viernes, 28 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: EXPULSAR A LA DERECHA DEL PODER

Son muy graves y muchos los daños que la derecha le ha causado al país: disparó la corrupción a niveles desconocidos, la pobreza ahora abarca a un mayor número de mexicanos, el desempleo se encuentra, también, en niveles altos; la inseguridad pública se ha convertido en los últimos años en un problema verdaderamente grave. México ha pasado de ser un país autosuficiente en materia alimentaria a uno peligrosamente dependiente del exterior; se abandonó al agro mexicano donde se concentra porcentualmente el mayor número de pobres; ha deteriorado la educación pública para beneficiar a la privada.

La derecha, aferrada al neoliberalismo, dañó las finanzas públicas al someterlas a los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, y no ha tomado una sola medida que tienda a diversificar nuestras relaciones económicas en el mundo. La política internacional, en sólo diez años de gobiernos panistas, prácticamente desapareció, pues cayó en el más absoluto desprestigio. La autoridad que México tenía en América Latina se ha perdido para dar lugar a un aislamiento de nuestro país y a un enfrentamiento constante con los pueblos hermanos que luchan por superar los rezagos económicos y los problemas sociales.

Con la derecha en el poder se profundizó la acumulación de la riqueza, de una parte, y la pobreza, de la otra. Hoy a México se le conoce por sus profundas desigualdades sociales, por sus disparidades entre la ciudad y el campo, por la extrema pobreza en que se debaten millones de compatriotas.

En materia política esa corriente antihistórica ha deteriorado las instituciones políticas fundamentales. La presidencia de la República, alcanzada mediante un grosero fraude, como fue reconocido por los propios órganos encargados de velar por la legalidad de los procesos electorales, se encuentra sumida en un enorme desprestigio. Este es uno de los elementos que alimentan la ingobernabilidad en la que nos debatimos. Todas estas afirmaciones se sustentan en datos, cifras y hechos irrefutables.

Como resultado del gobierno de la derecha, México atraviesa por un momento difícil, grave en muchos aspectos, que reclama el patriotismo de sus mejores hombres y mujeres.

¿Cómo enfrentar esta situación? La tarea que tenemos los mexicanos es recuperar a nuestra Nación; hay que reconstruirla, y para ello tenemos que recurrir a la historia nacional que nos nutre de valiosas enseñanzas.

En los momentos de profundas crisis, como la actual, el pueblo siempre recurrió al camino de las grandes alianzas entre fuerzas diferentes, pero que se propusieron los mismos objetivos: fue la alianza de las mejores fuerzas que se habían consolidado en los últimos decenios del dominio español lo que hizo posible la Independencia; un frente amplio hizo posible que los mejores mexicanos, encabezados por la corriente liberal de Benito Juárez, derrotara a los conservadores que buscaron y obtuvieron el apoyo del exterior. Y fue un poderoso frente de fuerzas antifeudales y antimperialistas las que encabezaron y, finalmente, triunfaron en la Revolución Mexicana.

Sin que las mismas circunstancias se repitan mecánicamente hoy, es evidente que en contra de las políticas derechistas del PAN, se encuentran los obreros, los campesinos, los agricultores, los maestros, los profesionistas en su mayoría, los trabajadores de los servicios que ha visto disminuir drásticamente sus condiciones de vida, los pequeños industriales, cuyas empresas generan el mayor número de empleos, los pequeños y medianos comerciantes que con muchas dificultades sobreviven.

También están contra la política del PAN, los millones de compatriotas que se vieron obligados a emigrar a los Estados Unidos, dejando sus lugares de origen, o los que se ven obligados a regresar al país, por la crisis de la economía norteamericana, sin que aquí encuentren ocupación, así como los millones que se han colocado, por necesidad, en la economía llamada informal, ante la falta de empleos.

Parece que las fuerzas políticas opuestas a Calderón y al PAN entienden que llegó el momento de encabezar a esos sectores sociales para conducir a México por el camino de un desarrollo con independencia y soberano, con justicia social, dejando a un lado las discrepancias que pudieran tener en este momento.

Ese fue el sentido que tuvo, en su momento, la declaración de la entonces dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes, en Puerto Vallarta, en el marco de la reunión del Consejo de la Internacional Socialista, al afirmar que “el Partido de la Revolución Democrática y el Partido Revolucionario Institucional…podrían, juntos, construir una formidable fuerza que cambiaría el destino de México…”

Esta actitud sería una parte importante para conformar un frente a fin de rescatar a México.

La República está urgida de un poderoso frente para expulsar a la derecha del poder; es una imperiosa necesidad, es una responsabilidad histórica inaplazable. Es, por hoy, la forma de salvar a México.

jueves, 27 de octubre de 2011

DRAMÁTICA SITUACIÓN DEL CAMPO MEXICANO

Hasta la fecha no han sido evaluados, en toda su dimensión, los cambios experimentados en el campo mexicano, a raíz de la política neoliberal aplicada en los últimos 29 años, por las administraciones federales que lo condujeron aL desastre, bajo las presiones de los intereses transnacionales y de los agricultores capitalistas, beneficiarios de las medidas aplicadas desde 1982.

El reparto de la tierra y la destrucción de los latifundios liberó a gran parte de los peones acasillados de la hacienda, los dotó de poder de compra y puso a la orden del día la necesidad de industrializar al país, cuyas fuerzas productivas experimentaron un desarrollo importante, asumiendo la producción agrícola un papel destacado en la economía nacional.

A distinto ritmo y con evidentes problemas el campo mexicano se desarrolló durante seis décadas, pero a partir del gobierno de Miguel de la Madrid se interrumpió bruscamente la canalización de recursos financieros a la producción agrícola, desapareciendo los precios de garantía y empobreciendo a los campesinos.

Con el campo se hizo lo que con las empresas estatales, primero se les redujo el financiamiento, después se desarrolló una violenta campaña, a través de todos los medios, para hacerlas aparecer como ineficientes y, finalmente, se les privatizó.

La propiedad social en el campo mexicano, o mejor dicho, la propiedad de la nación, representada por el ejido principalmente, está siendo privatizada aceleradamente a raíz de los cambios contrarrevolucionarios que se le hicieron al artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la expedición de la ley agraria, con lo que se terminó, para los neoliberales, el reparto agrario, y se fortaleció a la propiedad privada rural.

Pero unos años antes de esa legislación procapitalista, los gobiernos neoliberales tomaron una serie de medidas que afectaron, de manera profunda y negativa, a los campesinos, principalmente a los ejidatarios, a los pequeños propietarios y a los comuneros. Simplemente un ejemplo: entre 1988 y 1991, se dio una drástica disminución de los créditos otorgados por Banrural, que se redujeron en 60% en términos reales; se modificó el seguro agrícola y se inició la reorganización de Conasupo para finalmente desmantelarla.

Hacia el año de 1990 las agencias gubernamentales como Anagsa, Fertilizantes de México y Productora Nacional de Semillas, que se habían establecido en los años sesenta, para incrementar la producción y distribución de insumos agrícolas, se privatizaron, pero también se privatizaron los sistemas de riego. Y se dio una violenta desregulación comercial, lo que propició que de 317 productos que requerían permisos de importación sólo quedaran 57.

Considerando estos datos, se concluye que la legislación neoliberal para el campo fue, en mucho, la culminación de un proceso contra los campesinos de México, a favor de los agricultores capitalistas y del capital extranjero, y el inicio de una ofensiva, también muy violenta, contra la propiedad social, pues con las reformas al artículo 27 constitucional y la legislación secundaria, se abrieron a la privatización más de la mitad de la tierra agrícola y el 40% de la de pastos y bosques del sector ejidal.

Así el Estado abandonó su función de Estado interventor y se quedó únicamente como Estado promotor de la inversión privada, situación que alcanzó niveles alarmantes en las administraciones panistas.

En este cuadro de severos cambios no sólo la propiedad de la nación está en peligro y el ejido en proceso de extinción, sino que los mismos campesinos están en riesgo de inminente desaparición como clase social, no como producto de un desarrollo acelerado del capitalismo en el campo, cosa que ha ocurrido en otras latitudes del mundo, lo que no significa que desaparezcan los productores del campo, pero sí los campesinos como clase social. Para los campesinos mexicanos no está en juego una parcela más o una parcela menos, o mejores precios para sus productos, sino su propia existencia.

Este es el drama que confrontan millones de compatriotas y que requieren la máxima atención de las fuerzas políticas y sociales de México.

Frente a esta situación se han levantado voces sensatas que exigen una economía rural con rostro humano, que haga compatible la producción campesina con la inevitable modernidad encarnada en la biotecnología, en la bioingeniería, en la informática, en la biogenética y en otras ramas científicas cuya utilización se traduzca no sólo en el aumento de la producción, sino en el bienestar de la familia campesina.

Sin embargo una demanda fundamental, estando de acuerdo en que debe transformarse la situación del campo, es evitar la liquidación del ejido como forma de producción rural, pues su modernización se puede lograr, y la aplicación de los avances científicos y tecnológicos se pueden hacer con la organización colectiva y no necesariamente bajo la vigencia absoluta de la propiedad privada.

ORIGEN DE LA DOCTRINA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Cuando el imperialismo norteamericano fue alcanzado por la Unión Soviética en el ámbito militar y sobrepasado en muchos renglones fundamentales de la economía, a través de sus agencias de intervención, señaladamente la CIA, empezó a promover la teoría de los derechos humanos, como un arma para combatir al régimen socialista según su confesión abierta.

Después esa teoría fue extendida a otros países que no eran del agrado de la administración yanqui, para sostener una lucha contra gobiernos adversos a los norteamericanos, o bien contra aquellos que simplemente manifestaran actitudes independientes respecto de la Casa Blanca.

Una vez que el socialismo real entró en crisis en Europa del Centro y del Este, los gobiernos yanquis y sus agencias de desestabilización arreciaron la campaña brutal que han sostenido contra la Revolución Cubana y contra su máximo dirigente, el comandante Fidel Castro, para lo cual invocaron su ya famosa doctrina de los derechos humanos, cosa que siguen haciendo de manera cínica sin aceptar que en el socialismo, aún en el que derrumbaron los Gorbachov y los Yeltsin, si algo se logró fue el respeto a los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, al trabajo, a la vivienda, a la educación, a la alimentación, a la salud, inclusive a la recreación.

Pero la doctrina de los derechos humanos promovida por los norteamericanos, y aceptada sin más ni más por gobiernos como el de México, nada tenía que ver con la vida, con el empleo o con cualquiera otro de esos derechos que dignifican la vida del ser humano y que constituyen la base de su existencia.

La doctrina norteamericana era y sigue siendo muy limitada, o bien se ha deformado intencionalmente para darle un tinte de carácter político. De ahí las constantes acusaciones de los gringos contra gobiernos que, a su juicio, se apartan del respeto a los derechos humanos.

Sin libertad económica, o al menos seguridad en el trabajo, difícilmente se puede hablar de libertad política o en otros aspectos. Esto lo han dicho hace siglos pensadores que no pueden, ni de lejos, ser calificados como partidarios de las ideas comunistas. Por eso la defensa de la libertad en abstracto es demagogia o base de campañas publicitarias para lavar cerebros, pero nada más.

