jueves, 9 de abril de 2020

CAÍDA ESTREPITOSA DEL NEOLIBERALISMO



El neoliberalismo surgió como modelo económico colonialista del capitalismo, para dominar y saquear los recursos de los países pobres y concentrar la riqueza en el seno de las potencias económicas.

El mundo presenció, en la última cuarta parte del siglo XX, un verdadero “asalto neoliberalista al Estado Social”, de acuerdo con la expresión precisa de Zygmunt Bauman.

En este blog, en distintos artículos, denuncié que en 1982 un grupo de facinerosos había asaltado el poder, y empezó a aplicar una política contraria a los grandes objetivos de justicia social de la Revolución Mexicana.

Con el neoliberalismo se estrechó el vínculo entre el poder económico y el poder político de las potencias. Y en sus metrópolis se prepararon los cuadros neoliberales para colonizar al resto de los países.

El resultado palpable y comprobable, señalado en infinidad de estudios de carácter mundial en los renglones económico, social y político, que al mismo tiempo condena ese modelo criminal, es claro: el 1% de la población mundial concentra, aproximadamente, el 95% de la riqueza global.

Lo que genera esta concentración es una brutal desigualdad social como no se había visto en todo el periodo del capitalismo. Y en la mayoría de los países se replicó, con pequeñísimas variantes, esa concentración de la riqueza, y se hicieron más profundas las desigualdades, que tienen postrados a millones de personas a lo largo y ancho del globo terrestre, y dejó a centenas de millones de personas a merced de las calamidades naturales y sociales.

Los malos gobernantes, bajo el manto neoliberal, se dedicaron a vivir para los mercados, y ahora los mercados los dejaron tirados, dice certeramente el cineasta británico, Ken Loach.

El neoliberalismo no es un sistema económico per se. No es que se haya creado de la nada, o que sea una creación al margen del capitalismo. El neoliberalismo es capitalismo puro. O para decirlo de otra manera, el neoliberalismo es la expresión más pura del capitalismo en estado putrefacto.

No es sólo una manifestación de descomposición del capitalismo. Es la descomposición del capitalismo en si. Un sistema enfermo, que se encuentra en etapa terminal.

Queda claro que el capitalismo ha cumplido su ciclo. Hoy representa un obstáculo para que la humanidad siga su marcha ascendente, y no sólo es un obstáculo, es el mayor peligro contra la humanidad. Por el bien de los 7500 millones de humanos sobre la Tierra, debe desaparecer.

México, como muchas otras naciones del mundo, sufrió los embates neoliberales, y los resultados desastrosos están a la vista de todos.

En 15 meses el pueblo se ha enterado, con datos, montos, fechas y nombres de neoliberales, el incalculable daño que le ocasionaron a México en 36 años de dictadura neoliberal, y que muchos denunciamos desde 1982.

Hoy, México, como muchos países del mundo, tiene que orientarse a la reconstrucción de sus economías, al establecimiento de principios y normas con una profunda orientación social.

Hay que reconocer el esfuerzo que realiza el actual gobierno en ese sentido, y hay que combatir a los desfasados neoliberales, que se aferran a sus dogmas fracasados como un naufrago a una tabla rota.

Ningún neoliberal, ni los que desgobernaron, ni los que hicieron turbios negocios desde y al amparo del poder publico, tienen una pizca de autoridad económica, política y moral para decir nada. Sus crímenes han quedado en evidencia, y sólo falta, en nuestro país, la decisión del poder público de llamarlos a cuentas y exigirles las responsabilidades que han eludido hasta hoy.

Desde el punto de vista que se le quiera ver, no es posible que ese grupo de delincuentes ande libre como si nada hubiera pasado. El gobierno actual no puede convertirse en cómplice de esa mafia criminal.

Es evidente que con o sin covid19, el neoliberalismo ha experimentado un fracaso absoluto, pero la pandemia exhibió, en forma clara e inocultable, su carácter mafioso y criminal, su naturaleza inhumana. Quien dude de esta afirmación que vea los hechos y datos derivados de la pandemia en varios países del globo terrestre.

Aquí, en México, como en otros países, la pandemia del covid19, ha desnudado a los neoliberales y a sus voceros a sueldo. Ha evidenciado su verdadera vileza, su espíritu mezquino.

La defensa de sus privilegios, derivados del fracasado sistema, los lleva a plantear la aberración de exigir la permanencia del neoliberalismo criminal. Con verdadera rabia se oponen a cualquier medida de corte popular. Tal parece que padecen ceguera mental, si no estuvieran plenamente identificados como unos verdaderos miserables.

No se puede calificar de otra manera a la banda de buitres que se afila las garras para enriquecerse en medio de esta crisis de consecuencias incalculables. Su egoísmo y sus afanes de acumular riqueza no tienen límites, como no tiene límites su espíritu faccioso y sus afanes golpistas.

Eso y más está por exhibirse en lo que ya es un problema de salud a nivel mundial, que ha acelerado la crisis capitalista y el derrumbe de su engendro: el neoliberalismo.

Programática e ideológicamente (si es posible utilizar este término) el neoliberalismo está liquidado. La apropiación desmedida e incontrolada de los bienes y recursos del pueblo, los llevó a que les estallara en pedazos el sistema capitalista.

Por ello, en estos momentos adquiere mayor fuerza el planteamiento, o más bien la exigencia, de que un mundo mejor es posible. Es para la inmensa mayoría de los que tenemos el privilegio de vivir en este tiempo, una tarea inaplazable.


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