razón que hoy todo habitante en nuestro país es comprador diario del Estado, en alguna manera y distintas medidas, de casi todo lo que consume o utiliza: transportes terrestres y aéreos, teléfono, telégrafo, energía eléctrica, combustible, alimentos básicos y no básicos, telas de algodón y de otras fibras, ropa, aparatos domésticos, automóviles, ciertas medicinas, aceros para construcción, cemento, madera, periódicos, etcétera.

Usted, señor secretario, en el informe de labores 1983-84 que entregó a los miembros de esta representación nacional, expresa, y hoy lo reitera, que "la industria paraestatal es baluarte de la Independencia Nacional y palanca estratégica para impulsar el desarrollo económico de nuestro país".

Con esta apreciación suya coinciden plenamente las fuerzas democráticas de México, porque sin el sector paraestatal -y esto lo sabe bien el pueblo mexicano- nuestro país ya hubiera caído en las garras del capitalismo extranjero y ya se hubiera convertido en una colonia yanqui, sin independencia, sojuzgado, esclavizado y sobreexplotado. Sin embargo, nos preocupa mucho que frente a las críticas en contra del sector paraestatal, provenientes de la gran burguesía y de sus voceros, el Estado deje hacer y deje pasar y no dé respuestas definitivas y categóricas, no obstante que cuenta con los datos y elementos necesarios.

Nos encontramos ahora frente a una nueva ofensiva, verdaderamente brutal, promovida por los intereses privados de dentro y de fuera del país en contra de las empresas industriales del Estado y de la intervención de éste en el desarrollo económico.

La crítica de mala fe se generaliza a todas las empresas del Estado, pero se oculta intencionalmente la ineficiencia y la corrupción en la empresa privada; nada se dice de las casi cien empresas que pasaron al sector público por incompetencia del sector privado, por deshonestidad y por la desmedida voracidad de sus dueños -como se denuncia en un estudio reciente realizado por un ameritado investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM-; se ocultaron los problemas del grupo ICA, de Fundidora Monterrey y sus filiales, del grupo ALFA, de Cigarros Tabacalera Mexicana y ahora se minimizan los de la Cervecería Cuauhtémoc, problemas generados por la corrupción de la iniciativa privada.

Nos preocupa, señor secretario, que llevando las cosas al extremo, en el seno del Estado haya funcionarios que declaran la conveniencia, haciéndose eco de las críticas del sector privado, de vender empresas del sector estatal o acciones propiedad del Estado. Esta actitud, a juicio del Partido Popular Socialista, es muy peligrosa, porque de convertirse en conducta del Estado, como sostiene el investigador Benito Rey Romay, lo que estaría cambiando tal vez irreversiblemente, es la forma de desarrollar del país y con ello agravándose el grado de desequilibrio de las fuerzas sociales y el de la independencia económica y política del país.

La crítica corrosiva del sector privado ha logrado parte de sus propósitos al ablandar a ciertos funcionarios que se manifiestan ajenos a la defensa de los intereses del pueblo y de la Nación. Para el Partido Popular Socialista, no existe ninguna justificación económica, mucho menos social y política para vender empresas del Estado que, por serlo, forman parte del patrimonio de la Nación.

En nuestra opinión, debe establecerse en la Constitución, expresamente la prohibición para que el Ejecutivo venda empresas del Estado. La soberanía de la Nación, la independencia del país, estarán garantizadas sólo a condición de que el Estado incremente su participación en el desarrollo económico.

El otro camino que nos llevaría al abismo, es el esquema neoliberal que el Presidente Miguel de la Madrid rechazó vigorosamente hace dos días en Querétaro, coincidiendo plenamente con las fuerzas democráticas del país.

Señor secretario, partiendo de los juicios y preocupaciones anteriores, en nombre de la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, me permito formularle las siguientes preguntas:

Primera, ¿sería tan amable de informar a esta soberanía y por su conducto al pueblo de México, cuál es el monto global de la inversión estatal en la industria?, ¿cuál es el número de trabajadores ocupados en la industria paraestatal? ¿qué volumen de riqueza genera el sector paraestatal?, ¿a cuánto ascienden los salarios percibidos por los trabajadores del sector paraestatal?, ¿cuál es la aportación que las empresas del sector paraestatal hacen al fisco?, y que nos haga brevemente una comparación de esos aspectos, con los correspondientes del Sector Privado.