Aquí en México caímos redondos dentro de la concepción norteamericana de los derechos humanos, olvidando o pretendiendo ignorar que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, y toda la doctrina constitucional mexicana, de gran tradición, tiene una extraordinaria riqueza en materia de derechos humanos reales.

Nuestra patria ha sido modelo, a nivel mundial, al reconocer en el rango constitucional no sólo derechos individuales, sino colectivos o sociales como también se les llama: el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho a la salud, el derecho a la organización sindical, el derecho a la huelga, el derecho a la tierra, que los tecnócratas borraron de la Carta Magna a pretexto de la modernización y, por lo tanto, de los sacrosantos e intocables derechos humanos al estilo gringo.

Frente a los derechos individuales y sociales consagrados a nivel constitucional en México, la doctrina de los derechos humanos, inicialmente, apareció muy limitada o como una caricatura de los derechos constitucionales otorgados a los mexicanos.

Limitar los derechos humanos a las garantías de seguridad que todo habitante de la República mexicana tiene frente al Estado y cacarear esa doctrina como lo máximo, ha servido como pantalla para que se agredan, por los gobiernos neoliberales, las grandes conquistas que en materia de auténticos derechos humanos contiene la legislación constitucional mexicana.

Lo que se impone en México, país que no tiene que ir a pedir prestado nada al extranjero en materia de derechos humanos verdaderos, es regresar a la doctrina constitucional. Defender la vigencia de los derechos individuales que vienen del siglo pasado y los sociales que le incorporó la Revolución Mexicana, suprimiendo lo que resulta superfluo por inoperante, y agregando aquellos derechos que efectivamente den protección efectiva a las personas. El siglo XXI exige poner en vigor todo el alcance y la amplitud que los derechos individuales y sociales tienen en la Constitución Mexicana.

Aunque hay que reconocer que con el paso del tiempo la teoría de los derechos humanos se les fue de las manos a los yanquis, y muchas organizaciones levantaron su defensa y ampliación, de manera que sus autores iniciales abandonaron esa teoría y pusieron de moda la del terrorismo para continuar sus ataques, indiscriminadamente, contra todos los pueblos de la tierra.

CARLOS SALINAS EXIGE SU CANONIZACIÓN

Artículo publicado a raíz en uno de tantos intentos de este neoliberal fundamentalista pretendiendo limpiar su imagen ante los mexicanos


Al momento de escribir estas líneas, el periódico Reforma, daba a conocer la primera de tres partes de una amplísima entrevista con Carlos Salinas de Gortari.

Salta a la vista que se trata de una entrevista contestada por escrito, midiendo y sopesando, no sólo cada respuesta, sino cada palabra, en donde asume, por enésima vez, la defensa de su gobierno y vuelve, con marcado cinismo, a justificar los atropellos y las acciones devastadoras contra la inmensa mayoría de los mexicanos y contra la misma nación.

Se nota que Salinas de Gortari vive con el remordimiento de la muerte de Donaldo Colosio, pues muchas de las preguntas, sin relación con el candidato asesinado, las utiliza para verter una inusitada lista de cualidades de Colosio. Incurre en verdaderas exageraciones, con el único propósito de aparecer como el guía, conductor y formador de Luis Donaldo. Se presenta como el que lo descubrió y, sin ambages dice que hubiera sido un fiel continuador de su política, olvidando el contenido del discurso que pronunció Colosio, frente al Monumento a la Revolución, en que criticó con fuerza y claridad el desorbitado ejercicio del poder presidencial que realizó Salinas.

Otro aspecto que se advierte, en esa primera parte de la entrevista que generosamente de hace Reforma para que Salinas se defienda, es que se presenta como víctima de las resistencias y oposiciones a las reformas temerarias que llevó a cabo. En realidad, Salinas presenta a su sexenio como una lucha entre los buenos y los malos; los primeros, en el esquema de Salinas, son los tecnócratas que integran lo que él mismo llamó la generación del cambio, y que otros, con acierto, han denominado la generación del caos, por los destrozos y daños, muchos de ellos irreparables, ocasionados al pueblo y a la misma soberanía de la nación mexicana.

Los malos, a los que no nombra pero deja entrever, fueron todos aquellos que se opusieron a los cambios promovidos desde su gobierno. A estos malos, ahora quizá malosos, se deben todos los males que no permitieron avanzar en los cambios neoliberales. A ellos los culpa, no muy sutilmente que digamos, del asesinato de Luis Donaldo Colosio, aunque insiste una y otra vez en alejarse de cualquier especulación, mañosamente se coloca en ese terreno para aparecer como una blanca paloma, libre de cualquier acción criminal y de cualquier mal pensamiento.

En fin, Carlos Salinas, levanta la voz para justificar lo injustificable, como fue el remate del patrimonio nacional a través de las privatizaciones, que en realidad fueron verdaderas desnacionalizaciones, pues no sólo se despojó al pueblo de su patrimonio, sino a la misma nación mexicana se le quebró parte de su soberanía y su independencia.

Como si se tratara de un informe presidencial, quizá añorando tiempos no muy idos, el habitante de Irlanda, vuelve a la carga para presentar como positiva la reforma que otorgó derechos al clero, y que ha provocado que se desate la actividad política de la alta jerarquía de la Iglesia católica, aliada natural de los cambios regresivos del gobierno salinista.

Y vuelve a justificar la cancelación del derecho a la tierra que la Revolución reconoció a los mexicanos y los ataques furiosos de su gobierno contra la propiedad nacional y contra la propiedad social de los campesinos, que a pocos años de haberse instrumentado provocan verdaderos dramas en la vida de los hombres del campo, que son materialmente expulsados de sus infértiles tierras, gracias a las reformas de ese gobierno.

Tal parece que Salinas, en el borde del mesianismo y del cinismo, quisiera que los mexicanos sin empleo, los despojados de sus tierras, los pequeños y medianos empresarios quebrados y todos los trabajadores, le reconocieran el carácter de salvador de México, y lo declararan santo patrono para que se le venere siempre. En otros términos, exige su canonización.

miércoles, 26 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: SUPERAR LA CRISIS CON UN PROGRAMA POPULAR

Todos los sectores sociales han resentido, de una u otra manera, la profundidad de la crisis mundial que, en nuestro país alcanza manifestaciones más agudas y que abarca a las propias instituciones políticas, la seguridad pública y el precario nivel de vida de muchos millones de mexicanos.

Mientras en varios países de los cinco continentes, tanto gobernantes como académicos y científicos se afanan en encontrar un modelo de desarrollo distinto al que condujo a la severa crisis del capitalismo, aquí el gobierno panista de Calderón, con terquedad, insiste en seguir por el criminal camino del neoliberalismo, repitiendo los argumentos de sus mentores de Washington, empeñado en preservar a toda costa al decrepito sistema que hace agua por todas partes. Por ello Calderón, con actitud de colonizado, implora que se mantengan las salvajes leyes de la economía de mercado, y que se desechen medidas proteccionistas que se reclaman en estos momentos ante la magnitud de la crisis.

Aparenta desconocer que los países poderosos fueron los que impusieron la apertura económica y comercial, la libre circulación de capitales para saquear a países como el nuestro, y que los poderosos no solo acrecentaron sus medidas proteccionistas, sino que establecieron muros legales y materiales infranqueables para que las enormes corrientes migratorias, a nivel mundial, no les provoquen problemas.

Protección de los grandes y desprotección de los débiles para explotar hasta lo último a pueblos enteros, eso ha significado el modelo neoliberal que defiende Calderón.

En medio de una crisis energética mundial, que coloca a los Estados Unidos de Norteamérica alejado del lugar privilegiado que mantuvo por muchos años, y cuando en México necesitamos conservar la riqueza petrolera para garantizar el desarrollo económico nacional, los reaccionarios panistas mantienen la decisión de entregarla a las compañías petroleras, a través de mecanismos violatorios de la Constitución General de la República, para que hagan grandes negocios a costa del patrimonio nacional y se impida el colapso de los grandes países capitalistas, particularmente de los EE.UU, así se cause daño a México.

Frente a la crisis, ha quedado claro que México necesita un gobierno con sentido nacional y con orientación popular. Los intereses de la Nación están sobre cualquier persona o grupo que detente el poder, sobre todo cuando se ha demostrado que el actual gobierno ha sido incapaz para gobernar, por su inexperiencia, pero sobre todo por su carácter reaccionario y retardatario.

Frente a la elección de 2012 los partidos colocados en el campo democrático tienen la obligación política de conformar un frente amplio, con un programa que reivindique el desarrollo independiente, soberano y justo de México. No se requiere que esos partidos pierdan su identidad, sino que aplacen sus diferencias y privilegien sus coincidencias económicas, sociales y políticas para sacar a México de la crisis en que la derecha lo ha metido.

El PAN no tiene, nunca ha tenido a lo largo de sus 70 años, la autoridad política que se requiere para darle a la Nación el rumbo que necesita en estos momentos. El pueblo lo sabe y lo ha visto en los últimos ocho años.

Hay que ir a las raíces de nuestra historia, a los momentos decisivos en que la mayoría de los mexicanos se han unido en torno a objetivos comunes, como ocurrió en el movimiento de Independencia, en la Reforma, en la Revolución de 1910, en la Expropiación Petrolera, en la consumación de la nacionalización eléctrica y otros momentos estelares del pueblo mexicano.

Restablecer las instituciones y la austeridad republicanas, afianzar los pilares de nuestra independencia y de la soberanía nacional, restablecer el régimen de derecho, castigar con severidad la corrupción pública y privada, establecer un federalismo que fortalezca a las entidades y a los municipios del país, garantizar la seguridad pública, reconstruir el tejido social dañado, establecer la seguridad social universal, garantizar empleo bien remunerado a los mexicanos, privilegiar una educación de calidad con sentido democrático, atender de manera especial las necesidades de los jóvenes, los niños, las personas adultas o con alguna discapacidad, etc. son algunas de las demandas que los partidos distintos al PAN deben incorporar a un programa común con clara orientación popular.

martes, 25 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: INCORPORARSE A LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

En los últimos años se han producido en el mundo transformaciones muy importantes que no es fácil captar fácilmente. Algunos estudiosos señalan el año de 1985 como el año en que el mundo cambió aceleradamente: desapareció gran parte del campo socialista, los Estados Unidos sufrieron un gran desgaste en todos los órdenes, sobre todo en el económico, y después el mapa político de Europa cambió radicalmente.

De la bipolaridad, se dice, pasamos a la unipolaridad y hemos entrado de lleno a la multipolaridad. Es decir, del enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo, pasamos al dominio militar único de los norteamericanos pero, al mismo tiempo, arribamos a la existencia de los bloques económicos que hoy dominan al mundo: el de Europa, el que encabeza Japón al frente de los llamados “Tigres de Asia”: Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur y Singapur, que han logrado superar, en breve tiempo, el crecimiento y avance productivo de viejas potencias europeas como Francia, Gran Bretaña y, en algunos casos, incluso a los Estados Unidos. A este bloque se agregaron los llamados “tigritos” que se han desarrollando con gran celeridad: Malasia, Tailandia, Indonesia y Filipinas.

Frente a este bloque poderoso se encuentra el que integra la llamada Europa del 92, encabezado por Alemania, que ya unificada representa el 40% del producto interno bruto de la Comunidad Económica Europea. Este bloque pretende convertirse en una superpotencia que juegue un papel de primer orden en el siglo XXI. La integración de 320 millones de consumidores, con altos niveles de demanda, colocaría a la Comunidad Económica Europea como uno de los principales mercados mundiales.

