viernes, 30 de diciembre de 2011

LA CONTRARREVOLUCION NEOLIBERAL EN MÉXICO

No tuvo que pasar mucho tiempo para que se descubriera, sin ningún género de dudas, la matriz del modelo económico que todo mundo conoce como neoliberalismo. Desde el punto de vista teórico los padres de dicho modelo son Hayek y Friedman, y los que iniciaron la aplicación práctica fueron la Thatcher en Gran Bretaña, y Reagan en Estados Unidos, aunque hay que precisar que este neoliberalismo nada tiene que ver con el que se impuso en los países del Tercer mundo, es decir, el mundo subdesarrollado y colonizado, al que ahora se le llama, sin ningún compromiso ideológico, o más bien con el propósito de desideologizar la situación de los países pobres, economías emergentes, denominación que nada define, que nada dice, pero que trata de ocultar la dramática situación en que están viviendo cientos de pueblos sobre la tierra.

A pesar del estrepitoso fracaso del neoliberalismo en el campo de la economía y su manifiesta incapacidad para solucionar los problemas más elementales de los seres humanos, en países como México, los neoliberales afirman que no existe, por el momento, ningún otro modelo capaz de sustituirlo y, que por lo tanto, hay que acostumbrarse a vivir dentro de dicho modelo, porque pronto vendrán los beneficios.

Esta ha sido la cantaleta desde que empezaron a aplicarlo y no ha variado su actitud autosuficiente para descalificar cualquier otra alternativa. Como la experiencia muestra, el dogma neoliberal y sus defensores dogmáticos no admiten ninguna discusión ni confrontación con los partidarios de otro modelo o sistema. Generalmente, cuando se ha intentado una comparación entre el neoliberalismo y el socialismo, o entre el neoliberalismo y el capitalismo con amplia intervención estatal, los neoliberales se enconchan, descalifican pero no discuten.

A estas alturas, con lo ocurrido en Inglaterra, en Estados Unidos y en otros países de Europa, pero sobre todo considerando las tremendas e insoportables consecuencias del neoliberalismo en los países pobres, ya no se trata simplemente de confrontar la teoría, donde el neoliberalismo ha salido perdiendo, sino ver los resultados prácticos de ese modelo. Ya no se trata de esperar los beneficios que supuestamente traería el neoliberalismo, sino de remitirse a los que elegantemente se denomina parámetros del desarrollo.

El neoliberalismo no ha aportado crecimiento de la economía, no ha generado el número de empleos que el incremento de la población requiere, no ha promovido el aumento de la productividad, aspecto que tanto preocupa y desvela a los tecnócratas; no ha tenido éxito en la lucha contra la inflación; ha fracasado en el intento de que las importaciones superen a las exportaciones. Sólo para mencionar o repetir cuatro de los aspectos fundamentales, el neoliberalismo ha tenido resultados negativos en crecimiento, empleo y productividad, inflación y sector externo.

Sólo una comparación breve entre los años inmediatos anteriores a 1982 y los que le siguieron a este año, a partir del cual se inició el neoliberalismo en nuestro país. Los neoliberales del PRI se condujeron como ahora los panistas: toda la culpa fue del pasado. Pero veamos:

Las cifras, en México, son contundentes. La tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) casi en todo el decenio de los 70 fue cercano al 6% y, posteriormente, subió cerca del 7%, pero durante los primeros 11 años del neoliberalismo se ubicó en el 1.59%. En cuanto al empleo, durante 12 años anteriores al neoliberalismo, el aumento de empleos, por año, fue de 711 mil, en tanto que en el periodo neoliberal sólo se llegaron a generar 182 mil empleos anualmente.

En relación con la productividad, en la etapa anterior al neoliberalismo fue de 1.8% al año, en contra del 0.6% de la etapa neoliberal. Por lo que se refiere a las importaciones y exportaciones, el neoliberalismo logro rápidamente un déficit para México superior a los 23 mil millones de dólares, muchas veces mayor que los 4 mil millones de dólares de déficit de la etapa anterior.

Y en cuanto al país con el que México realiza su mayor número de transacciones comerciales, pronto el neoliberalismo logró que las exportaciones hacia los Estados Unidos alcanzaran casi el 85%, convirtiéndonos prácticamente en una colonia yanqui. Así, quien quiera ver la realidad bastaría que se asomara a las cifras para comprobar los estragos neoliberales, sean priistas o panistas.

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