Segunda, ¿cuáles son los renglones estratégicos y prioritarios que maneja en estos momentos el Estado?

Tercera, ¿qué opinión le merece a usted la venta de empresas paraestatales, y si en el sector bajo su responsabilidad se han presentado ventas?

Cuarta, ¿considera usted positivo o no, el hecho de que la Cámara de Diputados tenga participación decisiva para autorizar o no, la venta de paraestatales? Y, finalmente, que informe a esta soberanía qué empresas del sector paraestatal operan con superávit

Muchas gracias.


Respuesta del Secretario (se omite)

Segunda intervención

El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Alfredo Reyes Contreras para replicar.

El C. Alfredo Reyes Contreras: -No voy a replicar. Simplemente quisiera hacer, en nombre de la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, una reflexión final, ponderando el pronunciamiento que usted hizo en torno a la decisión del Estado de ajustarse estrictamente a la ley de la materia en lo que se refiere a la producción del uranio, que como usted lo decía, es una actividad reservada exclusivamente al Estado, con la exclusión de cualquier otro tipo de intervención. Sin embargo, quisiera expresar también una preocupación: que nos explicara cómo se va a preparar a los técnicos para la explotación y procesamiento del uranio, porque por lo que sabemos es un renglón en el que tenemos un escaso o nulo desarrollo. Sería exclusivamente la única pregunta.

Respuesta del Secretario (también se omite)

(Versión estenográfica)

sábado, 5 de noviembre de 2011

HACIA EL 2012: LA REFORMA DEL ESTADO MEXICANO


Hasta 1982 el Estado mexicano fue el que surgió del movimiento armado de 1910, plasmado en la Constitución de 1917, actor y motor de las transformaciones que experimentó México en siete décadas.

Desde el punto de vista formal, con la Constitución de 1824, nace el Estado mexicano como un Estado Federal, con un régimen republicano, representativo y democrático, que se mantiene hasta la fecha.

Sin estar el Estado mexicano, por sobre la sociedad, a pesar de haber surgido de un movimiento revolucionario; respondiendo, en su esencia y naturaleza, a los intereses de la clase social que triunfó ideológicamente y en el campo de las armas, nace con una orientación antifeudal, antimperialista, pero al mismo tiempo democrático-burgués.

El Estado mexicano, con estas características, en siete décadas hizo de México un país industrial-agrario, superando el carácter agrario atrasado y primitivo que tenía en la segunda década del presente siglo.

El desarrollo industrial, que fue demanda de los sectores más avanzados poco después de expedida la Constitución de 1917 generó, necesariamente, el crecimiento de una burguesía que fue ocupando posiciones importantes en el aparato estatal, pero sobre todo se fue conformando como clase homogénea. Al mismo tiempo provocó el crecimiento cuantitativo de la clase obrera.

Un Estado antifeudal, para romper las trabas que impedían el desarrollo económico, se vio precisado a proteger a grandes sectores sociales; tenía que ser un Estado que reconociera derechos a los campesinos y a los obreros principalmente. Por eso tenemos en México una legislación laboral avanzada, y tuvimos normas constitucionales y legales que reconocieron el derecho de los mexicanos a la tierra, legislación sin la cual no hubiera sido posible romper el sistema de la hacienda.

De algún tiempo para acá se ha venido hablando de reformar el Estado, y hace algunos años se publicó una amplia relación de temas que acordaron varios partidos para discutir todo, lo que significaba no una reforma del Estado sino una refundación del mismo.

Entonces había que preguntar, ¿se trata de reformar el carácter antifeudal, antimperialista, y democrático-burgués del Estado mexicano o se trata de reformar el Estado en su acepción constitucional?; ¿se busca reformar el Estado surgido de la Revolución Mexicana o el que surgió, formalmente desde 1824?

Para desgracia del pueblo mexicano, los neoliberales han reformado ya, o para utilizar una expresión más precisa: han cambiado ya la naturaleza del Estado que surgió de la Revolución Mexicana.