En tanto que el bloque de América del Norte, donde se incluye México, es el que confronta los mayores problemas, pues los Estados Unidos experimentaron una caída estrepitosa en el comercio mundial en los últimos años, al pasar del 60% en 1950 al 17% en 1989, y así ha continuado 20 años después, pero además afronta problemas financieros graves y sufre un agudo proceso de desindustrialización. Estados Unidos considera su asociación con México y Canadá como una posibilidad para hacer frente a la confrontación económica, que será la característica del siglo XXI.

Hay que agregar, para comprender los problemas que tiene el bloque económico de Norteamérica, que la economía de México es 30 veces inferior a la estadunidense y 10 veces menor que la de Canadá. Este bloque luce siempre se presentó muy desarticulado, puesto que las relaciones de México con Estados Unidos son francamente inequitativas y con Canadá son muy limitadas.

En los últimos años el crecimiento de la economía china se ha consolidado. Se considera que en tres décadas más será la primera potencia económica mundial. China ya es, en estos momentos, la principal economía acreedora de Estados Unidos.

En otra dimensión, pero también con aceptables niveles de crecimiento, está la economía de la India, y en América Latina destaca Brasil, producto de lo que se conoce como la era Lula.

Los acontecimientos se suceden con una gran celeridad en todos los órdenes. Se ha producido una revolución en la ciencia y la tecnología que está cambiando las costumbres de pueblos enteros y a otros los somete a una influencia permanente de culturas y modos de vida muy diversos. Podría decirse que para los medios de comunicación electrónicos se han borrado las fronteras nacionales, y pueden llegar a todas partes sin ningún obstáculo, transmitiendo lo que conviene a sus dueños e informando selectivamente las noticias que esos medios quieren.

Se dice que son dos los rasgos que caracterizan al mundo de nuestros días: uno, la internacionalización del sistema económico que abarca todas las divisiones de la economía: producción, mercado, capital, administración y mano de obra, y el otro, la revolución tecnológica basada en instrumentos microelectrónicos. La tecnología electrónica y la de las telecomunicaciones son las que crecen más rápido en este momento.

La internet, en lo que va del siglo XXI, ha tenido un desarrollo vertiginoso abarcando, prácticamente, todas las actividades del ser humano.

En esta situación el libre comercio, exigencia de las empresas transnacionales, se acompaña con el libre flujo de capitales, la libre circulación de personas y todo tipo de bienes. Hoy en cuestión de minutos se puede consumar la transferencia de enormes cantidades de dinero de un país a otro y de un lugar a otro, con la mayor facilidad y sin que los gobiernos puedan impedirlo. Esto los coloca como rehenes de los grandes intereses económicos, como ya ocurrió, y parece que sigue ocurriendo, en México, donde los capitales extranjeros y nacionales salen fácilmente provocando caos financiero y económico en general.

El ataque contra las soberanías de los Estados nacionales sale de los grandes centros económicos del mundo al que consideran como una sola fábrica y un gran mercado, lo que coloca a los países no industrializados, como México, en una situación muy peligrosa si no se adoptan medidas concretas que tiendan a superar la enorme brecha tecnológica, cada vez más amplia, entre los que dominan la alta tecnología y los que se han quedado rezagados.

Hoy por hoy la garantía de la independencia nacional pasa, necesariamente, por la investigación científica y la incorporación al dominio de la revolución tecnológica y científica, en lo que se denomina la era del conocimiento.

Al mismo tiempo, por razones de justicia social, hay que abatir, pero ya, el analfabetismo que desgraciadamente existe en México, para vergüenza de muchos funcionarios que prefieren altos sueldos que canalizar los recursos públicos para terminar con ese rezago oprobioso.

CARLOS SALINAS-PAN: RELACIÓN PERVERSA

(Ahora que Salinas vuelve a hablar, con verdadero cinismo, de su liberalismo social (sic), es bueno recordar sus relaciones íntimas con el PAN)


En medio de la confusión política provocada por la burguesía, se ha querido cobijar al PAN con un manto democrático que no le corresponde, ni por su origen, ni por sus objetivos claramente antidemocráticos que persigue. Veamos:

1.- EL PAN nació, en 1939, para combatir a la Revolución Mexicana, para combatir a la Reforma Agraria y a la orientación científica y democrática de la educación, para combatir las nacionalizaciones que permitieron rescatar parte del patrimonio nacional en manos de extranjeros; contra el sometimiento de la iglesia al poder estatal. Nació para combatir contra los derechos y los intereses de los trabajadores.

Desde su nacimiento asumió abiertamente la defensa de los terratenientes, de los empresarios, de los intereses del capital extranjero, de la educación religiosa y del clero político, pretendiendo ocultar sus verdaderos propósitos con un lenguaje semiclerical.

2.- EL PAN, mantuvo su carácter opositor frente a los hechos positivos de los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana; pero el PAN abandonó la oposición cuando el poder público tomó alguna medida contraria a los intereses del pueblo y de la nación. En este caso el PAN nunca dudó en darle su apoyo al gobierno.

3.-A partir de 1982, con Miguel de la Madrid, el PAN se convirtió abiertamente en un partido colaborador del gobierno, porque el cambio estructural, pregonado en ese sexenio, se dio como un cambio para abandonar la vía trazada por la Revolución Mexicana.

4.-El programa antipopular y antinacional anunciado desde su campaña por Salinas de Gortari y aplicado durante su sexenio, tiene su base en el programa del PAN y, por tanto encontró el respaldo decidido de los panistas.

Es decir, el PAN planteó y apoyó la venta del patrimonio nacional; lo mismo ocurrió con la apertura indiscriminada de nuestras fronteras a las mercancías extranjeras, dando un trato preferencial y privilegiado al capital extranjero.

Asimismo el PAN planteó y apoyó incondicionalmente todas las medidas del gobierno de Salinas para sanear las finanzas publicas cuyas consecuencias fueron verdaderamente criminales al reducir el gasto social, abatir el poder adquisitivo de los salarios, condenando a millones de mexicanos al hambre y la miseria.

EL PAN exigió y, por lo tanto apoyó, la reforma contrarrevolucionaria de Salinas al artículo 27 constitucional para despojar a millones de ejidatarios de sus tierras y privatizar la propiedad de la nación constituida por la propiedad ejidal; reclamó como suya y apoyó la contrarreforma salinista al artículo 130 constitucional para reconocer derechos políticos a los ministros de culto religioso y por razones mezquinas, de mero oportunismo, apoyó la contrarreforma al artículo 82 de la propia Carta Magna para que los hijos de extranjeros tuvieran el derecho de ocupar la Presidencia de la República en México.

5.-El apoyo y la defensa que durante todo el sexenio realizó el PAN del gobierno salinista le valió, como recompensa, las gubernaturas de Baja California, de Chihuahua, de Guanajuato y de varios ayuntamientos importantes de la República, a través de las llamadas concertacesiones.

Quiere decir que la relación entre el PAN y Salinas, fue realmente perversa, y en ella se dio una verdadera transacción: el PAN otorgando el apoyó al gobierno de Salinas y este compensándole con puestos políticos.

6.-El PAN, desde que nació, pero sobre todo a raíz del impulso que le dio Salinas, se declaró partidario de la exigencia norteamericana para establecer el bipartidismo en México, por eso la supuesta democracia que pregona es una máscara para ocultar sus reales propósitos.

7.-Las reformas antidemocráticas promovidas por Salinas al sistema electoral mexicano, con las que se dio marcha atrás al perfeccionamiento del régimen democrático, fueron demandadas permanentemente por el PAN y, desde luego, contaron con el más amplio respaldo de este partido.

8.-El pueblo mexicano recuerda que la elección federal, para elegir Presidente de la Republica, en Julio de 1988, fue una de las más reñidas de los últimos tiempos, pero también la elección más fraudulenta, pues el grupo neoliberal violentó claramente la voluntad popular para mantenerse en el poder.

Precisamente fue el PAN quien le dio el apoyo a Salinas de Gortari para que éste llegara a la Presidencia de la Republica, sin haber ganado la elección, impidiendo así el gobierno de la poderosa coalición progresista constituida por el Frente Democrático Nacional (FDN).

Después, de manera demagógica, el PAN buscó desligarse del gobierno salinista, cuando todo mundo conoció y supo los profundos vínculos que se dieron entre ellos y que condujeron a nuestro pueblo a una severa crisis económica, que lo ha postrado frente al capital extranjero y ante la burguesía nativa, que acumuló riquezas como nunca en la historia del país.

10.-Por lo tanto, considerando que Carlos Salinas aplicó gran parte del programa neoliberal del PAN y que este partido, durante el sexenio, apoyó y respaldo todas las medidas de su gobierno, fue evidente el amasiato entre ellos o, como decían en Argentina, las relaciones carnales, aquí desde luego entre los panistas y Salinas.

lunes, 24 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: DESPARECER EL SENADO

En los últimos años se ha estado hablando con mucha insistencia sobre la reforma del Estado, como si se pretendiera fundar desde sus cimientos o refundar al Estado Mexicano.

Hasta hoy el país ha caminado con sucesivas reformas electorales, que intencionalmente ha inducido al fortalecimiento de tres partidos, PRI, PRD y PAN, la dispersión del resto y la desaparición de otras agrupaciones.

Prácticamente en ningún momento se abordó, a fondo, el tema de la inoperancia de la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.

El Senado, como lo han comprobado los mexicanos a través de la historia, no ha tenido gran relevancia. En primer lugar la Cámara de Senadores no participó en la redacción de ninguna de las tres grandes constituciones que han regido la vida de México: la de 1824, la de 1857 y la de 1917, bien porque todavía no existía, como ocurrió con la Constitución de 1824, bien porque esa Cámara había desaparecido o bien porque una revolución triunfante convocaba a un Congreso Constituyente a formar otra Constitución, como sucedió con la Revolución de Ayutla, a mediados del siglo XIX, o con la Revolución Mexicana que creó la Constitución de 1917.

Todo Congreso Constituyente se integra, y se ha integrado en México, con representantes populares, es decir, con diputados y no con senadores.

Por la conformación que tiene el Poder Legislativo federal con dos Cámaras, la de diputados y senadores, los debates que se dan en una se repiten en la otra, o mejor dicho, la Cámara de senadores duplica el trabajo y las funciones de la Cámara de diputados, a pesar de que la Constitución nacional les asigne, en su texto, facultades exclusivas a cada Cámara. Además de duplicar las funciones y el trabajo de la llamada Cámara baja, el Senado duplica los gastos, lo cual hace innecesario que exista esa Cámara.

En tanto que el Senado, como actualmente está integrado, con dos senadores de mayoría y uno de la primera minoría por cada entidad federativa y el Distrito Federal, ha cambiado totalmente su naturaleza. Este cuerpo colegiado, también denominado Cámara Alta, históricamente fue concebido para representar a los Estados de la Federación y no al pueblo, representación ésta que constitucionalmente corresponde a los diputados. Hoy el senado en realidad representa a los partidos políticos que lo integran y eso rompe con las disposiciones constitucionales.

