El resultado de las elecciones
federales, el primero de julio de 2018 y que todo mundo conoce, debe ser el
inicio de un cambio profundo en la vida
económica, social y política de México en lo inmediato.
En sentido literal y real,
los gobiernos neoliberales, de 1982 a 2018 destruyeron al país, por el afán
insaciable de acumular riquezas. Muchos de los funcionarios neoliberales
provenientes de la clase media, o clase media alta, se pusieron al servicio de
la oligarquía, y al concluir sus periodos de gobierno pasaron a formar parte de
ella.
Fue ahí, en la fusión del poder
económico y el poder político, que surgió y se fortaleció la llamada mafia, término que, visto hoy en su
dimensión real, queda corto para describir al verdadero crimen organizado desde
las máximas esferas del poder público.
Durante tres meses -del
primero de diciembre de 2018 a la fecha en que se publica este artículo- el
pueblo mexicano ha recibido un curso intensivo que le ha permitido conocer la
capacidad de los criminales neoliberales (como los he calificado en varias de
las publicaciones que aparecen en este blog, desde hace años) para destruir al
país.
Hoy, todas las mañanas el
pueblo mexicano se entera de las atrocidades cometidas, durante seis sexenios,
por el cártel que tenía, en realidad, su centro de operaciones en Los Pinos.
Los integrantes de ese cártel
tienen nombres y apellidos, y en su tiempo fueron personalidades en el PRI y en
el PAN, asociados a empresarios. Hoy frente a los mexicanos han quedado como lo
que son realmente: verdaderos delincuentes.
Frente al desastre que
provocaron, en todos los ámbitos de la vida económica, política y social de
México, López Obrador ha tomado las medidas mínimas para restablecer, a corto y
mediano plazo, un gobierno que opere para atender a los mexicanos, y no al uno
por ciento de la población que se hinchó de riquezas en tres décadas y media.
Esas medidas, que son del
conocimiento de la inmensa mayoría del pueblo, y por lo cual 4 de cada 5
mexicanos respaldan al gobierno de López Obrador, eran y son urgentes.
Faltan muchas más para
rescatar al país del cochinero que
dejaron los neoliberales.
Pero las cosas no pueden
dejarse o quedarse así como así, o para utilizar la conocida expresión popular:
como la fresca mañana. No.
Son muchos los agravios contra nuestro pueblo, son muchos
los delitos cometidos contra los mexicanos, contra nuestra nación, para que
todo se quede como si nada hubiera pasado.
No fueron agravios contra el
Presidente actual o contra miembros de su gabinete; lo fueron contra todo un
pueblo, contra toda la nación. Y no se trata de que López Obrador quiera paz y
amor, o de que su fuerte no sea la venganza,
Se trata de castigar la
felonía, en su más amplia expresión; mejor dicho, se trata de castigar los
innumerables delitos cometidos, por esas personas inescrupulosas, contra los
mexicanos, delitos que a estas alturas permanecen impunes.
Hoy los mexicanos sabemos que
en todo ese proceso de robo y saqueo, se destacaron funcionarios provenientes de
universidades privadas; pero, en el último sexenio, sobre todo el ITAM se
reveló como una cueva de ladrones, por la cantidad y “calidad” de sus egresados
que fueron incorporados al servicio público; y quien dude de esta afirmación
que vea el currículo de quienes están metidos -desde los pies hasta la cabeza-
en casos de corrupción y negocios turbios con los bienes de la nación.
Bueno, hasta del nefasto
francés José Córdova Montoya se apoderó el espíritu del incauto de Maximiliano,
que vio a México como territorio de conquista. Con una diferencia: monsieur
Córdova no terminará sus días en el Cerro de la Campanas, pero si puede concluirlos en una cárcel mexicana.
Se han dado a conocer los
delitos cometidos contra Pemex, contra la CFE, en
el Naim, en las estancias infantiles, en Conacyt, en los sobrecostos de muchas
obras públicas.
Todos los días se dan a
conocer nombres de corruptos que, en una actitud verdaderamente cínica, niegan
lo que resulta evidente. Y todavía faltan por conocer muchas más atrocidades y
más delitos de ese grupo de facinerosos, antipatriotas.
Y no solamente personas, sino
organismos enteros, como las denominadas reguladoras, que fueron concebidas y
creadas por los neoliberales para quebrar a empresas o instituciones públicas,
y hacer jugosos negocios desde esas posiciones públicas.
El caso más conocido es el de
la reguladora de energía, cuyo titular, egresado del ITAM, ha sido señalado
como una persona que tiene conflicto de interés, como muchos más.
A su vez, pero en una
dimensión mundial, las mal llamadas calificadoras, son representantes de los
intereses económicos globales y, por tanto, neoliberales, pues todo lo miden en
función de los intereses económicos de la dictadura neoliberal.
Por eso he mencionado que es
urgente aplicar una serie de medidas, para hacer frente al desastre que dejaron
los neoliberales en México.
Desmontar el neoliberalismo,
donde quiera que se encuentre, es una condición necesaria para rescatar nuestro
carácter de país soberano e independiente. Y condición esencial para impulsar
el bienestar del pueblo mexicano.
Queda claro que desmontar el
neoliberalismo y castigar las fechorías de los neoliberales, son dos exigencias
que se expresaron de manera firme y clara en México al elegir al actual
gobierno.
Como lo fueron también,
establecer la soberanía energética, la autosuficiencia alimentaria, la
soberanía tecnológica, el impulso a la investigación científica, la
diversificación de las relaciones económicas, el ejercicio de una política
exterior independiente, con base sólida en nuestra Carta Magna; una legislación
moderna que abrogue y derogue las disposiciones neoliberales incorporadas en 36
años a nuestro régimen jurídico; la expedición de leyes que aseguren la
cobertura universal de la seguridad social y la educación; que fortalezcan los
derechos individuales y sociales que la Constitución otorga a los mexicanos,
etc.
Está bastante claro que el
neoliberalismo está agotado, programática y políticamente.
Ideológicamente, si
así se puede decir, está desarmado y en estado de inanición. Sus resultados y
consecuencias, hoy lo tienen en el banquillo de los acusados casi en todo el
orbe.
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