martes, 25 de octubre de 2011

HACIA EL 2012: INCORPORARSE A LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

En los últimos años se han producido en el mundo transformaciones muy importantes que no es fácil captar fácilmente. Algunos estudiosos señalan el año de 1985 como el año en que el mundo cambió aceleradamente: desapareció gran parte del campo socialista, los Estados Unidos sufrieron un gran desgaste en todos los órdenes, sobre todo en el económico, y después el mapa político de Europa cambió radicalmente.

De la bipolaridad, se dice, pasamos a la unipolaridad y hemos entrado de lleno a la multipolaridad. Es decir, del enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo, pasamos al dominio militar único de los norteamericanos pero, al mismo tiempo, arribamos a la existencia de los bloques económicos que hoy dominan al mundo: el de Europa, el que encabeza Japón al frente de los llamados “Tigres de Asia”: Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur y Singapur, que han logrado superar, en breve tiempo, el crecimiento y avance productivo de viejas potencias europeas como Francia, Gran Bretaña y, en algunos casos, incluso a los Estados Unidos. A este bloque se agregaron los llamados “tigritos” que se han desarrollando con gran celeridad: Malasia, Tailandia, Indonesia y Filipinas.

Frente a este bloque poderoso se encuentra el que integra la llamada Europa del 92, encabezado por Alemania, que ya unificada representa el 40% del producto interno bruto de la Comunidad Económica Europea. Este bloque pretende convertirse en una superpotencia que juegue un papel de primer orden en el siglo XXI. La integración de 320 millones de consumidores, con altos niveles de demanda, colocaría a la Comunidad Económica Europea como uno de los principales mercados mundiales.

En tanto que el bloque de América del Norte, donde se incluye México, es el que confronta los mayores problemas, pues los Estados Unidos experimentaron una caída estrepitosa en el comercio mundial en los últimos años, al pasar del 60% en 1950 al 17% en 1989, y así ha continuado 20 años después, pero además afronta problemas financieros graves y sufre un agudo proceso de desindustrialización. Estados Unidos considera su asociación con México y Canadá como una posibilidad para hacer frente a la confrontación económica, que será la característica del siglo XXI.

Hay que agregar, para comprender los problemas que tiene el bloque económico de Norteamérica, que la economía de México es 30 veces inferior a la estadunidense y 10 veces menor que la de Canadá. Este bloque luce siempre se presentó muy desarticulado, puesto que las relaciones de México con Estados Unidos son francamente inequitativas y con Canadá son muy limitadas.

En los últimos años el crecimiento de la economía china se ha consolidado. Se considera que en tres décadas más será la primera potencia económica mundial. China ya es, en estos momentos, la principal economía acreedora de Estados Unidos.

En otra dimensión, pero también con aceptables niveles de crecimiento, está la economía de la India, y en América Latina destaca Brasil, producto de lo que se conoce como la era Lula.

Los acontecimientos se suceden con una gran celeridad en todos los órdenes. Se ha producido una revolución en la ciencia y la tecnología que está cambiando las costumbres de pueblos enteros y a otros los somete a una influencia permanente de culturas y modos de vida muy diversos. Podría decirse que para los medios de comunicación electrónicos se han borrado las fronteras nacionales, y pueden llegar a todas partes sin ningún obstáculo, transmitiendo lo que conviene a sus dueños e informando selectivamente las noticias que esos medios quieren.

Se dice que son dos los rasgos que caracterizan al mundo de nuestros días: uno, la internacionalización del sistema económico que abarca todas las divisiones de la economía: producción, mercado, capital, administración y mano de obra, y el otro, la revolución tecnológica basada en instrumentos microelectrónicos. La tecnología electrónica y la de las telecomunicaciones son las que crecen más rápido en este momento.

La internet, en lo que va del siglo XXI, ha tenido un desarrollo vertiginoso abarcando, prácticamente, todas las actividades del ser humano.

En esta situación el libre comercio, exigencia de las empresas transnacionales, se acompaña con el libre flujo de capitales, la libre circulación de personas y todo tipo de bienes. Hoy en cuestión de minutos se puede consumar la transferencia de enormes cantidades de dinero de un país a otro y de un lugar a otro, con la mayor facilidad y sin que los gobiernos puedan impedirlo. Esto los coloca como rehenes de los grandes intereses económicos, como ya ocurrió, y parece que sigue ocurriendo, en México, donde los capitales extranjeros y nacionales salen fácilmente provocando caos financiero y económico en general.

El ataque contra las soberanías de los Estados nacionales sale de los grandes centros económicos del mundo al que consideran como una sola fábrica y un gran mercado, lo que coloca a los países no industrializados, como México, en una situación muy peligrosa si no se adoptan medidas concretas que tiendan a superar la enorme brecha tecnológica, cada vez más amplia, entre los que dominan la alta tecnología y los que se han quedado rezagados.

Hoy por hoy la garantía de la independencia nacional pasa, necesariamente, por la investigación científica y la incorporación al dominio de la revolución tecnológica y científica, en lo que se denomina la era del conocimiento.

Al mismo tiempo, por razones de justicia social, hay que abatir, pero ya, el analfabetismo que desgraciadamente existe en México, para vergüenza de muchos funcionarios que prefieren altos sueldos que canalizar los recursos públicos para terminar con ese rezago oprobioso.

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