domingo, 16 de octubre de 2011

LA TRAGEDIA DE LOS MIGRANTES

Cuando se realizó la XVI Cumbre Iberoamericana en Uruguay, el tema central que se abordó fue el de las migraciones. El examen de este tema concluyó con la adopción por los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos de un amplio y detallado documento, que debe estudiarse con detenimiento y luchar por su aplicación.

De la lectura de ese documento se desprende que una batalla más entre el Norte industrializado y el Sur explotado se da en torno a las migraciones forzadas que sufren millones de personas para poder sobrevivir.

Los mexicanos sufrimos en carne propia las severas causas y las terribles consecuencias que se ocasionan por la emigración de millones de compatriotas hacia los Estados Unidos. El documento final de la Cumbre Iberoamericana no hace sino confirmar lo que todos los días vemos en nuestro país.

1.- Un examen superficial de las condiciones económicas y sociales que prevalecen en México permite identificar las causas reales de la emigración. Por ejemplo en el sexenio de Fox, el gobierno federal prometió un crecimiento de la economía del 7 por ciento anual, pero creció sólo 2.1 por ciento. En esas condiciones fue imposible dar ocupación a 1 millón 300 mil personas que cada año se incorporan a la población económicamente activa, la inmensa mayoría de la cual sólo encontró tres caminos: 1) emigrar a los Estados Unidos, 2) incorporarse a la llamada economía informal, 3) quedar en el desempleo.

2.- Por eso no es casual que durante el inepto gobierno de Fox México se haya convertido en el principal receptor de remesas, y que la economía mexicana sea peligrosamente dependiente del dinero enviado por nuestros compatriotas a sus familiares en territorio nacional. América Latina recibía entonces anualmente 60 mil millones de dólares, de todo el mundo, por concepto de remesas; 45 mil millones salieron de Estados Unidos y, de esa cantidad, 20 mil millones los recibió México.

Con justa razón se dijo en la XVI Cumbre Iberoamericana que enviar remesas a las familias es un noble empeño que no debe obstaculizarse, pero que una nación tenga que vivir de las remesas es humillante. A esto nos condujo la política irresponsable de Fox y se acentuó con Calderón, con el agravante de los asesinatos en masa de los migrantes provenientes de América Central.

3.- El carácter y la naturaleza de las personas que emigran en busca de trabajo en el exterior ha ido cambiando. En la Cumbre Iberoamericana se dio el siguiente dato que es muy preocupante: aproximadamente 240 mil profesionales universitarios iberoamericanos emigraron de sus países de origen en el 2005. Se dijo que formarlos como profesionales tuvo un costo aproximado de 5 mil millones de dólares, lo cual significa que los países pobres están financiando a los países ricos. Se denunció el trato privilegiado y las facilidades que ofrecen los países ricos a los profesionales formados, con mucho sacrificio, en los países subdesarrollados, y el trato discriminatorio, cruel y brutal que se da a los migrantes que no tienen calificación profesional, no obstante que economías como la norteamericana dependen del trabajo de ellos.

4.- En la cumbre iberoamericana se acordó la más firme defensa de los emigrantes: el respeto a sus derechos laborales y de sus derechos humanos, el derecho para que las remesas enviadas lleguen a sus familiares, acabando con las empresas usureras que disminuyen drásticamente esos envíos por cobros inaceptables; garantías para su plena integración social, de manera que cuenten con los servicios y la protección que les permitan mejores condiciones de existencia.

5.- Independientemente de todas las medidas orientadas a proteger a los migrantes y a sus familias, nada podrá detener la expulsión de nuestros compatriotas al exterior si se sigue manteniendo una economía al servicio de las empresas trasnacionales y los empresarios nacionales que no son capaces de sacrificar lo más mínimo para fortalecer un desarrollo económico independiente. Si hay subdesarrollo, si hay pobreza, si existe una desigual distribución de la riqueza como la que se da en México, no será posible detener la emigración de connacionales.

Mientras se siga aplicando la criminal política neoliberal y se coloquen las leyes del mercado por encima de la satisfacción de las necesidades más elementales de los seres humanos, y mientras los gobiernos de nuestros países se sigan conduciendo como lacayos de gobiernos e intereses del exterior el fenómeno de la migración y sus dramáticas consecuencias para la nación y, en particular, para miles de familias mexicanas se profundizarán y se convertirá en un problema todavía más grave.

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