Si históricamente el Senado no ha tenido ninguna importancia; si hoy simplemente duplica los debates, el trabajo y las funciones de la Cámara de diputados, y si ha dejado de representar a los Estados del Pacto Federal, como dicen los estudiosos del derecho constitucional mexicano, no tiene razón de existir.

El Congreso de la Unión de México debería quedar integrado por una sola Cámara, que es la Cámara de diputados, es decir, debe tener una estructura unicameral. Esto representaría, en las actuales condiciones, una reforma importante en la vida política de México, a pesar de que la propia Cámara de diputados ha experimentado cambios considerables en su composición, producto de la incorporación de empresarios, postulados por todos los partidos con registro electoral, con un supuesto afán democrático que nadie entiende, porque los empresarios estén donde estén, y más si están en la Cámara de diputados van a hacer política para defender sus intereses y nos los del pueblo.

Si el sistema político mexicano ha de ser modificado, un buen empiezo sería desaparecer el Senado por inoperante, y por representar una carga para los mexicanos.

La teoría de los pesos y contrapesos que sirvió para justificar la existencia del Senado pertenece al pasado.

Al menos es un tema que debe ponerse a discusión para escuchar la opinión de los constitucionalistas y de los estudiosos del sistema político mexicano.

HACIA EL 2012: LOS FRENTES POLÍTICOS

Uno de los temas más interesantes y, a la vez, más difíciles en la lucha política es el de las alianzas y particularmente el de los frentes, entendidos como movimientos que se hacen y se deshacen con mucha rapidez, una vez que han conseguido sus objetivos o, en ocasiones, se desintegran sin haber alcanzado sus propósitos.

Los frentes políticos se integran cuando varias fuerzas coinciden en un determinado objetivo y luchan por alcanzarlo. Estaríamos hablando de grandes alianzas, entre fuerzas coincidentes, independientemente de las diferencias o discrepancias que tuvieran en otros temas.

Los frentes se manifiestan en el campo económico, social y político, en el cultural y electoral, y tienen como característica fundamental que las fuerzas que participan en él mantienen su independencia entre sí y sus relaciones con otras fuerzas; ninguna de ellas impone a la otra sus puntos de vista ni su programa, ni exige a cambio concesiones políticas.

Los grandes acontecimientos revolucionarios de México, como la Revolución de Independencia, la Reforma, la Revolución de 1910, la Expropiación y Nacionalización del Petróleo, la Nacionalización Bancaria, fueron posibles porque se integraron poderosos frentes políticos que impulsaron objetivos concretos en cada una de esas etapas. En cada caso se dieron las más amplias alianzas entre fuerzas que no necesariamente eran iguales.

Por ejemplo, en la Revolución de Independencia el frente anticolonial y antiespañol estuvo integrado por las masas esclavas y semiesclavas, los artesanos y los criollos que tenían en sus seno a los intelectuales más lúcidos de esa época. Su coincidencia: la independencia respecto de España.

En la Reforma los liberales encabezaron una alianza de la que formaban parte sectores medios de la población, los artesanos, los trabajadores que eran mantenidos bajo una estructura colonial, coincidentes, todos, en afianzar la estructura política de la República Federal y acabar con los vestigios de la economía colonial que impedía el desarrollo de las fuerzas productivas.

En La Revolución Mexicana, sin que hayan firmado un documento, coincidieron en su posición antifeudal, antimperialista y antiesclavista, los trabajadores de las minas, del petróleo, de la electricidad, del comercio casi en su totalidad en manos de extranjeros, los peones acasillados de la hacienda, la burguesía rural y otros sectores sociales que, en conjunto, hicieron posible la derrota de la dictadura porfiriana y emprendieron el camino de la liberación nacional.

Los cambios operados en México por la Revolución de 1910, propiciaron que en 1938, con la clase obrera al frente y un presidente patriota en Palacio Nacional, se rescatara para la nación el petróleo iniciándose, con este extraordinario hecho, el camino de la independencia económica que, por cierto, ha sido truncada por la política neoliberal. Algo similar sucedió con la nacionalización de la banca, en la que coincidieron los sectores sociales más disímbolos, pero que estaban de acuerdo en poner bajo el dominio de la nación una actividad de lo más estratégica, como es la banca y el crédito.

El caso típico de un frente de carácter electoral, se vivió en 1988 con la experiencia del Frente Democrático Nacional, en que se utilizó la legislación existente y tres partidos pudieron postular como su candidato a la presidencia de la República al Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, con un programa común de esos tres partidos, y con candidatos a diputados y senadores comunes. El FDN no era un partido, ni se propuso constituir un partido, fue un frente electoral que al concluir la campaña federal se empezó a desintegrar. La Corriente Democrática que se había desprendido del PRI decidió integrar un partido: el PRD.

Este recuento histórico, si se quiere, tiene el propósito de recordar las experiencias del pueblo mexicano en la constitución de frentes políticos con distintos propósitos. Y recordar, al mismo tiempo, que un frente no se presenta cuando un partido político se pone a la disposición, casi en actitud de claudicación, de otro partido, a menos que por ingenuidad o conveniencia a eso se le llame frente.

Hacia el 2012 es urgente poner en práctica la política de los frentes. Tomar la experiencia valiosa del pueblo mexicano en sus luchas históricas para expulsar a la derecha panista y a los neoliberales del poder, e impedir que neoliberales de otros partidos, bajo el pretexto de la alternancia, continúen con ese modelo depredador y criminal.

sábado, 22 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: CAMBIAR EL MODELO NEOLIBERAL

Después de 29 años de neoliberalismo en México, se conocen bastante los efectos devastadores sobre el pueblo mexicano que lo ha padecido, casi sin posibilidad de protestar.

Sin embargo, es necesario insistir en sus características y en todos los males que ha provocado, tanto para la soberanía nacional como para el nivel de vida de la inmensa mayoría de los mexicanos.

Hay que decir en primer lugar, o mejor dicho, insistir, en que el neoliberalismo no tiene raíces en nuestra historia, a pesar de los inútiles esfuerzos de sus defensores por encontrarle origen y justificación en la historia nacional, particularmente en las acciones de la brillante generación liberal del siglo pasado. El liberalismo social, invento salinista y copia de ingenuos, fue una verdadera pifia, y nada más.

El neoliberalismo ha sido impuesto por los intereses económicos del imperialismo norteamericano, a través de no más de 300 empresas transnacionales que dominan la economía mundial, cuya matriz se localiza en los países capitalistas desarrollados, empeñados en acelerar la globalización, que arrastra al resto de los países sometidos y dominados.

Como receta brutal impuesta por esos intereses, el neoliberalismo ha encontrado fieles ejecutores en México, con mentalidad de colonizados, en lo que son propiamente tres décadas perdidas.

Los neoliberales, desde 1982, le declararon la guerra al propio pueblo que los vio nacer: establecieron una sólida alianza con las empresas transnacionales, a las que ha servido incondicionalmente y declararon la guerra a los trabajadores, a los que ha impuesto salarios de hambre, empezaron a privatizar la seguridad social y ha mantenido al alza el desempleo.

El neoliberalismo le declaró la guerra a los campesinos, a los que retiró crédito y financiamiento para sus cultivos, les destruyó la Conasupo y desapareció los precios de garantía, desapareció el derecho a la tierra establecido por la Constitución de 1917 y sentó las bases legales para que resurja el latifundio que la Revolución de 1910 destruyó en gran parte.

Declaró la guerra también a la media, pequeña y micro empresa, al abrir de par en par las puertas de la frontera norte con un país de poderosa economía y agresividad sin límite.

El neoliberalismo declaró la guerra a los sindicatos, a las organizaciones profesionales, a los partidos representativos de la clase trabajadora y a cualquier tipo de organización social, política o cultural que le pudiera representar la más mínima resistencia.

El ejemplo más claro fue la destrucción del Partido Popular Socialista, que fue infiltrado por verdaderos simuladores, auténticos liquidadores de ese partido marxista.

Durante tres décadas se ha mantenido la política de contención salarial, la reducción del gasto público, el abandono por parte del Estado de los sectores más débiles, se ha privatizado el patrimonio nacional hasta decir basta y se amenaza con entregar a los negociantes privados el petróleo y la electricidad, mediante el corrupto proceso de privatización; se extranjerizó la banca, se condujo al rompimiento de la propiedad social en el campo, para privatizar el ejido y fortaleciendo la propiedad privada de la tierra.

Se ha mantenido una política de puertas abiertas al capital extranjero, a las mercancías del exterior, a la reducción del papel del Estado en el desarrollo económico y al mantenimiento de la iniciativa privada, extranjera y doméstica, como columna vertebral de dicho desarrollo.

Las decisiones fundamentales en materia económica ya no se toman en México, porque los neoliberales se han sometido a los mandatos de los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y modificaron la política internacional de México, plegándose a los intereses del gobierno yanqui.

El neoliberalismo es la madre y el padre del narcotráfico, del crimen organizado, de los migrantes mexicanos, de la pobreza y la miseria en que se debaten millones de compatriotas, de los millones de mexicanos sin empleo, de los cuadros profesionales calificados que no encuentra empleo en su tierra, de la tremenda corrupción que crece, todos los días, como un volcán en erupción, de la desesperanza y frustración en que sobreviven millones de hermanos mexicanos.

Esta situación oprobiosa no puede continuar y debe cambiar de raíz. El 2012 representa una oportunidad para que los intereses populares se manifiesten y prevalezcan. La demanda fundamental es el abandono del modelo neoliberal.

En este blog se han dado a conocer y seguirán publicándose algunas de las propuestas con esa orientación. Los mexicanos, desde distintas trincheras, tenemos que contribuir a esa lucha.

HACIA EL 2012: MÉXICO HOY

¿Cuál es la situación de México en el inicio de la segunda década del siglo XXI?

- En el campo de la economía el proceso globalizador mundial no ha sido enfrentado por los gobernantes mexicanos con sentido nacional, y así tenemos que el desarrollo de las fuerzas productivas se realizó sin planificación y sin tener en cuenta los interés de la nación y del pueblo, lo que provocó, a su vez, que la dependencia económica sea cada día más profunda.

El papel asignado al capital extranjero, el desplazamiento del sector estatal de la economía, el violento proceso desnacionalizador, la excesiva concentración de la riqueza social en pocas manos, la pobreza y miseria en que se ha sumido a la mayoría ponen en grave peligro la soberanía nacional.

La apertura comercial, que unilateralmente asumieron los neoliberales, provocó la quiebra de la economía nacional, pues fortaleció a las empresas trasnacionales y debilitó, hasta llevar a la quiebra y desaparición a miles de medianas, pequeñas y micro empresas.

Como resultado tenemos que el desarrollo industrial está paralizado, la banca desnacionalizada resultó usurera e ineficiente, y la banca extranjerizada por los neoliberales sigue saqueado inmensos recursos generados por el trabajo de los mexicanos.

El pago de la deuda externa, que no deja de crecer con los panistas, se tradujo en un saqueo mayor de nuestra economía y en garantías seguras para los acreedores.

El campo mexicano, intencionalmente también fue conducido a la quiebra, sustrayéndole recursos y destruyendo la propiedad social incorporada, ahora, al torrente comercial y puesta en bandeja de plata a la voracidad mercantil.