El que fuera secretario particular de Carlos Salinas de Gortari, Juan Rebolledo, egresado de Harvard, en un trabajo denominado “La reforma del estado mexicano”, publicado por los neoliberales que dirigen el Fondo de Cultura Económica y redactado en tono petulante, no deja duda alguna sobre el modelo de Estado “moderno”, es decir, neoliberal de ese grupúsculo, opuesto abiertamente al que había estado vigente hasta 1982. Trastocaron todo y cambiaron todo. ¿Qué nos dejaron?

El lugar de un Estado con una economía cerrada y protegida, un Estado con la economía abierta y penetrada. En lugar de un Estado propietario, un Estado rector. En lugar de un Estado “populista”, uno que protege a los empresarios. En lugar de un Estado con varios partidos políticos, uno con dos o tres de la misma clase social. En lugar de un Estado que defienda la soberanía nacional y que tenga una política internacional independiente, uno entreguista y sometido a la política de los yanquis. En lugar de un Estado que preserve la propiedad social y que defienda a los campesinos, uno que protege la propiedad privada, fomenta el latifundismo y protege a los agricultores capitalistas.

En lugar de un Estado que fomente el desarrollo económico del país con base en capitales nacionales, uno que da protección y privilegios al capital extranjero. En lugar de un Estado que respete las garantías sociales, uno que fomenta el individualismo. En lugar de un Estado que otorgue seguridad social, uno que impulsa la medicina privada. En lugar de un Estado laico, un Estado clerical. En lugar de un Estado conducido con austeridad republicana, un Estado corrupto hasta la médula. En lugar de un Estado que proteja y fomente las libertades públicas, uno que protege los intereses de la minoría estableciendo la desalmada libertad de comercio. En lugar de un Estado nacionalizador, uno privatizador. En lugar de un Estado que dé satisfacción a las necesidades colectivas, uno que hincha de dinero a la minoría. En lugar de un Estado soberano, uno dependiente. En fin, en lugar de un Estado revolucionario, un Estado reaccionario.

¿Estas son las reformas, en beneficio de la minoría, que pretenden continuarse, poniendo en consonancia el texto constitucional con los cambios neoliberales?

Si no se reforma, con sentido popular y nacional, lo que reformaron los neoliberales, no habrá reforma del Estado.

La realidad es que las limitaciones a la intervención del Estado en la vida económica de la nación y la consecuente privatización de la mayoría de las empresas estatales, la apertura para que hijos de extranjeros tuvieran acceso al máximo poder de México, como sucedió con Fox, los cambios para modificar, en mucho, la naturaleza jurídica del ejido, el cambio de la situación de la iglesia frente al Estado, implicaron una reforma contrarrevolucionaria al Estado Mexicano. Todos los cambios mencionados se realizaron en los últimos 29 años.

Otro aspecto. En el pasado, cualquier pretensión de reforma del Estado, bajo la denominación de reforma política, y que propiamente da comienzo en 1964, bajo el gobierno de Adolfo López Mateos, al incorporar, a nivel federal, la figura de los diputados de partido, y que lentamente se fueron dando en las entidades de la federación, han requerido invariablemente de reformas a la Carta Magna. Por lo tanto cualquier reforma del Estado, por mínima que sea, implica en nuestros días, reformar la Constitución nacional. Ninguna reforma del Estado o ninguna reforma política se puede concebir sin modificar la Constitución.

Y lo que ha sucedido en el pasado, se vuelve a repetir ahora: la lucha se da, por una parte entre las fuerzas que pretenden avanzar, estableciendo normas constitucionales para modernizar la vida política, o aquellas que aseguren nuestra independencia económica y mejoren las condiciones de vida de los mexicanos y, por la otra, aquellas fuerzas que tienen el interés por hacer prevalecer el interés de las minorías –cosa que los neoliberales han conseguido sin reformas de fondo-, con sentido antinacional y antipopular. Estos van con todo para elevar a rango constitucional el despótico estado neoliberal, sin importarles para nada la vida de nuestro pueblo.

