martes, 8 de febrero de 2011

TRAICIÓN A LA PATRIA EN MÉXICO

En los últimos meses de 2010 se cimbraron varios gobiernos de todo el orbe por las revelaciones de WikiLeaks. Los afectados pusieron el grito en el cielo porque los exhibieron sin ropa ante la opinión pública mundial. El material publicado hasta la fecha pone en evidencia el carácter policíaco e injerencista de los representantes diplomáticos yanquis en todas partes.
WikiLeaks demuestra que la diplomacia norteamericana es de gendarmería, muy alejada de las normas que rigen las relaciones interestatales. Esto por un lado, pero por el otro –que es lo que nos importa a los mexicanos- es la confirmación de lo que se ha dicho de los gobiernos panistas y particularmente del que encabeza Calderón: su entreguismo al imperio yanqui.
Como titular del poder ejecutivo federal, en México, está un individuo en actitud servil frente a los intereses yanquis. El carácter proyanqui de los panistas se confirma de manera absoluta. Si los mexicanos teníamos, desde siempre, la certeza de ese entreguismo, hoy se confirma para millones de personas en el mundo entero.
En México se dijo, desde hace mucho tiempo, que la “guerra” de Calderón contra los narcotraficantes fue impuesta por los norteamericanos, en un intento de colombianizar a México con todo lo grave que eso significa. El Plan Mérida consentido de manera antipatriótica por el gobierno panista, tiene propósito de iniciar la invasión a México. La soberanía nacional se ha visto severamente herida. Los intereses de la nación mexicana están en grave riesgo, y WikiLeaks simplemente lo confirma.
También WikiLeaks confirma lo que muchos mexicanos denunciaron con anticipación y con suficientes elementos: la injerencia directa de los yanquis en asuntos que solamente competen a los mexicanos, aparentemente oculta por una serie de acuerdos bilaterales, que hoy se vuelven a revelar como “acuerdos” impuestos por los norteamericanos frente a la actitud “suplicante” de Calderón y sus adláteres.
Con el gobierno de Calderón se ha repetido la trágica historia de los conservadores del siglo XIX, de los Gutiérrez Estrada, de los Juan Nepomuceno Almonte y de todo ese grupo de apátridas que fueron, suplicantes también, por un emperador a Europa. Ya se ha dicho que el propósito de los panistas es que en 20 años más gobiernen mexicano-americanos a México, según sus planes de largo alcance.
En la realidad Calderón se ha vuelto un representante oficioso de intereses no solamente ajenos, sino contrarios a la nación mexicana. Los cables de WikiLeaks nos lo vuelven a recordar una vez más. Y Cuando un funcionario público, y sobre todo cuando el titular del ejecutivo federal en México, y el conjunto de su gobierno, asume esa actitud antipatriota, como se revela en el material que comentamos, estamos ante un caso de traición a la patria, ni más ni menos.
La legislación federal mexicana, en materia penal, tipifica el delito de traición a la patria, en los siguientes términos: al que “realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero”
¿Habrá quien dude política y jurídicamente, que se ha configurado, en las conductas que comentamos, el delito de traición a la patria?
Y si vemos otro tipo responsabilidades en que ha incurrido Calderón, encontramos que el presidente de la República puede ser juzgado por delitos graves del orden común, como lo establece el artículo 108 de la propia Constitución General de la República. O qué ¿no es un delito grave utilizar al ejército mexicanos en funciones ajenas a las señaladas en la norma constitucional? ¿O qué no pasa nada cuando el gobierno de Calderón otorga contratos a compañías petroleras extranjeras, en perjuicio del patrimonio nacional y contraviniendo el mandato expreso del articulo 27 constitucional?
Con toda razón y plena justificación vuelven a surgir voces de mexicanos que demandan la renuncia de Calderón, antes que sea demasiado tarde. Y agréguese lo que desde hace tiempo se dice, sobre una posible enfermedad de alcoholismo que padecería esta persona.