La economía del país está en manos de la oligarquía que, por lo tanto, concentra no sólo un incalculable poder económico sino, también, político. La existencia de la oligarquía, representada por un reducidísimo número de capitalistas, significa que en México hemos llegado o estamos arribando a la fusión del capital bancario con el productivo, base y sustento de fenómenos económicos y políticos nuevos, aspecto que debe ser estudiado con todo cuidado a fin de obtener conclusiones válidas para la lucha revolucionaria.

- La oligarquía es el destacamento más reducido, pero al mismo tiempo el más poderoso de la burguesía, convertida en una clase social más homogénea, cuya existencia y desarrollo está ligado al capital foráneo y a las grandes corporaciones extranjeras, en tanto que el sector nacionalista de la burguesía industrial, integrado por medianos y pequeños productores, casi ha desparecido ante el dominio avasallador de los grandes negocios.

En el otro polo de las clases sociales, la clase trabajadora ocupada en la producción, es decir la clase obrera, ha crecido en número, pero cuantitativamente ha sido rebasada por los trabajadores de los servicios. Hoy, en México, el mayor número de ocupados está en el sector de los servicios y a su vez se reduce el número de campesinos, sobre todo de ejidatarios, que materialmente son expulsados de sus tierras a raíz de los cambios en la legislación agraria.

La clase obrera ha sido una de las principales víctimas del actual modelo de desarrollo económico. A pretexto de combatir la crisis económica, de la que se culpa a todos por igual, ha sido agredida, con inusual violencia, en sus condiciones de existencia y en sus condiciones de trabajo, así como en sus derechos laborales fundamentales, como el de huelga, derecho que se ha hecho nugatorio y cuya vigencia se compromete con la llamada “nueva cultura laboral”; han sido violentamente atacados sus sindicatos y, a pretexto de combatir el corporativismo, el gobierno golpeó a los sindicatos de las empresas estatales, pero no para reformarlos, sino para destruirlos.

El “nuevo sindicalismo”, promovido por los empresarios y el gobierno, prescinde de la lucha de clases para el beneficio exclusivo del capital. Como nunca, el gobierno ha intervenido en la vida interna de las organizaciones sindicales de la clase obrera con el interés de nulificar su combatividad, lográndolo en buena medida.

El neoliberalismo, al servicio de los capitalistas, ha excluido a la clase obrera del avance científico y tecnológico, dando preferencia a los extranjeros.

Al mismo tiempo, desde el punto de vista ideológico, la burguesía ha proclamado, a los cuatro vientos, el fin de la lucha de clases y el arribo de la “solidaridad de clases” para acentuar la explotación sobre el trabajo al que se le exige mayor productividad con salarios de hambre y miseria. La misma burguesía ha difundido la falsa idea de la incapacidad de la clase obrera para gobernar.

En estas circunstancias, de intensa ofensiva ideológica y económica, la clase obrera mexicana no tiene claridad de su perspectiva, que no es la que le plantea la burguesía, sino la que le dictan sus propios intereses y los de la nación.

El “desarrollo” económico promovido por los neoliberales no se ha traducido en más soberanía nacional ni en más bienestar para la mayoría de los mexicanos; al contrario, el capitalismo dependiente ha generado infinidad de problemas sociales, pues ha tenido consecuencias desastrosas para el nivel de vida del pueblo. El número de mexicanos, en edad de trabajar, que no tienen empleo, alcanza la cifra más alta de la historia, han surgido enfermedades, propias de la pobreza, que ya habían desaparecido; se estancó o disminuyó el promedio de vida de los mexicanos, aumentó dramáticamente la mortalidad infantil y el analfabetismo; también aumentaron todo tipo de lacras sociales, como en el resto de los países capitalistas, que dañan a la juventud, a la que se le condujo a un callejón sin salida; se redujo drásticamente la seguridad social y, como nunca la inseguridad pública alcanza niveles alarmantes.

- El sistema democrático creado por la Revolución Mexicana experimentó graves retrocesos en las últimas tres décadas. La pluralidad política se va sustituyendo lenta, pero firmemente por un sistema que responde a las indicaciones e intereses del imperialismo y de la gran burguesía.

Hemos afirmado que la globalización también abarca el sistema político, y desde este punto de vista lo que caracteriza al México de hoy, es que el modelo político que se va imponiendo, al margen y en contra de la voluntad del pueblo, contradice las legítimas aspiraciones democráticas populares.

El proyecto del imperialismo y de la derecha se encamina a derechizar el sistema político nacional y garantizar, de esa manera, la aplicación del neoliberalismo. La llamada alternancia en el poder, con el arribo de los reaccionarios panistas, se tradujo en la alternancia de los neoliberales.

El impulso a la ciudadanización de los procesos electorales representa el interés de privatizar la vida política, de sustraerla del ámbito de los partidos como representantes de clases sociales, y entregarla, de lleno, a los dueños del dinero. De manera general, la ciudadanización es la incorporación del individualismo, clásica enfermedad del capitalismo, a la vida política. Desde luego ese proceso constituye, por hoy, la base sobre la que se sostiene el neoliberalismo.

La propuesta de incorporar la figura de las candidaturas independientes tiene el mismo propósito. Sólo los adinerados podrán realizar campañas electorales.

Por cierto que los procesos electorales han corrompido a varias fuerzas políticas con el dinero público, incluyendo a algunas que supuestamente se colocan en la izquierda, pero que comparten el concepto burgués de la democracia, y que se prestan para jugar el papel de alcahuetes de la derecha en el poder. De continuar esta situación se habrá nulificado la vía de las elecciones para alcanzar la plena democracia que requiere el pueblo.

Un régimen democrático auténtico no se agota en la formalidad de las elecciones. Tiene que ver, en primer lugar y sobre todo, con el nivel de vida material y cultural del pueblo. Un régimen profundamente injusto, como es el que hoy tenemos en el reparto de la riqueza social es, por su propia naturaleza antidemocrático. La democracia tiene que ver con la vigencia y observancia de las garantías sociales e individuales que otorga la Constitución nacional, muchas de ellas negadas sistemáticamente por el modelo neoliberal dependiente que sufrimos; pero también tiene que ver con el ejercicio pleno de los derechos políticos, que son conculcados por el esquema antidemocrático impuesto por las fuerzas derechistas desde el poder y apoyado, también, desde fuera del poder público, por verdaderos simuladores de la izquierda.

El presidencialismo exacerbado se mantiene porque favorece la política antipopular y antinacional del neoliberalismo. Cada día el ejercicio del poder se aleja más de los intereses del pueblo, como se aleja de su carácter popular la Cámara de Diputados, en cuya composición participan en buen número miembros de la burguesía que no ocultan sus intereses de clase.

La justicia, en los términos que señala la Constitución nacional, no es accesible para la inmensa mayoría de los mexicanos y se ha transformado en una carga muy pesada que el pueblo tiene que soportar, como soporta también la inexistencia del verdadero y auténtico Municipio Libre, que ha sido sometido a los poderes estatales y federales anulando, en la práctica, a la célula de la de democracia.

En consecuencia, la soberanía popular y el pueblo como fuente de todo poder, que son mandatos históricos y constitucionales, no solamente son inexistentes, sino que se encuentran en peligro real de desaparecer, lo que traería consecuencias desastrosas para la nación mexicana.

La solución a los grandes problemas de nuestro pueblo no se logrará jamás en el marco del modelo neoliberal, producto del capitalismo en fase de aguda crisis y descomposición generalizada, por lo que se requiere abrir un camino que nos conduzca al logro de una patria soberana, justa y democrática para arribar, lo más pronto posible, a un sistema superior de la vida social pleno de humanismo.

PRI Y PAN REPRIVATIZAN LA BANCA

Trabajo Parlamentario

LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Año II México, D.F., jueves 17 de mayo de 1990 No. 10

PRI Y PAN REPRIVATIZAN LA BANCA

El diputado Alfredo Reyes Contreras (desde su curul): - Señor Presidente, pido la palabra para hechos.

El Presidente: - Señor diputado Alfredo Reyes Contreras: Hay un acuerdo, no escrito, de los distintos grupos parlamentarios para sesionar un día antes de cada asamblea de esta Cámara, precisamente para acordar el orden del día. Yo quisiera pedirle a usted que permita a esta mesa directiva, a pesar de que hay un acuerdo no escrito, de los distintos grupos parlamentarios, yo pediría a los coordinadores y a los diputados presentes en esta asamblea, a la insistencia del diputado Reyes Contreras de hacer uso de la palabra por cinco minutos, para hechos, la comprensión de los diputados presentes en esta asamblea y de los coordinadores de los grupos parlamentarios para darle la palabra, por cinco minutos, para hechos, al diputado Reyes Contreras. Señor diputado Bátiz, le hemos dicho al diputado Reyes Contreras de que hay un acuerdo no escrito, y que está consignado en el orden del día el planteamiento del grupo parlamentario del Partido Popular Socialista sobre una intervención en relación a la vida interna de la Cámara.

Yo quisiera, señor diputado Reyes Contreras, que nos ajustáramos, como lo consigna el reglamento y la propia Ley Orgánica, en base a los acuerdos, insisto, no escritos, precisamente en las reuniones que realizamos para llevar a cabo el orden del día...

(Desorden.)

Esta Presidencia pide orden en la asamblea. Por otro lado, esta Presidencia también ha solicitado la comprensión de los diputados presentes y de los coordinadores de los distintos grupos parlamentarios para que haga uso de la palabra a insistencia del diputado Reyes Contreras, del grupo parlamentario del Partido Popular Socialista. Solicita la comprensión esta mesa directiva...

(Desorden.)

Entonces, diputado Reyes Contreras, le solicito que en base a los acuerdos no escritos, de los distintos grupos parlamentarios para reunirnos y elaborar el orden del día, continúe la secretaría...

(Desorden.)

El diputado Alfredo Reyes Contreras (desde su curul): - Solicito hacer uso de la palabra, para hechos.

(Voces.): - ¡No!, ¡no!

El Presidente: - Pide esta Presidencia a la secretaría consulte a la asamblea si se le autoriza...

(Desorden.)

Orden, diputados, orden en la asamblea. Esta Presidencia quiere volver a aclarar en forma puntual lo siguiente: está considerado, previo el acuerdo, 24 horas antes de cada reunión, la junta con los representantes de los distintos grupos parlamentarios para elaborar el orden de día.

El día de hoy tuvimos una reunión por la mañana y… (Inaudible) las consideraciones de la revisión con los distintos grupos parlamentarios, reunión a la que asistió el ciudadano diputado Reyes Contreras, e hicimos una serie de revisiones.

El diputado Francisco Ortíz Mendoza (desde su curul): - Señor Presidente: Le suplico no complique aun más el problema.

(Desorden.)

El Presidente: - Orden en la asamblea. Esta Presidencia solicita orden en la asamblea. Solicito la comprensión. Esta Presidencia se dirige a los coordinadores de los grupos parlamentarios, a los diputados presentes en esta asamblea, su comprensión y su ayuda para desarrollar en orden y en base al reglamento, las acciones que habremos de desempeñar en la sesión del día de hoy. Solicita su comprensión a los diputados para que haga uso de la palabra, y por cinco minutos, el diputado Reyes Contreras....

(Desorden.)

Para cinco minutos, para cinco minutos...

(Desorden.)

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Señor Presidente; honorable asamblea: El hecho que quiero comentar es lo que se vio el viernes pasado...

