lunes, 17 de octubre de 2011

SUJETAR AL CLERO A LA CONSTITUCIÓN

Trabajo Parlamentario

Diario de los Debates
DE LA COMISIÓN PERMANENTE
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
"LII" LEGISLATURA
AÑO III México, D. F. jueves 31 de enero de 1985 TOMO III. NÚM. 6

SUJETAR AL CLERO A LA CONSTITUCIÓN

El C. Presidente: Diputado Reyes Contreras, con fundamento en el 102 del Reglamento, cinco minutos para aclaración de hechos.

El C. diputado Alfredo Reyes Contreras: - Gracias, señor Presidente. Señores legisladores:
A pesar del carácter conciliador de la parte final de la intervención del diputado del PDM, y su aparente imparcialidad en un tema que tiene una fuerte carga histórica, yo quisiera hacer algunas precisiones que creo conveniente.

Él, no de una manera muy clara, nos acusa de distorsionar los hechos, y que esto influirá en las elecciones; nos acusa de realizar una campaña de desorientación llena de mentiras y patrañas contra el clero. Yo creo que exigir el respeto a la Constitución, el total apego del clero a la Constitución no es ninguna calumnia, ninguna patraña, ninguna injuria.

Pienso que hay material suficiente, y efectivamente lo existe, donde permanentemente el clero viola la Constitución, y ahí tenemos un artículo 130 que es un monumento histórico para nosotros los mexicanos, y yo diría que no hay en esta Constitución ningún artículo que no tenga una profunda justificación histórica, cualquiera que sea, desde el primer artículo al último, todos tienen una profunda justificación histórica, y con mayor razón el artículo 130.

No realizamos ninguna campaña de desorientación, simplemente exigiremos que se apegue el clero a la Constitución.

El dice que se causa un grave daño cuando se trata de revivir hechos del pasado. Efectivamente eso es lo que debiera él señalarle a la alta jerarquía eclesiástica, porque ellos están pidiendo constantemente reformas a la Constitución en este campo, y efectivamente eso no puede darse porque el pueblo mexicano no puede olvidar lo que ha significado la participación de la iglesia en las cuestiones políticas.

No son por tanto las fuerzas democráticas las que reviven esos hechos, sino que las fuerzas democráticas están pendientes de que no se vaya más allá de donde se ha ido hasta ahora, lamentablemente. Dice que la iglesia respeta la libertad y la independencia del Estado. El Estado no lo requiere. Constitucionalmente la Iglesia no existe, no tiene personalidad jurídica. En México no existe separación Iglesia-Estado, eso no es cierto, no estamos en el siglo XIX. En México lo que existe, lo que se da, lo que claramente señala la Constitución es la inexistencia jurídica y política de la Iglesias, y lamentablemente esto no lo entienden algunos altos funcionarios de la Federación. La Constitución es categórica.

Dice que la Iglesia no interviene; yo me comprometo a entregarle al diputado del PDM ese manual que ha distribuido la Iglesia para orientar a sus feligreses por quién deben votar; me comprometo a entregárselo en la próxima sesión.

Dice el diputado que la Iglesia debe ser imparcial; no lo es. La Iglesia tiene intereses terrenales, no tiene intereses vistos en más allá.

Y para no referirme a la iglesia de México, nada más voy a poner un ejemplo, para finalizar, de lo que hace el Vaticano con sus recursos. El Vaticano frecuentemente se pronuncia contra el aborto, lo condena, aparentemente está en contra de la guerra aunque coincide plenamente con la política belicista del gobierno norteamericano. El Vaticano, digo, tiene sus principales inversiones en la industria de los anticonceptivos y en la industria de la guerra. Son hechos, son cuestiones que se han planteado claramente. Entonces, éstos son intereses terrenales, no son intereses espirituales. Y, claro, la alta jerarquía eclesiástica de nuestro país, pues obviamente no está trabajando para ganar el más allá, sino para ganar el más acá, ese es su propósito.

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