México es Tierra de
libres
y tumba de tronos, coronas y traidores
Pancho
Villa.
La lucha de clases, en
México, es intensa. A partir del triunfo electoral y del gobierno de Andrés
Manuel López Obrador, la derecha, la ultraderecha y los fascistas, en amasiato
desde 1982, se lanzaron con todo contra el nuevo gobierno.
Toda declaración del
gobierno, medida gubernamental o iniciativa legislativa es criticada por esa
agrupación apátrida y profundamente corrupta, pero en ningún caso presentan una
propuesta. La razón de esto es que su objetivo principal es regresar al
neoliberalismo, y si eso lo dijeran abiertamente recibirían, de manera más intensa
que ahora, el repudio del pueblo.
Los reaccionarios de todo
tipo, que han sido exhibidos como verdaderos delincuentes, corruptos
irredentos, apátridas y desnacionalizados, se han dedicado a ofender al
presidente López Obrador.
La mayoría de los
columnistas, que durante el neoliberalismo recibieron carretilladas de dinero
del erario público, están furiosos, fuera de si, verdaderamente rabiosos. Se
comportan como una jauría para atacar al gobierno de la República. Sólo el Presidente
les ha contestado, los ha dejado en cueros frente a la opinión pública nacional
y mundial.
Lo mismo pasa con los
políticos neoliberales, que robaron y saquearon al país como nunca en la
historia de México. Es muy larga la lista de atrocidades -robos a la luz
pública, saqueos descarados, acciones contra la nación mexicana, contra el
pueblo de México, entrega de la riqueza nacional, saqueo de las arcas públicas
y muchas acciones criminales- que se cometieron desde el poder público en 36
años de neoliberalismo.
Todos los ex presidentes
postulados por el PRI y el PAN, ex funcionarios públicos de esos dos partidos,
así como una gran cantidad de empresarios (neoliberales hasta la médula,
verdaderos mafiosos, corruptos descarados) están implicados en la comisión de
delitos. Todos deben ser juzgados y castigados. Las pruebas que confirman lo
anterior se han dado a conocer, y otras nuevas seguirán saliendo.
Su actitud frente a la
pandemia los vuelve a mostrar de cuerpo entero, como verdaderos miserables. Todo
el tiempo han lucrado con la pandemia, con el número de infectados, y lo peor:
con los fallecidos. En el colmo de la descomposición y el cinismo han estado
lucrando electoralmente con la tragedia: la degradación humana en su máxima
expresión.
Una de las acciones últimas
fue la sucia y criminal campaña contra las vacunas provenientes de Rusia y de
China, campaña que sí ha confundido a personas de distintos estratos sociales,
que llegan a dudar de la eficacia de todas las vacunas, y algunas han expresado
su negativa a que sean vacunadas, poniendo en riesgo su salud y la de los demás.
Casi en plena pandemia nos
enteramos que un número breve de mexicanos (la mayoría de ellos empresarios
apátridas) sacaron dinero de México y lo llevaron a depositar a Estados Unidos.
La cifra de ese saqueo (no se le puede denominar de otra manera) lo da a
conocer la Reserva Federal estadunidense (Fed): 21 mil millones de dólares
fueron sacados de México, durante los dos primeros años del gobierno de López
Obrador.
Ellos estaban expatriando
millones de dólares y aquí (de manera desvergonzada) le exigían recursos al
gobierno dizque para no cerrar sus empresas y mantener el empleo. Exigían otro
Fobaproa.
Se ha dicho que esa cantidad
saqueada se suma a lo que ya tenían en bancos yanquis, lo que hace un total
(siempre con las cifras que proporciona la Fed) de 93 mil 618 millones de
dólares, cantidad que representa el 84% de la deuda externa mexicana.
Y otra información venida de
Europa: en Andorra les descubrieron, a empresarios y políticos neoliberales, 48
mil millones de pesos que sacaron ilegalmente de territorio mexicano.
Existen empresarios que se
niegan a pagar los impuestos que deben de los años del periodo neoliberal,
donde los gobiernos del PRIAN, en contubernio, les
permitían que no pagaran. El caso de la minera canadiense no sólo se expresa en
su negativa para cumplir con el pago de impuestos, sino en una abierta agresión
contra la soberanía nacional.