El Presidente: - Orden, diputados...

(Desorden.)

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - El proceso de análisis, discusión y aprobación de la iniciativa enviada a la Cámara de Diputados...


El Presidente: - Esta Presidencia solicita a los diputados comprensión para poder desarrollar en forma plural. Diputado Reyes Contreras, diputado Reyes Contreras...

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Esperaré a que guarden silencio.

El Presidente: Diputado Reyes Contreras...

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Tengo derecho a hacer uso de la palabra.

El Presidente: - ¡Orden por favor!, ¡orden por favor!

(Desorden.)

Diputado Reyes Contreras: en el orden del día está enlistado en el punto...

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Tengo derecho a hacer uso de la palabra.

(Desorden.)

RECESO

El Presidente: - Esta Presidencia hace un receso de cinco minutos, para que los coordinadores de los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo sobre este punto y sobre el orden del día. Muchas gracias.

El Presidente (a las 12.40 horas): - Se reanuda la sesión.

El Presidente: - Esta Presidencia agradece la comprensión de los coordinadores de los distintos grupos parlamentarios y, en consecuencia, para cinco minutos le da el uso de la palabra al diputado Reyes Contreras.

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Honorable asamblea:

El proceso de análisis, discusión y aprobación de la iniciativa enviada a la Cámara de Diputados por el Poder Ejecutivo relativa a la banca nacionalizada, puso de manifiesto una serie de hechos graves que afectan la vida normal de esta Cámara de Diputados y del Poder Legislativo en su conjunto, y que en bien de la salud parlamentaria de la nación debe ser motivo de preocupación por parte de las fuerzas democráticas y patrióticas.

En efecto, la iniciativa que el Ejecutivo Federal envió a la Cámara de Diputados para reprivatizar el servicio de banca y crédito, ha puesto de relieve el desprecio que la derecha -tanto la que gobierna como la que se encuentra fuera del gobierno- tiene por el Poder Legislativo, de manera especial hacia la representación nacional.

En un tiempo muy breve, posterior a la fecha en que la Cámara de Diputados recibió la iniciativa y recurriendo a lo que bien podría calificarse como ilegítimo apresuramiento parlamentario, el grupo de derecha del partido de la mayoría en esta Cámara, de acuerdo con el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, forzó todos los procedimientos, tanto en el seno de las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Hacienda, como en las sesiones plenarias de esta honorable asamblea, para sacar adelante, casi por la fuerza, esa iniciativa, que regresa a los especuladores de la llamada iniciativa privada el servicio de la banca y crédito.

Como antecedentes resulta conveniente recordar que un hecho semejante ocurrió, aun cuando de menor gravedad, en el período extraordinario de sesiones, al que fue convocada la LIV Legislatura, para conocer la iniciativa de reformas a la Constitución en materia político-electoral.
En esa ocasión, la derecha que gobierna y el Partido Acción Nacional, haciendo a un lado el resultado de los foros, tanto de la Cámara de Diputados como de la Comisión Federal Electoral, acordaron un convenio para modificar la Constitución, dándole a la Cámara de Diputados el carácter de una simple oficina de trámite que se sujetaría al acuerdo del Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional.

Es claro que esas modificaciones fueron el resultado de las amplias coincidencias que existen entre la derecha del Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional.

Ahora nuevamente ocurre lo mismo, cinco minutos antes de reiniciarse la sesión del viernes 11 de mayo, después del receso de más de ocho horas, los respectivos coordinadores de los grupos del Partido Acción Nacional y del Partido Revolucionario Institucional firmaron un convenio, por el cual el Partido Acción Nacional aceptó votar a favor de la iniciativa del Ejecutivo Federal para derogar el párrafo quinto del artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Tanto lo que ocurrió con la contrarreforma electoral como ahora con la reprivatización bancaria lograda por la alianza del Partido Acción Nacional y la derecha del Partido Revolucionario Institucional, pone de relieve el carácter demagógico del Partido Acción Nacional, que en anteriores ocasiones hizo reclamos para legislar sin ningún apresuramiento.

En el pasado el Partido Acción Nacional reclamó, "que no se legislara al vapor", ahora justifica que se legisle de esa manera, que abiertamente pone el peso de los votos de sus 101 diputados para apoyar al Ejecutivo y al grupo parlamentario de la mayoría, con objeto de consumar las contrarreformas a la Constitución General de la República.

También en el pasado, el Partido Acción Nacional reclamó, ahora se sabe que de manera demagógica, que el Ejecutivo respetara al Poder Legislativo y además reclamó " el derecho de los representantes populares para modificar las iniciativas del Ejecutivo".
Hoy se pone de acuerdo con el grupo mayoritario, para lograr que el Ejecutivo atropelle a la Cámara de Diputados, urgido aquél de que la representación nacional apruebe inmediatamente sus iniciativas.

Toma acuerdos y firma documentos para que la iniciativa del Ejecutivo se apruebe tal y como éste la envía, sin modificarle siquiera una coma, y lo que es más aún… (inaudible) leyes que no están a debate y pretendiendo eliminar la discusión parlamentaria sobre el tema que se aborda, por lo que prácticamente se maniata al poder Legislativo de la República, que se ve obligado a cumplir lo pactado sin su más ligera intervención, asumiendo así las funciones del Legislativo los que intervinieron en estos compromisos, como fue el caso de las secretarías de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público y los coordinadores del Partido Revolucionario Institucional y del Partido Acción Nacional, quienes asumen el papel de legisladores supremos que deforman la vida incipiente de carácter parlamentario que tanta falta le hace al pueblo mexicano.

Es evidente que la firma de este convenio entre las fracciones parlamentarias del Partido Revolucionario Institucional y del Partido Acción Nacional, con el exclusivo objeto de sumar los votos necesarios de las dos terceras partes de los diputados presentes en la asamblea, y complacer así al Poder Ejecutivo de aprobar sin discusión ni modificación alguna su iniciativa, se elimina de un sólo plumazo el párrafo de la Constitución de la República que contempla la banca nacionalizada.

En dicho convenio deja de lado uno de esos grupos, el de Acción Nacional, todos los argumentos en contrario que había expuesto unas horas antes, lo que obliga a suponer que atrás de la firma otorgada existen otro tipo de compromisos.

Ese método, señoras y señores diputados, nada tiene que ver con el que hasta ahora se había impuesto desde el inicio de esta LIV Legislatura por el Presidente de la gran comisión de esta Cámara, de buscar en constantes y prolongados debates con los dirigentes de todos los grupos parlamentarios, la concertación sobre métodos y formas de trabajo, e incluso el acuerdo casuístico con todos o a veces con unos u otros de los grupos parlamentarios sobre el articulado de leyes o temas a discusión.

Tampoco se discute el derecho que tienen dos o más de las fracciones de llegar a compromisos o acuerdos sobre cuestiones que se debaten en esta Cámara, ya que eso lo pueden hacer de acuerdo con sus intereses y responsabilidades; lo que no se puede aceptar, y esto es por lo que protesta la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, es que se llegue a esos acuerdos de carácter cerrado, sin dar la cara a las fuerzas aquí representadas y pretendiendo cerrar el debate de las ideas, considerando que ése es ya innecesario, puesto que sumado el lote de los votos respectivos lo hacen absolutamente inútil.

Esta actitud, de prosperar, señoras y señores diputados, puede conducir seguramente a lo que desean el Partido Acción Nacional y las fuerzas de derecha del gobierno, a que desaparezca la vida parlamentaria de nuestro país y sólo legisle en la cúspide un breve grupo de parlamentarios de carácter altamente reaccionario, en unión de representantes del Poder Ejecutivo, en algún despacho de una Secretaría de Estado, y sólo se traslade la decisión firmada a este recinto, ausente de diputados y de debates, con el solo fin de protocolizar el número de los votos de las fracciones que las adoptan, máximo sueño de un gobierno de carácter fascista.

Voy a concluir.

Expresamos claramente nuestra preocupación de lo acontecido en el caso de la iniciativa enviada por el Ejecutivo y aprobada por esta Cámara con ese procedimiento para reprivatizar la banca, porque puede convertirse en un precedente.

El grupo parlamentario del Partido Popular Socialista llama a la dirección de esta Cámara a no volver a aceptar el método de cartas de intención impuesto por el Partido Acción Nacional para chantajear con sus votos, y por el contrario se retorne el democrático y parlamentario método que se había seguido hasta hoy, de concertar con todos los grupos para dar fuerza y vigor a una Cámara plural, que con muchas dificultades está dando sus primeros pasos en la nueva vida parlamentaria de México. Muchas gracias. (Versión estenográfica)

LOS REACCIONARIOS PANISTAS CONTRA LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA

Trabajo Parlamentario

LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO de los DEBATES
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Año III México, D.F., miércoles 6 de marzo de 1991 No. 12

LOS REACCIONARIOS CONTRA LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA

El Presidente: - Tiene la palabra, para alusiones personales, el diputado Alfredo Reyes Contreras, del Partido Popular Socialista.

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Con su venia, señor Presidente; señoras y señores legisladores:

Voy a intentar darle sustancia al debate, porque es muy importante.
Efectivamente, el tema de la educación, es una vieja lucha ideológica y, podríamos decir de principios, entre el Partido Acción Nacional y el Partido Popular Socialista.

Mi partido, ese partido que dice el diputado del Partido Acción Nacional, no modernizado, sustenta su lucha en los principios del artículo 3o. constitucional. El Partido Acción Nacional sustenta su ideología en una doctrina surgida hace dos mil años. Esa es la modernización del Partido Acción Nacional; ésa es la modernización que invoca el diputado del Partido Acción Nacional.

Nosotros sí lo confesamos, somos y hemos sido defensores de los aspectos más avanzados de la Constitución nacional, y rechazo categóricamente que se nos quiera atribuir el calificativo de defensores del fascismo y del nazismo, porque si alguien en México luchó contra la quinta columna, fue precisamente el hombre que le dio vida al Partido Popular Socialista, Vicente Lombardo Toledano; y si alguien ha denunciado a los nazifascistas, ha sido el Partido Popular Socialista y ha luchado contra ellos.

Entonces el derecho de réplica, no va acompañado el derecho de falsear los hechos que la misma vida y la misma lucha política en nuestro país han presentado.

Yo creo que lo que está en el fondo, y va a seguir estando por mucho tiempo, es lo que aquí invocaba el diputado, en el debate, la libertad educativa que reclama el Partido Acción Nacional, y que vino a impulsar otra vez Karol Wojtyla hace algunos meses en nuestro país. Un extranjero que viene y que públicamente pide se derogue el artículo 3o. constitucional, y gente de aquí le hace coro.

Un extranjero, y otro extranjero como Prigioni, también, constantemente está atacando el artículo 3o. constitucional.

¿Por qué la libertad educativa? Porque quieren que otra vez la iglesia, eso sí, regresando al pasado, tenga el derecho de formar la conciencia de los mexicanos, cuando el artículo 3o. constitucional habla de que la orientación que tendrá la educación en México será científica. Ahí está la contradicción.

