Los neoliberales han arreciado la ofensiva contra Pemex y la Comisión
Federal de Electricidad. En el marco de la campaña presidencial se
multiplicaron las publicaciones donde “recomiendan” que México entregue
petróleo y electricidad a la iniciativa privada (léase: capital extranjero). Y
hasta el órgano electoral se presta al juego.
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la OCDE (que
preside un neoliberal de origen mexicano) han echado la carne al asador para
lograr sus propósitos.
Los mexicanos no debemos bajar la guardia en la defensa de nuestros
energéticos.
Viendo las preguntas que les formularán a los candidatos presidenciales,
en el debate del domingo 6 de mayo, el IFE deja ir, como quien no quiere la
cosa, una pregunta mal intencionada o con toda la intención para empujar la
desnacionalización de PEMEX y de la CFE.
Por esta razón envié, de manera individual, a los consejeros del
Instituto Electoral el correo electrónico con el siguiente texto:
C. Consejero del IFE
Al leer las preguntas que harán a los
candidatos presidenciables en el debate de mañana, me parece muy lamentable que
se les formule la siguiente:
4.1. ¿Considera usted conveniente permitir la inversión privada en PEMEX y CFE?
¿Qué no hay alguien
entre quienes formularon las preguntas, o entre los responsables de publicarlas,
que haya leído el artículo 27 constitucional, que reserva para la nación las
actividades que señala para PEMEX y la CFE?
Ahí podrán advertir
que la Constitución Nacional prohíbe expresamente la inversión privada en las
actividades –remarco- que, también, de manera expresa, señala la norma. Si
fuera otro el marco constitucional y legal, cabría la pregunta. En el actual no
cabe.
Es vergonzoso que el
IFE, como institución ciudadanizada, con facultades precisas y claras en
materia electoral, se convierta en una caja de resonancia del modelo neoliberal
que está exigiendo la privatización de PEMEX, que es una empresa de los
mexicanos, no del gobierno.
Ojalá valore las
graves implicaciones que tiene el sólo insinuar que se viole la norma
constitucional invocada, cuya vigencia debe permanecer para garantizar la
soberanía energética de México.
Atentamente
Lic. Alfredo Reyes Contreras
Egresado de la UNAM
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