Los temas que hoy comprende la reforma del Estado son múltiples y van desde la refundación del Instituto Federal Electoral, por el desprestigio en que se encuentra a raíz de la elección presidencial del 2006, la prohibición del uso comercial de la radio y la televisión con propósitos electorales, la observancia del derecho de información; empatar –como señalan con frecuencia representantes de varios partidos políticos- las elecciones federales y locales, hasta la insistencia para superar el excesivo centralismo que caracteriza todos los aspectos de la vida nacional, descentralizando facultades hacia los Estados y los municipios, evitando de esa manera que la Federación siga siendo la instancia que avasalla a los integrantes del Estado Federal.

El llamado federalismo fiscal tal como opera en estos momentos representa un obstáculo para el desarrollo del país. La federación concentra más del 85% de los recursos nacionales y, obviamente, menos del 15% de esos recursos corresponden a los Estados y municipios.

Desde el punto de vista legislativo la federación fue absorbiendo más y más facultades en detrimento de las partes del Pacto Federal. Un estudio breve de las reformas frecuentes al artículo 73 de la Constitución General de la República confirma lo anterior.

Es más, en las condiciones políticas imperantes bajo los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional –desde el nacimiento del Partido Nacional Revolucionario en 1929 hasta la pérdida de la presidencia de la República en el 2000- los estados renunciaron a legislar o influir en la legislación federal de manera directa, no ejerciendo la facultad de presentar iniciativas de ley que a ese nivel les otorga la fracción III del artículo 71 constitucional. Una norma vigente, eminentemente federalista ha sido desdeñada desde siempre, y hoy duerme plácidamente el sueño de los justos.

Con los gobiernos panistas las cosas siguen igual, y no se ve por ninguna parte el interés de alguno de los Estados, a través de su legislatura, para ejercer ese derecho y así fortalecer sustancialmente el federalismo, preocupación y empeño de la mayor parte de las fuerzas democráticas del país.

viernes, 4 de noviembre de 2011

PRIVATIZAR ES NEOCOLONIZAR

Los neoliberales de aquí siempre se han manifestado en contra de la intervención del Estado en la vida económica de la nación y en defensa de la llamada iniciativa privada, sutil manera de defender al capital extranjero.

El “argumento” mas invocado, por esas fuerzas, consistió en calificar al Estado como un mal administrador y resaltar las “virtudes” de los negocios privados, como la expresión más acabada del bien común, cantaleta chocante de los panistas, repetida hasta el cansancio.

Sin embargo, a pesar de su ofensiva reaccionaria, los gobiernos emanados de la Revolución, como en ningún país de América Latina, lograron conformar un poderoso Sector Estatal de la Economía, firme baluarte de la independencia económica, que inició con la histórica decisión de expropiar y nacionalizar el petróleo el 18 de marzo de 1938 y concluyó con la nacionalización de la Banca y el Crédito el 1o. de septiembre de 1982.

A partir de ese año se inició un violento proceso privatizador, que adquirió una celeridad inusitada en el sexenio de Carlos Salinas. Se dijo, en todos los tonos, que privatizar era modernizar, era democratizar el capital, era acabar con la ineficiencia de las empresas estatales, era terminar con la corrupción; privatizar significaba crear empleos y dinamizar la planta productiva. Esto y más se dijo de manera, por demás, irresponsable.

Si nos remitimos a la realidad, a los hechos, a lo que realmente ocurrió, ¿cómo se ha manifestado la privatización y que efectos ha tenido? Veamos:

Privatización es sinónimo de concentración criminal de la riqueza en unas cuantas manos. Solamente hay que recordar la lista de los multimillonarios mexicanos que aparecen en la lista de Forbes, encabezados hace años por Carlos Slim.

Privatización es sinónimo de remate del patrimonio nacional, conducta que debiera ser tipificada como traición a la patria y los responsables severamente castigados.

A partir de Miguel de la Madrid se inició la venta de las empresas del Sector Estatal con el pretexto de que teníamos un Estado “obeso” y que era necesario adelgazarlo, aunque lo verdaderamente obeso eran sus ideas reaccionarias, les dijeron en alguna ocasión de la Marina.

Privatización es sinónimo de desempleo. Los resultados están a la vista de todos y lo sufren, en carne propia, millones de mexicanos que han perdido su empleo o que no encuentran trabajo, a raíz de la crisis económica permanente generada por el neoliberalismo. Millones de jóvenes han sido marginados del estudio y del trabajo por culpa de quienes aplican a rajatabla ese modelo depredador.

Privatización también es sinónimo de corrupción, que como nunca se había visto en el país, por el carácter cínico y desenfrenado de esa corrupción.

En ese sentido, tanto en el extranjero como aquí se han publicado datos que muestran las preferencias del gobierno hacia ciertos empresarios y grupos económicos a los que entregó las empresas estatales a bajo precio. Por salud pública la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a través de sus órganos técnicos, debe realizar una minuciosa investigación para determinar el grado de responsabilidad de los gobiernos privatizadores. Las cosas no se pueden quedar así como así. Contra los intereses de la nación no deben prescribir los delitos.

Privatización es sinónimo de pobreza y miseria. Los tecnócratas prepotentes, que todo lo ven a través de frías cifras y porcentajes, han causado un tremendo daño al nivel de vida del pueblo. De un poco más de 112 millones de mexicanos que somos, aproximadamente 65 millones viven en la pobreza y la mitad de esta cifra pavorosa se debate en la miseria, a la que los juniors denominan, con cinismo, extrema pobreza.

En fin, privatización es sinónimo de desnacionalización. Significa despojar a la nación de su patrimonio para entregarlo a la voracidad del interés privado; significa privar a la nación de los beneficios y ventajas aportadas por su patrimonio. Para privatizar, los neoliberales recurrieron y siguen recurriendo, a burdas maniobras, propias de una dictadura y no de un gobierno emanado de la voluntad popular.

El artículo 25 constitucional señala la existencia de áreas estratégicas de la economía en manos exclusivamente del Estado, y se enlistan como tales una serie de actividades esenciales para el desarrollo económico nacional.

Los neoliberales no respetaron ni siquiera sus propias reformas. Violando el mandato constitucional, iniciaron la privatización silenciosa de PEMEX, privatizaron los ferrocarriles, reclasificaron muchos productos de la petroquímica básica y la colocaron como petroquímica secundaria para entregarla, al capital privado, sobre todo al extranjero; excluyeron del listado del artículo 28, varias actividades como los ferrocarriles y las comunicaciones vía satélite; excluyeron a la Banca y al Crédito de dicha disposición constitucional, que implícitamente fue considerada como una actividad estratégica. En fin, decidieron arbitrariamente qué era estratégico y que no para adoptar medidas contrarias al interés nacional.

En un país como México, fuertemente influido por el capital extranjero, dependiente en alto grado del mercado norteamericano, afirmó Vicente Lombardo Toledano: nacionalizar es descolonizar.

El proceso sufrido desde 1982 es exactamente lo contrario porque la privatización significa desnacionalizar y, en consecuencia, neocolonizar.

Los gobiernos panistas expresaron su decisión de continuar las privatizaciones, realizando maniobras sucias, ilegales y anticonstitucionales para privatizar el petróleo mexicano y dando, propiamente un golpe de Estado al desaparecer la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y agredir brutalmente al Sindicato Mexicano de Electricistas.

El proceso privatizador, es decir el proceso neocolonizador ha sido detenido en otras latitudes del mundo. En América Latina varios países están abandonando paulatinamente este camino empobrecedor; han dando marcha atrás en la venta del patrimonio nacional y, por lo tanto, han elegido el desarrollo con justicia, independencia y soberanía.

No es el caso del gobierno derechista de México que en su afán de plegarse incondicionalmente a los dictados del gobierno yanqui, insiste tercamente en las reformas estructurales, que no son otra cosa que privatizar lo que queda, acabar con la seguridad social y desparecer los derechos de la clase trabajadora.

A los panistas le hacen coro aquellos nefastos funcionarios que hicieron y deshicieron con Salinas, los neoliberales como Pedro Aspe, Guillermo Ortiz y Miguel Ángel Gurría, integrantes de la autodenominada “generación del cambio” que insisten en que se privatice Pemex y se borren los derechos laborales.

Los mexicanos hemos tenido una experiencia muy amarga en 29 años de neoliberalismo. Los estragos provocados están a la vista de todos. No está a discusión si ese modelo de desarrollo (sic) es bueno o es malo, simplemente ha sido desastroso.

Con toda razón se ha dicho que los neoliberales son los nuevos criminales de guerra.