Señores del Partido Acción Nacional, están ustedes a la defensiva en este tema; reconózcanlo. El pueblo mexicano ya dio su veredicto y está en la Constitución nacional, el contenido y el mandato popular; ¿cómo debe ser la educación en México? Ahí está la tesis filosófica, ahí está el contenido fundamental de la educación en nuestro país, y por mucho tiempo se mantendrá esa disposición.
Están ustedes ahorita a partir un piñón con el grupo neoliberal que gobierna, pero el pueblo mexicano, que es un pueblo firme, que es un pueblo luchador, sabrá mantener firmes las columnas fundamentales del artículo 3o. constitucional. Esta lucha y este debate volverán a perderla señores del Partido Acción Nacional, tengan ustedes la seguridad. (Versión estenográfica)

jueves, 20 de octubre de 2011

INICIATIVA PARA ESTABLECER LA REELECCIÓN LEGISLATIVA

Trabajo Legislativo

LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO de los DEBATES
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Miércoles 16 de agosto de 1989

INICIATIVA PARA ESTABLECER LA REELECCIÓN LEGISLATIVA

Iniciativa que reforma, deroga y adiciona diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sobre la reelección de diputados, presentada por el diputado Alfredo Reyes Contreras, del grupo parlamentario del PPS, en la sesión del miércoles 16 de agosto de 1989.

C.- Presidente. Tiene la palabra el diputado Alfredo Reyes Contreras para presentar una Iniciativa.

Diputado Alfredo Reyes Contreras. Señores diputados; honorable Asamblea:

El 29 de abril de 1933, se reformó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para prohibir la reelección ininterrumpida de los diputados, la que no se prohibía ni limitaba en la Ley Suprema aprobada por el Constituyente de 1916 - 1917.

La reforma de 1933 nada tuvo que ver con el proceso histórico general del país ni con las demandas de la Revolución Mexicana; obedeció a circunstancias menores de carácter coyuntural, sin vínculo alguno con principios ideológicos, políticos, ni sociales. Aquellas circunstancias hace mucho quedaron atrás; sin embargo, la limitación a la reelección de los legisladores se mantiene como un obstáculo anacrónico y absurdo frente a las necesidades de ampliación de la vida democrática de México.

La fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista abordó este problema ya desde la XLVI Legislatura; la iniciativa presentada por el Partido Popular Socialista el 13 de octubre de 1964, dio lugar a un dictamen que recogió la esencia de su planteamiento y que fue apoyado por todos los partidos políticos que integraban la primera Legislatura Plural en la historia del país.

La obcecación, las concepciones estrechas y carentes de perspectiva se presentaron en el Senado y se dio el caso de que la llamada Cámara alta rechazara con un dictamen flojo, sin contenido ni razones de peso, lo que la Cámara de Diputados había aprobado.

La experiencia ha demostrado la inconsecuencia de la conducta que en ese momento asumió la colegisladora; el tiempo transcurrido ha permitido hacer mayor claridad sobre la justeza de la demanda del Partido Popular Socialista. Con esa convicción, y en uso del derecho que nos otorga la fracción II del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los diputados integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista proponemos a esta soberanía la presente iniciativa de reformas a la Ley Suprema para que se adicionen los artículos 51 y 56; se derogue el artículo 59, y se modifique el artículo 115, fracción III, párrafo cuarto del inciso b, la que fundamentamos en las siguientes

Consideraciones

Primera. A partir de la reforma constitucional de 1963, promovida por el Presidente López Mateos, nuestro país entró en una nueva etapa, la etapa de los partidos políticos permanentes; antes había imperado la vieja concepción liberal, prerrevolucionaria que afirmaba que los derechos políticos eran titularidad del individuo, al margen de las clases sociales.

A partir de la reforma constitucional que estableció los llamados diputados de partido, esa etapa se superó para entrar cada vez de una manera más definida, a la época en que la titularidad de los derechos políticos pasa a los partidos en su calidad de estado mayor de las distintas clases sociales que conforman la población. Por esa vía hemos seguido avanzando desde 1963 hasta nuestros días; la reforma política promovida por el Presidente López Portillo elevó a rango constitucional a los propios partidos, designándolos como entidades de interés público, y ha dado un paso más al establecer el principio de la representación proporcional, aunque todavía limitado a una parte menor en la composición de esta Cámara.

Frente a esta nueva etapa de la vida del país, la limitación introducida en 1933 resulta anacrónica e incongruente en extremo; la etapa en la que los electores votaban por personas en lo individual para que los representaran en el Congreso, hace tiempo quedó atrás; estamos viviendo de lleno la época en la que se vota por los partidos políticos. Debe, por tanto, reconocerse a éstos el derecho de seleccionar sin imitaciones extra lógicas, cuáles de sus miembros merecen su confianza por su lealtad, capacidad y experiencia, para que los proponga al pueblo. Ya no son las personas físicas quienes aspiran a continuar en la Cámara, ahora son los partidos políticos los que han conquistado el derecho de mantenerse en ella a través de sus mejores representantes.

Segunda. En ninguna actividad humana, simple ni compleja, es posible alcanzar elevados grados de calidad cuando la tarea se ejerce por periodos intermitentes. La actividad parlamentaria no es sencilla ni posee un carácter secundario. Los cuadros parlamentarios en México como en cualquier país del mundo, requieren de un ejercicio activo, permanente que les dote de la experiencia necesaria, sin la cual el parlamento no podrá alcanzar el rango superior que el pueblo demanda y que las condiciones de complejidad de la vida nacional e internacional exigen.

Tercera. Se ha afirmado que los diputados que no cumplen con sus deberes resultarían, de ser reelectos, verdaderos obstáculos para la vida democrática y para el cumplimiento fiel de las funciones que corresponden a la Cámara de representantes del pueblo; sin embargo, es fácil contestar a este argumento, porque como para ser candidato a diputado es indispensable que algún partido político lo postule para ese cargo, es incuestionable que todos los partidos aspirarán tener en la Cámara a los elementos más capaces y más fieles a los principios y a los programas que sustentan.

Después de cada ejercicio, los partidos políticos habrán aquilatado el valor de sus representantes, lo mismo que los ciudadanos de todo el país, por lo que es incuestionable que habrá una selección que en el curso del tiempo irá aumentando los cuadros del Poder Legislativo, sin los cuales las Cámaras del Congreso no podrían desempeñar la importante misión que la Constitución de la República les señala.

Cuarta. Ningún país del mundo prohíbe ni limita la posibilidad de reelección de los integrantes del parlamento, ni existen razones históricas ni de otro género que justifiquen ese absurdo estado de excepción que ocurre en México.

Quinta. Las circunstancias que dieron origen a la reforma de 1933 fueron puramente coyunturales, respondieron a causas e intereses de carácter menor, francamente estrecho; se trataba de la necesidad de que hubiera una mayor disponibilidad de posiciones a distribuir para contento de los diversos grupos y facciones que por esa época existían y a los que se pretendía conformar y, de alguna manera, aglutinar. Se trataba también de garantizar la supremacía y el control del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo.

Nada tuvo que ver esa reforma ni con cuestiones históricas, ni con necesidades sociales, ni con tesis ideológicas; nada tiene que ver con las circunstancias que ahora vive el país, ni con las perspectivas que se abren.

Sexta. El principio de la no reelección del Presidente de la República, que recoge el artículo 83 de la Constitución, se originó en una demanda popular clamorosa anterior al estallido revolucionario de 1910 y con raíces que se hunden aún más en el tiempo. La prohibición de la reelección del Jefe del Ejecutivo Federal y de los gobernadores es plenamente vigente en nuestra época. Por el contrario, durante la Revolución de 1910-1917, ni en su etapa de gestación, ni en épocas anteriores, jamás hubo demanda popular alguna orientada a prohibir o limitar la reelección de los integrantes del Poder Legislativo. Se trata de dos cuestiones totalmente diferentes desde el punto de vista de las demandas del pueblo a través de la historia.

Séptima. El Constituyente de 1916-1917 recogió la demanda popular y la plasmó en el texto del Código Supremo, prohibiendo la reelección del Presidente de la República, prohibición cuya validez nadie pone en duda en la actualidad. El mismo Constituyente de 1916-1917 asumió una actitud del todo diferente en el caso de los diputados y senadores, dejando implícita en el texto constitucional la posibilidad de su reelección irrestricta, la que por cierto operó en la práctica en muchísimos casos, de 1917 a 1933.

Octava. El debate que se ha producido sobre este tema desde 1964, cuando el Partido Popular Socialista presentó su primera iniciativa, hasta la fecha ha aislado al pequeño grupo de la oligarquía carente de vínculos y representatividad popular, que se opone al avance democrático del país; ese grupo ha sufrido nuevas e importantes derrotas. Sus argumentos para oponerse a que la Constitución vuelva al sentido que siempre ha tenido, al que le dieron también los constituyentes de 1916-1917 y elimine la limitación introducida en 1933, nunca fueron sólidos, pero en aquel momento impuso su fuerza, hoy no la tiene; la correlación de fuerzas ha cambiado en favor de quienes estamos por el avance y en contra del estancamiento en la vida democrática de la nación.

Por lo expuesto, los diputados integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista sometemos a la consideración de esta asamblea el siguiente

PROYECTO DE DECRETO

Artículo primero. Se deroga el artículo 59 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Artículo segundo. Se adiciona el artículo 51 de la siguiente manera:

Artículo 51. La Cámara de Diputados se compondrá de representantes de la nación electos en su totalidad cada tres años. Por cada diputado propietario, se elegirá un suplente. Los diputados podrán ser reelectos de manera ininterrumpida cuantas veces lo exprese así la voluntad popular.
Artículo 115, fracción III, párrafo 40, inciso b, se suprime la palabra no para quedar como sigue:
Los diputados a las legislaturas de los estados podrán ser reelectos para el período inmediato...
Artículo 50. El poder... se deposita en una sola Cámara, la de Diputados. Se deroga el artículo 56 y todos los correlativos.

Fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista. - México, Distrito Federal, 14 de agosto de 1989. - Diputado Alfredo Reyes Contreras, secretario de la fracción.

Turnada a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

LAS PRIVATIZACIONES SON UN ROBO AL PATRIMONIO NACIONAL

Trabajo Parlamentario

LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO de los DEBATES
DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Año III México, D.F. miércoles 13 de marzo de 1991. No. 13

LAS PRIVATIZACIONES SON UN ROBO AL PATRIMONIO NACIONAL

El Presidente: - Tiene la palabra el diputado Alfredo Reyes Contreras, para presentar una proposición sobre Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril.

El diputado Alfredo Reyes Contreras: - Señor Presidente; honorable asamblea:

El 29 de enero del presente año, la Secretaría de Programación y Presupuesto envió a la Cámara de Diputados, para que ésta emitiera su opinión, el informe sobre las razones y criterios para desincorporar la empresa paraestatal Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, empresa que se ha dedicado a la fabricación de material rodante para uso ferroviario, transporte urbano tipo Metro y trenes ligeros, así como la rehabilitación y modernización de equipos y aeropasillos destinados al abordaje de aeronaves.

Utiliza el gobierno, para justificar la privatización de Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, exactamente los mismos criterios que empleó para la venta de Almacenes Nacionales de Depósito S.A., Siderúrgica Lázaro Cárdenas "Las Truchas" S.A., Mexicana de Aviación y varias empresas más.