Son los mismos que
malgobernaron y se beneficiaron en 36 años de neoliberalismo depredador.
Son los que casi destruyen
Pemex y la CFE, consintieron y fomentaron el robro de hidrocarburos
(huachicol), los que entregaron el suelo y subsuelo de enormes extensiones del
territorio nacional a empresas mineras extranjeras que, además, se niegan a
pagar impuestos; son los que entregaron los bancos y los ferrocarriles, son los
que entregaron la siderurgia, los que entregaron los puertos y aeropuertos a
intereses particulares del país y extranjeros.
Los que hicieron contratos
con la petrolera Odebrech perjudiciales para Pemex y para el pueblo mexicano, y
que en contraprestación recibieron sobornos para sus campañas electorales; los que
estafaron la Hacienda pública para amasar grandes fortunas, los que se
construyeron negocios con el dinero de los mexicanos, los que entregaban obra
pública, a empresarios nativos y extranjeros, a cambio de sobornos; los que
regresaron una millonada de impuestos a empresarios corruptos, que con mucha
dificultades se están recuperando, con este gobierno.
Los que realizaron, de manera
descarada fraudes electorales (1988, 1994, 2000, 2006 y 2012 y asesinaron a los
suyos para mantenerse en el poder, de manera que, en sentido estricto, los
presidentes neoliberales (Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente
Fox, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón, y Peña Nieto) usurparon el
poder durante lo años de neoliberalismo criminal.
Los que crearon organismos
“independientes” para ocultar la corrupción y saquear al erario, los que
promueven y realizan la fuga de capitales, como se señala más arriba (sin que
los casos mencionados agoten el saqueo permanente de capitales.
Son los mismos que entregaron
la soberanía nacional, y la seguridad pública a delincuentes de aquí y del
extranjero. Los que también entregaron la “lucha” contra el narcotráfico a la DEA, policía
norteamericana encargada de regular, según sus interés, la producción y trafico
de los narcóticos (quien dude que vea lo que pasó en Paquistán y Afganistán,
donde la
DEA
metió pies y manos, en esa materia, y generó problemas gravísimos).
Son esos neoliberales,
corruptos, quienes dejaron abiertas las fronteras de México para que
organizaciones criminales introdujeran miles de armas para matar mexicanos.
Los que se aliaron con el
crimen organizado para mantener el poder; los que quebraron instituciones como
el poder ejecutivo federal, y a muchos de los Estados; que corrompieron el
poder judicial y sobornaron a sus pares en el poder legislativo para lograr
contrarreformas que avalaran su entreguismo y saqueo.
Fueron los neoliberales los
que se plegaron a la política yanqui, se sometieron a sus intereses,
profundizaron la dependencia económica respecto al imperialismo norteamericano,
y no sólo aislaron sino que enfrentaron a México con el resto de Latinoamérica.
Pusieron la política exterior de México al ras del suelo, y la colocaron en el
más absoluto desprestigio.
Corrompieron, en su máxima
expresión, la vida política y pública de México, y al saquear los recursos de
los mexicanos, empobrecieron al pueblo (al concluir el periodo neoliberal más de
65 millones de compatriotas vivían en la pobreza), lo dejaron a la deriva y
enviaron a miles de jóvenes a las filas de la delincuencia, o a emigrar de
México.
Lo dicho hasta aquí no agota
todos los desastres realizados intencionalmente por los neoliberales. La lista
es enorme, y parece inagotable, porque todos los días (a dos años del gobierno
antineoliberal) se dan a conocer nuevos delitos cometidos por los neoliberales
facinerosos
Los daños que ocasionaron son
gravísimos y, en algunos casos irreparables (como las miles de vidas cegadas
por la política criminal de los neoliberales en todos los ámbitos de la vida de
los mexicanos).
La reconstrucción nacional
está en marcha, pero restablecer los daños provocados lleva tiempo y grandes
esfuerzos.
Se debe luchar, a partir de
ya, por la continuación y profundización de todas las medidas aplicadas, y las
que las circunstancias requieran en el futuro inmediato hasta rescatar
plenamente a México y a los mexicanos de las garras neoliberales.
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