domingo, 8 de enero de 2012

¿POR QUÉ SURGIÓ EL FOBAPROA?

Los mexicanos que hayan nacido hace 20, 18 o 15 años si acaso habrán oído, entre penumbras, el término Fobaproa y algunos que sean mayores ya no recordarán por qué surgió este instrumento, a través del cual los neoliberales despojaron al pueblo de enormes recursos que debieron aplicarse a la atención de la salud, a la educación, a la construcción de carreteras, a promover la producción del campo, en fin al desarrollo de la economía nacional. Creo que es necesario mantener, estos hechos, en la memoria colectiva., por eso rescato este articulo escrito en 1998.


En medio del escándalo provocado por el Fobaproa, casi nadie -y mucho menos los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión- ha planteado la verdadera alternativa frente a los abusos cometidos a través del Fondo, instrumento que, finalmente, sirvió para rescatar a la Banca privada en quiebra y cargar todos sus costos sobre el pueblo mexicano, que será quien al final pague los platos rotos.

Los principales partidos en la Cámara de Diputados o en el Senado han centrado su atención, y hacia allá han desviado el interés de los mexicanos, sobre los montos del Fobaproa, sobre los nombres de los más beneficiados con créditos voluminosos, sobre las condiciones en que operó ese instrumento financiero y sobre otros aspectos técnicos y jurídicos.

Pero nadie ha señalado, ni ha mencionado siquiera, que con el Fobaproa, que por lo demás fue un instrumento insuficiente para atender los problemas bancarios derivados de la crisis de 1994, el gobierno neoliberal se negó a recuperar para el pueblo lo que ya le pertenecía de hecho y por derecho, y rechazó la nacionalización de los bancos, con el falso argumento de que el costo sería mayor, que se fugarían capitales del país, y que no entrarían los que se requieren, y porque, además, dicen los que tomaron la decisión de la no nacionalización bancaria, se daría una reacción adversa de los mercados internacionales ahora que vivimos en plena globalización.

Los tres partidos que tienen el poder en México -el PRI, el PAN y el PRD- al igual que el gobierno, le han ocultado muy bien al pueblo que la decisión más sana, desde todos los puntos de vista, hubiera sido la nacionalización de la banca privada en quiebra, y que el costo económico no hubiera sido tan distinto al que ahora tenemos que pagar a través del Fobaproa, con la diferencia fundamental de que en estos momentos -de haberse nacionalizado la banca- las instituciones serían del pueblo y no de un grupo reducidísimo de magnates de las finanzas que siguen haciendo negocios, muchos de ellos turbios.

Y es que frente a la crisis bancaria de 1995 existían dos caminos perfectamente delimitados: o se rescataba para el pueblo la Banca y el Crédito, es decir, se nacionalizaba esa actividad que resulta de primer orden en la economía de cualquier país, o se rescataba al breve grupo de adinerados que la habían llevado a la quiebra por incapacidad, inexperiencia y excesiva ambición de riqueza. El gobierno optó por el segundo camino y en la práctica despojó a los mexicanos de algo que ya les pertenecía.

Las cosas no son tan sencillas como las han visto y planteado los tres partidos que están discutiendo el tema del Fobaproa. No es tan importante si se reduce o aumenta el porcentaje de los activos que el Fobaproa recuperará hasta dentro de diez años; no resulta de primer orden si a los pequeños y medianos deudores, rescatados por el Fobaproa, les perdonan más o menos intereses o les reducen en un porcentaje determinado su deuda. No, la discusión real no debe versar sobre los montos perdidos o a recuperar.

Lo que realmente interesa a los mexicanos, y es lo que debe discutirse y aclararse, es que el gobierno, para proteger a los bancos y a los banqueros, y sólo de manera secundaria a los deudores -y hasta eso no a todos los deudores, porque la preferencia la tienen los grandes - es que el Fobaproa fue un instrumento que se utilizó para impedir la nacionalización de los bancos, es decir, fue un instrumento para proteger los negocios de los bancos y de los banqueros.

Con el Fobaproa -digan lo que digan y oculten lo que oculten- se consumó un despojo incalificable y de grandes dimensiones contra el pueblo mexicano. Y cualquiera que sea el futuro del Fobaproa, lo apruebe o no el Congreso, ya nada podrá reparar el grave daño que se le ha ocasionado al desarrollo autónomo de México, precisamente si se tienen en cuenta los tiempos de globalización, fenómeno que no debe significar la entrega incondicional de los intereses nacionales a los tiburones económicos del país y del extranjero.

Por lo tanto, un tratamiento adecuado del Fobaproa es reabrir el tema sobre la urgencia de nacionalizar la banca. No hay otra.

1 comentario:

  1. el problema me parece es que se sigue protegiendo a los adinerados y el pueblo pues que siga pobre

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