Se dice que no hay recursos económicos para modernizar la empresa, que el Estado no puede distraer recursos que no vayan destinados al bienestar social; que la maquinaria de las empresas paraestatales es obsoleta y requiere de inversión que el Estado no puede hacer. Estos argumentos y otros más, esconden las verdaderas razones, no sólo de carácter político e ideológico, sino también de auténticos y verdaderos negocios que tienden a favorecer a un pequeño grupo empresarial de la iniciativa privada, que se siente tutelado por el grupo que está hoy en el poder.

En el caso de la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, los privatizadores del gobierno argumentan que la capacidad de producción utilizada en 1990 alcanzó apenas el 30%. Pero no mencionan que la política privatizadora aplicada desde el sexenio anterior, no sólo frenó nuestro desarrollo económico independiente, sino que además trastocó toda la cadena de la producción básica y manufacturera, entre otras a la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril.
Además de que la política recesiva aplicada por el gobierno entre 1983 y 1988 no solo obligó a muchas empresas a bajar su nivel de producción, sino que muchas de las empresas nacionales tuvieron que cerrar.

A esto hay que agregar las equivocaciones políticas de muchos directores de empresas paraestatales y del gobierno, que socavó la capacidad financiera de las mismas. Tal es el caso en que el gobierno federal llegó a rentar en los Estados Unidos de América entre ocho y 10 mil vagones para Ferrocarriles Nacionales de México, en lugar de construirlos en su propia planta paraestatal.

A pesar de todo esto se prevé en la producción de la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril para 1991, la construcción de 900 carros de carga, de los cuales exportará 400; construirá carros del Metro para el Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey y rehabilitará 61 unidades, carros y locomotoras de Ferrocarriles Nacionales de México. Entonces, ¿de qué se trata?

El Partido Popular Socialista afirma categóricamente que no se trata de mera reestructuración del sector paraestatal para sanear las fianzas del Estado, como tratan de hacer creer a los trabajadores los integrantes del pequeño grupo neoliberal que ha debilitado al Estado, al hacer una norma de la modernización económica del país, la privatización del sector estatal.
Se trata de favorecer a un grupo de empresarios privados, nacionales y extranjeros, para que mediante la reprivatización éstos se hagan dueños de empresas rentables y dinámicas que hoy tiene el Estado en su poder.

Se argumenta, además, que Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril representa una carga para el Estado, porque se le han otorgado transferencias por 107 mil millones de pesos desde 1985 hasta 1990, pero no reconocen los graves errores en la administración de quienes han estado al frente de esta empresa, ni de los enormes recursos que el Estado se ha ahorrado por la prestación de servicios de esta empresa a otras empresas paraestatales, como Ferrocarriles Nacionales de México y el Metro.

El Partido Popular Socialista está de acuerdo en la modernización de Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, pero no por la vía de su venta a la iniciativa privada; pensamos que se deben buscar otros caminos como la asociación de Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril y Ferrocarriles Nacionales de México, de la participación de los trabajadores en la administración de la empresa para garantizar buenos manejos, igualmente una más fuerte participación del capital privado nacional, pero sin que el Estado pierda el manejo de esa empresa.

La enajenación del patrimonio nacional constituye una medida contraria al desarrollo económico independiente, a corto y a largo plazos; despoja al Estado de su capacidad para conducir la vida económica; deja a las futuras generaciones en una situación adversa sobre el poderío de la voraz iniciativa privada y despoja al pueblo mexicano de su patrimonio.

Por estas consideraciones y porque la venta de Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril representa una medida contraria al interés del pueblo y de la nación, me permito hacer la siguiente propuesta, y quiero precisar, antes de hacerla, que nosotros no cuestionamos las facultades que tienen la Comisión de Programación y Presupuesto de la Cámara de Diputados, en el sentido de que le corresponde a la Cámara de Diputados por conducto de esa comisión emitir la opinión correspondiente.

La proposición que nosotros hacemos tiene otro sentido, y es la siguiente: "Turnar la presente intervención a la Comisión de Patrimonio y Fomento Industrial para que emita su opinión sobre la afectación del patrimonio de la nación por la venta de la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril."

Dada en la sala de sesiones de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión a los 13 días del mes de marzo de 1991.

Por la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, diputado Alfredo Reyes Contreras. Muchas gracias. (Versión estenográfica)

miércoles, 19 de octubre de 2011

LA OLIGARQUÍA EN MÉXICO

México ha experimentado cambios muy importantes en las últimas décadas. Lo fundamental en esas transformaciones es que se acentúa, cada día más, el dominio de las relaciones capitalistas en todos los órdenes de la vida nacional. Ha desaparecido o están desapareciendo con gran celeridad formas de organización de carácter feudal o semifeudal.

En el campo mexicano se pretenden introducir, a sangre y fuego, las formas capitalistas de producción, y por eso se intenta desaparecer la propiedad social para dejar en su lugar la sacrosanta propiedad privada, a la que se rodea de protección y privilegios. La incorporación del ejido al torrente de las mercancías susceptibles de compra-venta es simple y llanamente capitalismo puro.

La reducción drástica de las empresas del sector público y su entrega, en bandeja de plata a la voracidad privada, expresa que los gobernantes empujan a México sobre el carril del capitalismo.

Los gobiernos de los últimos sexenios, han tenido una actitud entreguista frente al proceso globalizador que caracteriza al mundo en nuestros días, proceso que no sólo abarca la economía, sino la política y la vida cultural. Los últimos gobiernos federales han sido sumisos ante ese proceso, por lo cual ahora somos un país menos soberano, con más pobreza y con menos democracia.

Respondiendo al interés del capitalismo, los gobiernos neoliberales pretendieron hacer de México un país exportador, para lo cual deprimieron el mercado interno y controlaron férreamente los salarios, hasta colocarlos en los niveles más bajos del mundo. Esta pretensión provocó que la planta productiva se paralizara lo que, a su vez, aumento el desempleo.

Como se ve, el neoliberalismo, si lo apreciamos en su esencia, ha profundizado las relaciones capitalistas, con lo cual ha convertido a nuestro país en más dependiente respecto del mercado norteamericano. Internamente ha establecido, sobre todo en el ámbito económico, las leyes salvajes de ese sistema.

Por eso no es extraño que la banca privada haya resultado usurera y que a través de la banca extranjera se sigan saqueando enormes recursos de México, y que los empresarios del país también se hayan convertido en saqueadores como en 1982, dejando al país al borde de la quiebra.

Estos miembros de la burguesía, en cuyo beneficio se ha gobernado en los últimos 29 años, fueron los principales beneficiarios de todas las medidas económicas y varios de ellos se codearon con los empresarios más ricos del mundo, obtuvieron enormes beneficios y empobrecieron al pueblo hasta niveles jamás conocidos.

Examinando la situación de algunos de los multimillonarios que crecieron, de manera inusitada, bajo el neoliberalismo como Carlos Slim Helú, Alberto Bailleres, Lorenzo Zambrano, Jorge Larrea Ortega, Gerónimo Arango, Emilio Azcárraga, Bernardo Garza Sada, Pablo Aramburuzabala, Ricardo Salinas Pliego, Roberto Hernández Ramírez, Enrique Molina Sobrino, David y Adriana Peñaloza, Roberto González Barrera, consuegro de Carlos Hank , Alfredo Harp Helú, primo de Carlos Slim, Alejo Peralta y otros, se observa un fenómeno muy importante: varios de ellos participan en la Bolsa de Valores y fueron accionistas en los principales bancos del país, aparte de ser propietarios de empresas, lo que ha provocado que se fusione el capital financiero con el capital productivo, fenómeno que en otras partes de la tierra ha dado lugar a la aparición de la oligarquía y que ha sido la base al surgimiento de regímenes totalitarios, como el nazismo alemán, el fascismo italiano, el falangismo español y el militarismo japonés.

Quiere decir que en México la crema y nata de la burguesía integra, sin duda, la oligarquía, fenómeno económico que da lugar a otros de carácter político que ya estamos viviendo, fenómenos que no necesariamente se reflejarán de la misma manera que en Alemania, Italia, España o Japón, pero que tienen manifestaciones claras en el ámbito político.

La burguesía nacionalista que surgió y creció al amparo de la Revolución Mexicana, con la reducción drástica del sector estatal de la economía, está perdiendo su base económica y, por lo tanto, el apoyo material de su existencia, con lo que corre el peligro de quedar volando, sin ningún sustento.

La existencia de la oligarquía, la debilidad de la corriente nacionalista dentro del gobierno y la acelerada marcha que aparta a México del camino revolucionario, plantea la necesidad de un resurgimiento de la izquierda sin la presencia de los burócratas que se dicen socialistas o los liquidadores que, por su edad o por sus inclinaciones francamente derechistas, dieron al traste con un partido como el Popular Socialista, fundado por Vicente Lombardo Toledano, al que dividieron y destrozaron desde dentro, del que se dicen herederos, haciendo de esa importante corriente marxista una caricatura de partido, por lo que la historia los va a juzgar severamente y los va a condenar.

"SU MAJESTAD FELIPE I"

Los panistas y, desde luego, Calderón Hinojosa piensan que los mexicanos no tenemos memoria, o fácilmente olvidamos los sucesos en los que ellos han tenido participación o responsabilidad, tal como ocurrió al aprobarse el Fobaproa, con la concurrencia decisiva del Partido Acción Nacional y, obviamente de su actual candidato presidencial, que era el máximo dirigente del PAN en ese momento.

1.- En su período como presidente nacional del PAN, Felipe Calderón al “festejar” el Grito de Independencia, fue con las huestes panistas al Ángel de la Independencia a gritar de manera nostálgica ¡Viva Iturbide!, lo cual significa una definición política a favor de la monarquía, pues eso es lo que representa en la Historia de México Agustín de Iturbide.

Quien disponga de un poco de tiempo podrá verificar la veracidad de lo anterior si consulta los medios de difusión del 16 de septiembre de 1996, algunos de los cuales dan cuenta de este hecho y que dibuja al PAN y a su actual candidato presidencial como lo que realmente son.

2.- Como sabemos, los panistas “festejan” la Independencia de México el 21 de septiembre y no el 15 de septiembre, no sólo por su desacuerdo histórico con la fecha que conmemoramos la mayoría de los mexicanos, y que fue establecida en uno de los puntos de Los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón, sino porque ellos reconocen a Iturbide como el verdadero padre de la Independencia, y desprecian, por tanto, la figura de Miguel Hidalgo.

3.- Felipe Calderón y los panistas son herederos política e ideológicamente de los centralistas y conservadores del siglo XIX. Son herederos también de las fuerzas que se han opuesto históricamente a la Revolución Mexicana, por ello combatieron con tanta furia a la Constitución de 1917 y las conquistas sociales del gobierno de Lázaro Cárdenas. A partir de entonces tercamente se opusieron a la intervención del Estado en la economía y se declararon partidarios del neoliberalismo.

4.- Todo mundo entiende que si alguien va ante el Ángel de la Independencia y grita ¡Viva Iturbide!, es porque se declara públicamente partidario de la monarquía, y hacerlo significa estar contra el sistema federal que en México tiene vigencia desde la Constitución de 1824, reafirmado en la de 1857 y en la de 1917.

5.- Todo lo anterior indica que Felipe Calderón es un ferviente partidario de la monarquía, y que sus desplantes pretendiendo ubicarse como un demócrata, o bien en una posición de centro-político es sólo para ocultar su verdadero rostro reaccionario.