Esta
intervención parlamentaria, a raíz de la presencia del presidente de Costa Rica
en turno en el Legislativo federal, tuvo lugar hace más de 23 años, cuando la
ola neoliberal ya recorría América Latina, que se encontraba sumida bajo el
dominio yanqui. La respuesta latinoamericana no se hizo esperar mucho y poco
después se consolidarían los movimientos antineoliberales que hoy caracterizan
a esta región del mundo, con excepciones como México que permanece, hasta
nuestros días, bajo el yugo neoliberal.
Trabajo
Parlamentario
Poder Legislativo Federal.
Diario de los Debates de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión de los
Estados Unidos Mexicanos.
Legislatura LIV. Período
Comisión Permanente. Año III México, D.F., lunes 25 de febrero de 1991. Número
de Diario 11.
El Presidente: - Tiene la
palabra el diputado Alfredo Reyes Contreras, del grupo parlamentario del Partido
Popular Socialista.
El diputado Alfredo Reyes
Contreras: - Con la venia de la Presidencia; señor Presidente de la República
de Costa Rica; señoras y señores legisladores:
Su presencia en este recinto del pueblo mexicano,
señor Presidente, es oportuna para reflexionar sobre nuestra patria grande, precisamente
en el momento en que una ola neoliberal recorre a la América Latina,
trastocando y alterado el desarrollo económico e independiente de nuestros
pueblos, promoviendo cambios políticos que fortalecen la presencia de las
fuerzas económicamente poderosas en los gobiernos latinoamericanos y sumiendo a
toda la región en una de las crisis económicas y sociales más profundas y
severas de su historia.
En la década de los
ochentas, los intercambios comerciales de América Latina con el exterior decrecieron
en un 2.5%; disminuyó el producto medio por habitante en un 8% respecto de
aquél que tenía en 1980; la carestía de la vida, el desempleo y la disminución
de la capacidad adquisitiva del salario acentuaron de manera dramática la
crisis social de la inmensa mayoría de los latinoamericanos; la producción
industrial dejó de crecer y disminuyeron las exportaciones latinoamericanas, y
al mismo tiempo a Latinoamérica le saquearon inmensos recursos a través del mecanismo
de la deuda externa, situación que obligó prácticamente a toda la región a
declararse en moratoria ante el carácter impagable de esa onerosa carga
impuesta por los intereses financieros imperialistas.
La ola neoliberal que ha
ido creciendo y se está imponiendo en toda la región no es producto de las
condiciones del desarrollo latinoamericano, ni responde a sus necesidades más
apremiantes, al contrario, es toda una política impuesta desde el exterior que
responde a los intereses y objetivos de aquellas fuerzas que han explotado
históricamente nuestros recursos humanos y naturales, y ahora en las nuevas
condiciones mundiales quieren seguir explotándolos.
La privatización de la
economía, el abandono de las inversiones estatales, la apertura indiscriminada
de los mercados latinoamericanos a las inversiones extranjeras, la derogación
de la estructura jurídica que norma la actividad económica del Estado, el
cambio de las relaciones obrero -patronales para elevar la productividad de las
empresas mediante la mayor explotación de los trabajadores, constituyen los
rasgos del neoliberalismo que ya han dejado una estela de pobreza, hambre,
miseria y muerte en toda la región latinoamericana.
La Iniciativa de las
Américas, señor Presidente, compañeros legisladores, simple y llenamente es un
plan imperialista para someter y continuar explotando a los pueblos
latinoamericanos.
Y el Acuerdo de Libre
Comercio que propone el gobierno norteamericano, constituye el camino más seguro
para que América Latina se transforme, de traspatio del imperialismo
norteamericano, en colonia yanqui, sometida, sojuzgada y explotada por las
empresas transnacionales, sin límite de ninguna naturaleza ni en el espacio ni
en el tiempo.
El Tratado de Libre
Comercio Centroamericano no debe convertirse en el mecanismo a través del cual
América Latina se someta aún más a la economía norteamericana.
Por eso, los
latinoamericanos no podemos ir atados de pies y manos a esa "nueva piedra
de los sacrificios", que ha preparado el imperialismo. Tenemos la
urgencia, por necesidad de sobrevivencia, de voltear los ojos hacia nuestros
pueblos, hacia nuestra propia región, para defender los intereses
latinoamericanos. Lo que requerimos como necesidad vital y frente a los nuevos
tiempos, es integrarnos nosotros, integrar a nuestra América Latina, para
defender los intereses económicos, políticos, sociales y culturales de nuestro
pueblo. Sin chauvinismo, sino con la más elevada responsabilidad
latinoamericana.
Se requieren medidas
concretas que respondan a una verdadera estrategia de integración latinoamericana.
Avanzar en la liberalización del comercio regional. Acrecentar la transferencia
tecnológica de procesos industriales, de infraestructura industrial, de
comunicaciones y servicios en toda la región latinoamericana.
Preservar en cada país las
empresas estratégicas bajo el control del Estado. Crear las empresas necesarias
para el desarrollo económico nacional; nacionalizar aquéllas que tienen
carácter estratégico, que están en manos de las transnacionales. Crear grandes
empresas industriales o de servicios, con capital multinacional
latinoamericano, estatal o mixto. Desarrollar una amplia y sólida colaboración
científica y cultural en toda la región.
Esta estrategia económica
y no la del imperialismo, nos conducirá a fortalecer nuestra independencia, a
la instauración de verdaderos regímenes democráticos y a impulsar el progreso social:
sueño y aspiración de todos los pueblos latinoamericanos. Muchas gracias.
(Aplausos.) Versión estenográfica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario