viernes, 14 de octubre de 2011

LA RESPONSABILIDAD MORAL Y POLÍTICA DE LA TRAGEDIA DE HERMOSILLO

En todos los sectores sociales del País hay dolor y una gran indignación por las muertes y las lesiones graves provocadas a niños en una guardería de Hermosillo, Sonora. Se trata, ni más ni menos de un infanticidio múltiple causado por la irresponsabilidad de quienes, desde el poder, aplican la criminal política neoliberal. No me refiero al accidente en sí, que debe ser aclarado a fondo y castigado con rigor por las autoridades judiciales correspondientes, sino a los intentos de privatizar la seguridad social y el golpeteo constante de la derecha gubernamental a la principal institución de seguridad social de México: el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Subrogar, significa sustituir a una persona o a una cosa. La figura jurídica de la subrogación en los servicios de guarderías, bajo la cual funcionaba la guardería donde ocurrió la tragedia, significa que el IMSS no otorgaba directamente dicho servicio y lo entregó a un particular, porque el fundamentalismo de mercado, del que los panistas son el más claro y trágico ejemplo, dicta que el Estado debe dejar en manos privadas las funciones que son propias del poder público, porque si no, no hay democracia.

La subrogación es una simple y vulgar privatización, en este caso de un servicio social que el Instituto Mexicano del Seguro Social, como parte del Estado mexicano, debe prestar a las familias para cuidar y atender adecuada y dignamente a sus hijos

El argumento central de los nefastos neoliberales para justificar la entrega de funciones propias del Estado a particulares, es que éste no debe abarcarlo todo y que, además, no hay recursos suficientes para atender estos servicios, lo que invariablemente ha sido una mentira.

Fue el PAN, bajo el gobierno de Fox, quien presentó una iniciativa de ley ante la Comisión Permanente, el 4 de febrero de 2003, para reformar el artículo 213 de la Ley del Seguro Social, a través de sus diputados José María Rivera Cabello y Manuel Wistano Orozco Garza, en la LVIII Legislatura federal, para incorporar a la Ley del Seguro Social, la figura de la subrogación en el servicio de guarderías.

El texto de la iniciativa del PAN, se puede consultar en la página de Internet de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en la Gaceta Parlamentaria, año VI, número 1184, del jueves 6 de febrero de 2003. Dicha iniciativa concluye con el siguiente proyecto de decreto.

“Único. Se reforma el artículo 213 de la Ley del Seguro Social, para quedar como sigue:

Artículo 213. El Instituto podrá celebrar convenios de reversión de cuotas o subrogación de servicios con los patrones, con particulares o con organizaciones sociales cuando reúnan los requisitos señalados en las disposiciones relativas. El reglamento de guarderías establecerá el conjunto de bienes y servicios que debe incluir la prestación y, en caso de que se juzgue conveniente que existan diversas opciones de prestación de servicio, estas distinciones no deben dar lugar a diferencias en la calidad de atención recibida por el menor”.
El texto vigente del artículo 213 de la mencionada ley es el siguiente: “El instituto podrá celebrar convenios de reversión de cuotas o subrogación de servicios, con los patrones que tengan instaladas guarderías en sus empresas o establecimientos, cuando reúnan los requisitos señalados en las disposiciones relativas”.
Como se ve el PAN es el padre de la criatura y responsable moral de la tragedia de la guardería de Hermosillo. El responsable político es Calderón, porque de acuerdo con las declaraciones del Auditor Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, aparecidas en varios medios de información, el panista dejó de canalizar a seguridad, desarrollo social e infraestructura, sólo durante 2007, la enorme suma de 120 mil millones de pesos. Es decir, esa cantidad estratosférica fue obtenida del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para programas de desarrollo social, combate a la delincuencia e infraestructura, y la transfirió a 28 fideicomisos para después hacer uso de ellos para un fin que no fue autorizado por la Cámara, lo cual es indebido, en términos del Auditor Superior.

Uno se puede imaginar que si ese dinero se hubiera canalizado al rubro de seguridad social, por ejemplo, y una buena parte a las guarderías, el IMSS, sin necesidad de subrogar el servicio, atendería guarderías decorosas, seguras, con suficiente personal especializado del propio Instituto, sin exponer a riesgos innecesarios y a tragedias irreparables a los derechohabientes.

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