sábado, 24 de julio de 2010

¿REFUNDACION ÉTICA DEL CAPITALISMO?


Esto es ni más ni menos una contradicción insalvable, pues no sería posible colocar sobre carriles éticos toda la estructura de un sistema cuya naturaleza y razón de ser son las ganancias a toda costa, sin importar la vida y la salud de las personas, ni su bienestar, ni el equilibrio ecológico del globo terrestre y su permanencia para garantizar la continuidad de la humanidad.

Pero el simple planteamiento de refundar el capitalismo es la confesión más clara de la dimensión no conocida de su crisis actual, de su profundidad y extensión nunca vistas en el siglo XIX y en el XX. Es la aceptación de que no se trata sólo de una crisis financiera, aunque ésta haya sido el principal detonante. La crisis lo abarca todo y abarca a todos. Del centro del capitalismo mundial partió el incendio hacia todas partes, como no se había visto nunca, golpea a los pares y destroza a los débiles. No hay región del mundo, no hay economía que no esté sufriendo los estragos de la crisis. La crisis es global y por serlo, es total. Tampoco habrá soluciones aisladas duraderas; serán globales y deben tocar el núcleo del sistema.

Las crisis del capitalismo -apenas vio la luz la burguesía- habían sido todas casi sin excepción, de sobreproducción, y para mantener las ganancias los capitalistas no dudaron en abrir a punta de bayoneta y bombas los nuevos mercados. La primera y segunda guerras mundiales representan la expresión más brutal del interés por capturar nuevos territorios para colocar su producción. Si la tercera conflagración mundial no se dio fue gracias al campo socialista, que hizo de la lucha por la paz en el mundo una cuestión de principios.

Esta crisis, profunda y general, tiene una peculiaridad: se manifestó en el marco de una desenfrenada especulación financiera, propia del sistema capitalista para acrecentar, a niveles estratosféricos, las sacrosantas ganancias. El principio que anima al capitalismo es: producir, para ganar; especular para ganar.

Fue Carlos Marx, el científico social más brillante que ha producido la humanidad, el que desentrañó la naturaleza del sistema capitalista. Su obra El Capital representa un estudio rigurosamente científico y, por lo tanto minucioso, muy detallado del capitalismo.

En el Manifiesto Comunista de 1848, Marx. reconoció el papel revolucionario de la burguesía: la destrucción de las relaciones feudales, la ruptura de los vínculos del feudalismo, y el establecimiento del frío interés, del cruel pago al contado, del cálculo egoísta, convirtiendo la dignidad personal en un simple valor de cambio, el establecimiento de la única y desalmada libertad de comercio. La burguesía convirtió a todas los profesionistas en servidores asalariados, sometió al campo al dominio de la ciudad; creó urbes inmensas, aglomerando la población, centralizando los medios de producción y concentrando la propiedad en pocas manos y, como consecuencia obligada, estableció la centralización política, según sus palabras.


Marx afirma: “espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes”

Develó lo que muchos ocultaban y siguen ocultando: “El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”

Ahora bien, los capitalistas de hoy ¿Sobre qué bases pretenden refundar el capitalismo? ¿Lo van a actualizar? ¿Lo van a modernizar? ¿Qué es lo que quieren hacer con este sistema que ya representa una camisa de fuerza para la humanidad? En realidad, cuando dicen refundar, están hablando de reestructurar, de recomponer para que no desaparezca, lo que no representa ningún cambio favorable para la humanidad.

Hoy se sabe que los desajustes económicos mundiales son resultado del capitalismo. La pobreza, que abarca a miles de millones de seres humanos en todo el mundo, es producto del capitalismo; las enormes y brutales desigualdades entre naciones y dentro de las naciones las ha producido el capitalismo. El peligro que corre toda la humanidad, como consecuencia del calentamiento global, lo provocó el capitalismo y se niega a corregir nada.

La humanidad para sobrevivir, como tal, necesita organizarse de otra manera; superar el actual sistema dominante. Así como en su momento la humanidad superó cada uno de los modos de producción anteriores al capitalismo, tendrá que hacerlo con el actual sistema. No hay de otra.

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